Antonio Fanlo: «Aumentar el caudal ecológico en la cuenca del Tajo es una decisión política»

Antonio Fanlo, José Carlos Díez, Luis Garrote y Francisco Cabezas, ponentes y moderador. / Nacho garcía / agm

El catedrático Antonio Fanlo advierte de que recortar los recursos a los que tienen derecho los regantes puede implicar una indemnización

No hay ningún artículo en la Directiva Marco del Agua de la Unión Europea que hable explícitamente de establecer caudales ecológicos de los ríos, y tampoco hay estudios que avalen que mejora la calidad de las masas de agua, por lo que su implantación sería «una decisión política». Estas son tres de las grandes ideas que destacaron este sábado los ponentes de la Mesa técnica ‘La planificación y el desafío de los recursos hídricos’, celebrada en Orihuela en el marco de la segunda jornada del foro sobre Agricultura y Agua y su futuro, organizada por el Scrats y LA VERDAD.

Antonio Fanlo, catedrático de Derecho Administrativo y consultor en Derecho del Agua, buen conocedor del Trasvase Tajo-Segura, fue uno de los componentes de la mesa y lo expresó tan claro como el agua: «El caudal ecológico nos lo hemos autoimpuesto y con graves consecuencias, pues si se aplica mal lleva a restricciones». Eso es lo que ocurrirá si al final se aprueba el Plan de Cuenca del Tajo. Fanlo fue más allá al advertir de que los agricultores tienen unos derechos adquiridos (en forma de títulos administrativos) para el uso de estos recursos, y que si se recortan por decisión política tienen sus titulares derecho a que el Estado les indemnice.

El experto también dijo que estaba «seguro» de que los caudales ecológicos están siendo «mal aplicados», por lo que baja el nivel de los embalses («no se debe soltar más agua de la que entra»). Fanlo echó en cara a los dos grandes partidos políticos (PP y PSOE) no haber sabido luchar en Europa en pro de la «singularidad hídrica de España». En cambio, dijo, «solo ha habido una inmensa deslealtad ante un problema de Estado».

Moderada por Francisco Cabezas, director del Instituto Euromediterráneo del Agua y profesor asociado de la Universidad de Murcia, en la mesa también participó Luis Garrote, catedrático de Ingeniería Hidráulica de la Universidad Politécnica de Madrid, quien subrayó que no había visto ningún estudio que demostrara la repercusión que en la mejora de la calidad del agua tendría el incremento de los caudales circulantes en el Tajo. «Esa relación no está clara».

Garrote destacó que en el Levante hay un «equilibrio estricto» entre el agua que se tiene y el que se utiliza, por lo que «no es posible ni deseable apartarnos de esto»; y lamentó que «el planificador elija el criterio que le parezca más adecuado» para cambiar las reglas del juego. Recalcó que «hay decisiones que no se han justificado lo suficiente» con los caudales ecológicos propuestos en el Alto Tajo. Por último, lanzó un mensaje de esperanza: «Frente a la adversidad los agricultores han demostrado siempre su capacidad de adaptación, su resiliencia».

José Carlos Díez, profesor de Economía de la Universidad de Alcalá, subrayó que el del agua es «un problema muy complejo sin una única visión», rechazó que estuviera «muy politizado». Apeló a que PP y PSOE lucharan unidos en Europa creando un ‘lobby’, como también debían hacerlo las comunidades de regantes, para que allí supieran los problemas de escasez y sus repercusiones socioeconómicas. «Se debe incorporar la definición de estrés hídrico» en el vocabulario de la UE.

Díez, cofundador del Foro Economía del Agua, instó a aprovechar los fondos europeos Next Generation para ejecutar inversiones en materia hidráulica, para su mantenimiento y mejora, porque es un dinero que no crea endeudamiento en el Estado. «Aquí no hay ni un euro en caja para hacerlo», enfatizó.