La grúa municipal limpia de coches abandonados el parking de Barriomar

Una sensación agridulce invadía ayer a los vecinos del entorno del parking disuasorio de Barriomar, ubicado debajo de la autovía A-30, que desde ayer ha cerrado su entrada y prohíbe el estacionamiento de vehículos. «¿Y ahora, dónde vamos a aparcar?», era la pregunta que más veces tuvo que escuchar el agente de la Policía Local destacado en el lugar. Mientras, otros que pasaban por allí aplaudían su desaparición y, sobre todo, que pudiera convertirse en un lugar con espacios verdes, para el ocio, y más iluminado.

«A ciertas horas nos daba miedo pasar por aquí», comentó Juan, quien, además, consideró que «ya era hora de que hicieran algo por el barrio». Y Paqui añadió: «A ver cuándo quitan estos contenedores y nos hacen más grandes las acercas que nos lo prometieron hace dos años».

La grúa se tuvo que emplear a fondo para retirar los coches que no hicieron caso de la señalización que el Ayuntamiento puso el viernes, en cuyos discos se advertía de la prohibición de apartar desde ayer lunes. En este parking disuasorio había capacidad para unos 150 vehículos.

Cinco de estos coches retirados estaban abandonados, algunos aún con sus matrículas (uno, en concreto de Francia, que servía de ‘hogar’ para un sin techo); y otro que aunque no tenía las placas, la Policía pudo determinar que procedía de Alemania. En ningún caso constaba que hubieran sido robados.

Las entradas ya han sido cerradas con la colocación de grandes maceteros.