Siyâsa. Un viaje entre culturas al siglo XIII

Siyâsa. Un viaje entre culturas al siglo XIII

Exterior del yacimiento de Medina Siyâsa con una panorámica espectacular de Cieza y su vega. / F. Rodríguez

El yacimiento ciezano contiene 19 viviendas excavadas de las más de 760 que existían en sus tiempos y permite conocer cómo era la vida cotidiana en Al-Ándalus por su buen estado de conservación

Susana Fernández

En la Región de Murcia puedes teletransportarte a un poblado islámico del siglo XIII en apenas unos minutos. A escasos 5 kilómetros del casco urbano de Cieza y en la ladera del Cerro del Castillo se halla uno de los yacimientos arqueológicos más significativos del territorio andalusí. Visitar Medina Siyâsa es hacer un viaje intercultural en el tiempo para conocer de primera mano la vida cotidiana de Al-Ándalus, su desarrollo urbanístico y los elementos decorativos más importantes. Si alguien duda de la trascendencia de este emplazamiento único, basta con escuchar la pasión de Joaquín Salmerón por el yacimiento y el museo Siyâsa, del que es director: «Es la única ciudad andalusí en el sureste de España que no fue reocupada por una ciudad cristiana posterior», remarca.

Ese es el motivo de su buena conservación y, por tanto, su importancia. «En 1266, la población de Siyâsa fue expulsada de sus casas, siendo ocupadas por aragoneses y castellanos hasta que a finales del siglo XIII, la ciudad se hundió sobre sí misma por el poco cuidado que le guardaban los soldados. Entonces los habitantes pasaron a vivir en la zona del Castillo o en el llano, donde se encuentra el casco histórico de Cieza».

Vista nocturna de la única ciudad andalusí del sureste no preocupada por una ciudad cristiana. /

F.Rodríguez

Desde ese momento nadie habitó la ciudad, por lo que el tiempo ha podido conservar viviendas y cimentaciones completas que no han destruido poblaciones posteriores, como es el caso de la Muralla de Murcia, de la que ya solo quedan restos. En este asentamiento de cerca de 4.000 habitantes «había más de 760 viviendas, de las que se han excavado hasta 19», explica Salmerón. Además, dos de ellas se han reconstruido a escala real en el Museo Siyâsa, dentro de Cieza. También se han restaurado 50 de los 200 arcos almohades y protonazaríes y pórticos descubiertos, que se pueden contemplar en las mismas salas. La ciudad, de cerca de diez hectáreas, estaba protegida por una muralla y por lo abrupto del terreno, que constituía una defensa natural.

Casa número 6 de Medina Siyâsa. /

Guillermo Carrión / agm

Uno de los descubrimientos más curiosos se encuentra en los aseos. «En la actualidad puede resultar sorprendente destacar que todas las casas tenían una letrina», explica Salmerón, «pero lo cierto es que la población cristiana de esa misma época no contaba con ellas y tiraban los excrementos por la ventana a la calle al grito de ‘agua va’». No tenían alcantarillado, como sí sucedía en las ciudades andalusíes. Además, en el interior de los pozos ciegos excavados en Siyâsa se han encontrado huesos de animales y semillas como las del melocotón, «que evidencian que la historia de esta típica fruta de Cieza existía ya en el siglo XIII».

El yacimiento se puede conocer mediante una visita guiada para recorrer las angostas callejuelas, descubrir las estructuras originales de la ciudad andalusí o contemplar el paisaje que se divisa desde el cerro. También ofrece la oportunidad de visitar ‘in situ’ alguna de las típicas ‘casas de patio central’ del modelo típico islámico. Los interesados deben ponerse en contacto con la empresa turística Stipa en el teléfono 658 641 101 para concertar una visita diurna o nocturna.

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