Este es el peculiar homenaje de una confitería de El Palmar a Carlos Alcaraz

Este es el peculiar homenaje de una confitería de El Palmar a Carlos Alcaraz

Víctor Manuel Moreno Alarcón posa junto a su creación en su local, este jueves. / Claudia M. Valverde

La famosa frase del abuelo del tenista murciano, ‘cabeza, corazón y cojones’, ha inspirado este postre cuyo nombre no deja indiferente a nadie

Carlos Alcaraz está en boca de todos
tras ganar el US Open, su primer Grand Slam, lo que le ha permitido convertirse en el número 1 más joven de la historia. Desde el pasado domingo han sido muchas las muestras de afecto que el murciano ha recibido. Sin embargo, el homenaje de una confitería de El Palmar, localidad natal del tenista, puede ser uno de los más peculiares que se han visto en mucho tiempo.

La confitería Víctor, ubicada en la calle Mayor de la pedanía murciana, regentada por Víctor Manuel Moreno Alarcón, un pastelero con más de 35 años de experiencia, ha creado un postre especial dedicado al pupilo de Juan Carlos Ferrer cuyo nombre no deja indiferente a nadie: ‘los cojones de Carlos Alcaraz’. Un dulce del que su creador cuenta que «surge de manera espontánea, por el mes de abril o mayo, cuando Carlitos estaba empezando y ya apuntaba maneras» y que está inspirado en la famosa frase del abuelo del tenista,
‘cabeza, corazón y cojones’, que Alcaraz ha tomado como lema personal. Un homenaje que este establecimiento quería hacerle como agradecimiento por su fidelidad, ya que el deportista frecuenta el local con sus amigos cuando está en El Palmar.

Este producto es una berlina rellena de chocolate o de crema, a elección de cliente, bañada en chocolate líquido y recubierta por virutas, también de chocolate. Un postre «sencillo» que Moreno quería que fuera de consumo cotidiano. «Podríamos haber hecho una tarta o un montaje con chocolate de una pelota o una raqueta, pero quería hacer un dulce que fuera algo que puedes comer a diario», explicó.

Interior del postre en honor a Carlos Alcaraz. /

Claudia M. Valverde

Lo cierto es que en un primer momento el nombre con el que denominaron a este dulce era ‘los cojones de El Palmar’, ya que, como Moreno confiesa, no sabía «si iba a sentar mal, aunque todo está hecho desde el cariño». No obstante, los vecinos rápidamente lo relacionaron con el tenista y finalmente se ha quedado con el nombre que tiene actualmente. Una creación que reconoce que «tiene historia» y que «le enorgullece» haberla ideado. Además, el ‘auge’ de Alcaraz ha hecho que este postre esté gozando de «mayor repercusión» y traspase las fronteras de la pedanía murciana.

Según lamentó el pastelero, el protagonista de este dulce todavía no ha tenido la oportunidad de degustarlo, ya que «dio la casualidad de que la última vez que fue al local no tenía preparado ninguno y no pudo probarlos». No obstante, Moreno cree que el tenista murciano sí conoce su existencia y espera que en la próxima visita de Alcaraz «pueda ofrecérselo para que lo pruebe y así rendirle homenaje».

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