Estos son los elementos de un vehículo que debes revisar antes de salir de viaje

Atascos en la autovía en la operación salida, en una foto de archivo. / JUAN CARLOS CAVAL / AGM

El descuido, el exceso de confianza o la economía de las familias hará que tres de cada diez conductores tengan problemas durante sus vacaciones

Con la llegada del verano se acerca el momento que más ansían millones de españoles, las vacaciones. Además, teniendo en cuenta que tras dos años de restricciones por la pandemia de Covid-19, hay más ganas que nunca. Por esta razón lo último que queremos, o esperamos, es tener un contratiempo que nos impida disfrutar de unas vacaciones de ensueño.

Para este año se esperan unos 95 millones de desplazamientos. Pues bien, según Cleverea, una empresa de seguros online para automóviles y motos, unos 112.500 vehículos se quedarán tirados en la operación salida y dos millones y medio lo harán durante todo el verano. El descuido, el exceso de confianza o la economía de las familias hará que tres de cada diez conductores tengan problemas con sus vehículos durante sus vacaciones.

Para que esto no ocurra es muy importante revisar adecuadamente el vehículo, y así evitar sufrir inconvenientes en el momento en el que te enfrentas a miles de kilómetros y en pleno atasco, como es común en esta época del año. Por eso aquí tienes una lista de cuáles son los fallos más frecuentes para que puedas ponerle solución antes de salir de casa.

1. Batería (29 %).

2. Motor (27 %).

3. Pinchazos (16 %).

4. Sistema eléctrico (9 %).

5. Sistemas de transmisión (6 %).

6. Sistema de alimentación (4 %).

7. Frenos (3 %).

8. Sistemas de refrigeración (3 %).

9. Manguitos del aceite (2 %).

10. Aire acondicionado (1 %).

No hacer una revisión aumenta el 50% el riesgo de sufrir una avería. Para comprobar que todo está bien, y no sufrir ningún sobresalto, es fundamental seguir las indicaciones del fabricante en lo referente a las inspecciones y pasar la ITV en los plazos establecidos. De esta manera será más fácil prevenir y detectar los posibles problemas que tenga nuestro vehículo. No obstante, antes de emprender el trayecto este verano, y aunque hayamos pasado las correspondientes revisiones, es conveniente revisar personalmente algunos de los elementos, como pueden ser.

Debemos fijarnos en la cubierta de la goma, prestando especial atención al desgaste, tanto en el centro como en la banda de la rodadura. También revisar que la profundidad del dibujo no sea inferior a 1,6 mm y si hay algún tipo de desperfecto o irregularidad. En cuanto a la presión de las ruedas asegurarnos de que cumpla con los valores recomendados por el fabricante y que se ajuste a la carga del vehículo. Todas estas mediciones deben hacerse con los neumáticos fríos y se puede saber con un simple vistazo y la ayuda de una manómetro.

Dentro de este apartado podemos encontrar diferentes tipos, desde el de frenos, el aceite, el refrigerante o el limpiaparabrisas.

Líquidos de frenos

Uno de los líquidos fundamentales de un vehículo. A la hora de parar el coche intervienen multitud de piezas como las pastillas, las pinzas de freno, o el pedal del freno, y el líquido de frenos es lo que hace que todas estas funcionen correctamente. Por lo general si hubiera algún problema con él se encenderá un piloto rojo en el salpicadero alertándonos, pero también se puede comprobar abriendo el capo y buscando un depósito blanco con un tapón negro.

Aceite

Para medirlo correctamente el vehículo debe estar completamente horizontal, parado y con el motor frío. Debemos buscar una varilla, normalmente de color chillón, sacarlo e introducirlo de nuevo hasta el tope. Una vez hecho esto, se vuelve a extraer y se comprueba que la mancha de aceite esté entre las dos muescas.

Líquido refrigerante

También conocido como anticongelante. En invierno tiene la función de prevenir que se congele por las bajas temperaturas. Sin embargo, en verano es todavía más importante ya que su trabajo es refrigerar el motor y controlar la temperatura para evitar su sobrecalentamiento. Para comprobar su nivel debemos poner el coche en una superficie plana y con el motor frío, buscar el depósito, que debería ser semitransparente, con unas marcas de mínimo y máximo y comprobar que el nivel se encuentra entre estas marcas.

Líquido de la dirección

Fundamental para que las ruedas respondan al giro del volante y se comprueba de una forma similar al aceite. La única diferencia es que en este caso el motor debe estar caliente y el depósito tiene una figura de un volante en el tapón.

Líquido limpiaparabrisas

Para poder conducir con seguridad es importante que la lunas estén limpias y no nos impidan ver con facilidad la carretera, por lo que es fundamental comprobar que los limpiaparabrisas funcionen con normalidad y el depósito tenga líquido suficiente.

Gasolina

Quizás uno de los líquidos más importantes. Hay que asegurarse de que llevamos suficiente para llegar a nuestro destino o a la siguiente gasolinera. Además hay que ser previsores y tener en cuenta los posibles contratiempos que podemos encontrarnos como atascos o retrasos. En cualquier caso, y aunque su precio cada día es más alto, no deberemos apurar al límite el depósito antes de repostar.

En verano, y con las altas temperaturas que se alcanzan en esta época, es casi imposible estar en el coche sin aire acondicionado. Por eso, hay que revisar tanto el filtro como el líquido o gas del aire acondicionado. El primero debe cambiarse cada año, ya que la acumulación de polvo y partículas puede que no deje pasar el aire. En cuanto al gas del aire acondicionado, es más complicado saber cuándo hay que cambiarlo, ya que dependerá totalmente del uso que se le de y de la zona en la que se viva.

Según los datos de Cleverea un 29% de los problemas que sufrirán los conductores en la operación salida estarán relacionado con la batería Normalmente es complicado detectar fallos antes de que estos se produzcan, por lo que una revisión del coche en un taller especializado es lo más conveniente para que la comprueben. Aún así, podemos comprobar que los bornes no estén sulfatados u oxidados y que los cables se encuentren perfectamente sujetos.

Revisar las seis luces que tenemos en el sistema de alumbrado del vehículo (cruce, carretera, posición, antiniebla, marcha atrás e intermitentes). Antes de viajar merece la pena comprobar que funcionan correctamente para evitar cualquier tipo de percance. Entre ellos la posible multa de 200 euros por llevar una fundida.

Asegurarse antes de salir que contamos con todos los sistemas de señalización y seguridad como son el triángulo de emergencia, el chaleco reflectante o la póliza del seguro en vigor. No señalar correctamente nuestro vehículo en caso de parada por avería, además de peligroso, supone una multa de 200 euros, a la que habrá que añadir otros 200 en caso de no llevar el chaleco reflectante.