José Ramón García competirá con Torres por ser el candidato del PSOE a la alcaldía de Cartagena

El líder del PSOE de Cartagena,
Manolo Torres, tendrá competencia en su carrera para convertirse en el candidato de su partido a la alcaldía en mayo de 2023. José Ramón García Molina, secretario general de la Agrupación Centro Poniente, presentó este martes por la mañana su candidatura, por lo que los militantes decidirán entre ambos aspirantes (no se espera que haya una tercera candidatura) el próximo 9 de octubre.

García Molina, inspector médico de 63 años, entregó la documentación en la sede del PSRM en Murcia, acompañado por José Luis Hernández Bosque, componente de su agrupación. Ambos forman parte del llamado sector crítico, que apoyó a la senadora Lourdes Retuerto en las primarias regionales que ganó José Vélez, quien además de secretario general del PSRM es delegado del Gobierno. Milita en el partido «desde los 18 años» y ha tenido cargos orgánicos, pero no institucionales.

«Mi candidatura tiene como objetivo ofrecer a los militantes una alternativa a lo de siempre, es decir a la falta de autonomía frente a la dirección del partido en Murcia. Y todo ello, para que los ciudadanos vean que hay un verdadero cambio, no de caras sino de políticas, donde se ponen los intereses de Cartagena por encima de los del partido. Solo así podremos ilusionarlos y que el PSOE los mejores resultados en las próximas elecciones», manifestó García a LA VERDAD.

Un día después de que Torres se postulara como candidato, y apurando el plazo de presentación de candidatura, que acaba hoy, García (quien también es profesor tutor de Antropología en la UNED) dio un paso al frente. Lo hizo tras comunicar su decisión el pasado jueves a Vélez, quien según García le mostró su oposición. «Vélez me dijo que no veía bien que yo me presentara, porque según él yo me comprometí a no hacerlo. Todo lo contrario, yo he venido manifestando que un amplio sector del partido en Cartagena no veía claras las alternativas de candidatos que iban trascendiendo, porque se trata de compañeros que no transmiten esa idea de cambio fundamental».

«Un cambio urgente»

García evitó nombres, si bien no negó que se refiriera a Torres, el exconcejal y portavoz de la Ejecutiva municipal Pedro Contreras y la diputada regional y viceportavoz del PSRM Carmina Fernández. Frente a esta facción oficialista, García se ofrece como «autonomía», porque «el candidato debe percibirse por los militantes y por la sociedad como alguien que pone un punto y aparte ante la situación tan tremenda que tenemos desde la expulsión de los concejales por el pacto con el PP y Ciudadanos».

Según García, «tras la decisión de Ana Belén Castejón y los otros cinco concejales del PSOE de saltarse los estatutos y pactar con estos partidos sin realizar una consulta a la militante, que igual habría aprobado la propuesta, nos hemos quedado inmóviles». «No hemos realizar una labor seria de denuncia de la gestión del gobierno municipal, ni tampoco del gobierno de la Comunidad Autónoma, ni hemos planteado propuestas e ideas útiles desde la perspectiva progresista capaces de movilizar a nuestro potencial electorado». Frente a esta dinámica, propuso «un cambio urgente para obtener los mejores resultados posibles en las elecciones».

«Torres trabajó con Castejón»

En un primer dardo directo contra Torres, afirmó: «El secretario municipal estaba trabajando con Ana Belén Castejón en la alcaldía. Yo no. Es más, Ana Belén quiso expulsarme del partido hace cuatro o cinco años por mostrarme crítico con su línea de trabajo no integradora», señaló.

Y mostró su expectativa de que los afiliados le den su apoyo, porque «represento a una de las agrupaciones más fuertes de Cartagena, que si tiene tensiones con la dirección local y regional es por ser críticos y reivindicar lo que los cartageneros demandan y necesitan, aunque eso dependa del Gobierno central». Citó como ejemplos «que el partido debe ser valiente y mostrarse en contra del macropuerto de mercancías de El Gorguel» por el impacto ambiental»; «buscar una solución a la falta de uso del antiguo Hospital Naval, que depende del Ministerio de Defensa y que podría convertirse en un centro sociosanitario»; y «resolver cuestiones clave en infraestructuras y en otros temas que no terminan de solventarse, como la ubicación definitiva del CATE» (Centro de Atención Temporal de Extranjeros) en La Algameca.