Cantos libres en evolución

Cantos libres en evolución

Natalia Benito

Lo que busca el lorquino Derek Van Den Bulcke a través de ‘Flamante’ es investigar el flamenco, partiendo especialmente de los cantos libres, esos que carecen de compás o de instrumentación. «Siempre tendemos a catalogar el flamenco en función del ritmo, pero hay una serie de palos que carecen de ello. Me parece muy interesante poner la atención en esos palos y su catalogación. En muchos casos se clasifican por temáticas u origen de territorio. Son, por ejemplo, la minera, propia de los cantes mineros de La Unión, la carcelera, el cante de trilla, la debla, el martinete, la canción de cuna, la saeta… a esos cantes les añado ritmo y así se empiezan a generar otro tipo de texturas», explica a LA VERDAD el artista multidisciplinar, que este viernes, a las 23.30 horas, se subirá al escenario del Auditorio Tierno Galván de Alhama de Murcia para presentar su trabajo, ‘Flamante’. Lo hará en un espectáculo gratuito perteneciente a la VI Semana Flamenca de Alhama, bajo la dirección de Onésimo Hernández y José Miguel Cerezo, tras la actuación de Rocío Márquez y Bronquio.

Su propuesta surge «como un principio de investigación y experimentación sonora más que musical». Pero, ¿cuál es la diferencia entre sonido, música y ruido? Van Den Buckle da su interpretación de los conceptos. «El ruido es un elemento básico del sonido que siempre se intenta eliminar, incluso de las primeras grabaciones de flamenco en las que ya aparecía. Y en los análisis tradicionales se intenta obviar. El ruido es un elemento subversivo básico que intento incluir como elemento sonoro y musical». Por otra parte, «para mí el sonido sí puede ser musical, obviamente, pero la música tiende en muchos casos a buscar el entretenimiento, el cambio que mantenga al espectador enganchado». Sin embargo el sonido, «que también engloba lo musical, se aleja de eso y me permite crear imágenes y ambientes que engloben lo que quiero mostrar. Algo que está fuera de lo rítmico y de la estructura de las canciones que la cultura contemporánea impone».

El artista, licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Murcia y con un Máster en Investigación y Producción en Arte por la Universidad de Granada, parte de las artes plásticas y las obras performativas, algo que queda reflejado en ‘Flamante’, una muestra en la que tiene también gran importancia lo audiovisual. «Para mí la música es estética y va acompañada no solo de una imagen sino de una corporeidad, una presencia que puede ser un cantaor o una bailaora, pero en mi caso soy yo como performer o productor». El lorquino intenta trabajar «la imagen total, que muchas veces precede a la propia creación musical».

«Yo no trabajo desde el destrozo al flamenco, sino desde el cariño y la pasión; pretendo transformarlo»

Sao Paulo, Nueva York y Bilbao

No solo Granada y Murcia han sido ciudades que han formado e inspirado al creador, también se ha enriquecido de Bilbao, Carrara (Italia), Sao Paulo (Brasil) y Nueva York (EE UU). Estas estancias «han sido una experiencia bastante gratificante, por todo lo que aporta viajar a diferentes culturas». Tiempos de formación que «me han ayudado a analizar los puntos básicos en común de todos los países». Entre ellos, «Brasil ha sido clave para el entendimiento; en Granada nace el proyecto; y Bilbao me ha aportado por su cuestión histórica, política, cultural y musical, que va del folklore al punk».

Derek Van Den Bulcke ha llevado su experimentación a espacios tan variados como el Museo del Prado, junto con la soprano Olalla Alemán, acompañando a la bailaora Rocío Molina, el Flamenco Madrid Fest o el Palacio de Carlos V de Granada. Una propuesta que parece haber encontrado seguidores también entre los fans del flamenco más puro. «Generalmente la gente a la que le parece fatídico lo que haces no te lo suele decir, aunque yo lo agradecería», dice. Se acercan, «quienes no se han ido a mitad del ‘show’ y a mí me sorprende la ‘buena acogida’, partiendo de que venimos de cero. En directo se genera cierto público que disfruta de esta ruptura y experimentalidad».

Y, por si había dudas, el artista defiende su creación: «Yo no trabajo desde el destrozo del flamenco, sino desde el cariño y la pasión al flamenco y pretendo transformarlo en lo que a mí me agrada y me gusta. A pesar de esa ruptura, creo que se crea un espectáculo medianamente agradable que propone un viaje que, si aguantas un poquito, te puede llevar a lugares que a todos les pueden gustar y que tienen que ver con obras comunes».

Para la Semana Flamenca de Alhama, «como es un espacio abierto y va a venir publico de todo tipo, estoy preparando un ‘show’ especial en el que probaré nuevas cosas». Una hora de espectáculo por delante para sorprender y meterse al público en el bolsillo.

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