Jorge Martínez y Parrita salen por la puerta grande en Murcia

Parrita se reivindicó ante sus paisanos. / GUILLERMO CARRIÓN / AGM

El de Totana reapareció tras la cornada sufrida en Calasparra y firmó una importante actuación en la novillada de apertura de la Feria de Murcia

Con una ovación acogió el público a la terna de novilleros de la tierra que protagonizaron el primer festejo de la feria de septiembre, especialmente dirigida para Jorge Martínez, tras aparecer apenas 48 horas después de la cornada sufrida en Calasparra. Un gran esfuerzo que no se notó en el ruedo.

A la novillada de Núñez de Tarifa, desigual en pesos pero en tipo, le faltó finales y a alguno le sobró genio. En primer lugar saltó al ruedo un castaño de buenas hechuras, con su volumen, al que Ferrer saludó con una larga cambiada. El voluntarioso saludo de capa se vio descompuesto con un desarme al querer ponerle el broche. Brindó al público una faena de querer que se topó con un astado de medias embestidas, agarrado al piso, que transmitió muy poco. Lo intentó el de Zeneta, que acabó la faena cerrado en tablas, por las querencias. Pinchó en dos intentos antes de un buen volapié. Silencio.

Su segundo fue una raspa. No pudo lucirse Ferrer en el saludo y no lo brindó. En la segunda raya planteó faena, repitió el novillo y el torero de Zeneta fue cogiendo confianza para ligar dos buenas tandas con la derecha. Con la izquierda resultó todo menos compacto hasta recurrir a los adornos rodilla en tierra y los desplantes. Entró a matar muy cerrado en tablas. Cuatro pinchazos y un bajonazo pusieron fin a la voluntariosa actuación de Ferrer. De nuevo fue silenciado.

Se fue a porta gayola Parrita a recibir al tercero de la tarde. El toro salió en línea y en el segundo capotazo, con el muchacho ya de pie, el colorado se fue al cuerpo sin obedecer la tela, propinando una fuerte voltereta al murciano. Un topetazo en el tórax, del que se levantó para componer un ramillete de verónicas ganando terreno, rematadas con una buena media, que llegaron al tendido. Emotivo fue el brindis a su padre, el banderillero Manuel Ramos ‘Parrita’, al que sacó al ruedo. No le sobraron fuerzas al de Núñez de Tarifa y tras un inicio de rodillas, Cristóbal sacó al novillo al tercio. Fue componiendo series por ambos pitones a media altura, sin molestar a un novillo al que le faltó recorrido y bravura. En una de las tandas, bien colocado, apretó por abajo al novillo, en derechazos bien compuestos, logrando el momento más álgido de su faena. No tuvo más el astado. Un pinchazo precedió una estocada en buen sitio. Se le pidió la oreja, que fue concedida.

Eficaz estocada

Escurrido de carnes fue el quinto, que sorprendió en el saludo de capa a Parrita. Tras el brindis al público, se dobló por abajo con el novillo en el comienzo de faena y, en el tercio, fue ordenando la embestida de un novillo que arremetió rebrincado y descompuso mucho el empuje cuando tocó las telas. Pidió el animal mando y mano baja a un novillero con muy poquito toreado, que puso garra y solventó la papeleta. Un estocada trasera, muy eficaz, sirvió para que paseara su segundo trofeo y acompañar a Jorge Martínez en la salida a hombros.

Engallado salió el tercero. Salió suelto de las telas y tuvo que buscarlo Jorge Martínez en los medios. Allí le enjaretó tres verónicas y media de mucha clase. Brindó al público el novillo de su presentación en Murcia. El inicio de faena, por arriba, tuvo un cambio de mano extraordinario. Tapó mucho el de Totana las complicaciones del animal, que se quedaba debajo, tirando bien del bovino en las primeras tandas con la derecha. Con la izquierda tuvo valor para aguantar los parones y componer las series de naturales. Se tiró a matar y la estocada, algo desprendida, fue eficaz. Se le pidieron las dos orejas que le fueron concedidas y con las que aseguraba la salida a hombros.

Ante el sexto manejó con garbo la capa en lucidas verónicas, saliendo suelta la res. Brindó al doctor Ricardo Robles, que el jueves lo operó de una cornada en Calasparra de la que reaparecía en tiempo récord, con los puntos frescos y una cura especial. La faena tuvo momentos de buen toreo y el novillo, en manos de Jorge, pareció mejor al taparle el de Totana los defectos. Naturales de calidad y unos ayudados finales de exquisita composición auguraban otras dos orejas, pero se atascó con la espada y mató al tercer intento. Perdió los apéndices y se tuvo que conformar con los aplausos del público.