Los planes para eliminar la hepatitis C se topan con un repunte por el ‘chemsex’

Los planes para eliminar la hepatitis C se topan con un repunte por el ‘chemsex’

Carlos Galera, jefe de la Unidad de VIH e ITS de La Arrixaca (en primer plano), junto a Bartolomé de Haro, de Apoyo Activo, esta semana en el hospital. / GUILLERMO CARRIÓN / AGM

La Región suma 44 infecciones agudas desde 2021, lo que supone un fuerte aumento ligado a fiestas sexuales en las que se consumen drogas inyectadas

Javier Pérez Parra

La irrupción a partir de 2015 de los nuevos tratamientos contra la hepatitis C supuso una auténtica revolución en el abordaje de esta enfermedad. La eficacia de estos antivirales es altísima, lo que permite albergar desde entonces la esperanza de arrinconar al virus, reduciendo al mínimo la transmisión. En los últimos años, se están desarrollando ambiciosos planes que pasan por la búsqueda activa de pacientes con la infección cronificada para poder tratarlos. Pero esta estrategia hacia la eliminación de la hepatitis C como problema de salud pública se ha topado, de manera repentina, con un aumento muy destacado de infecciones agudas, ligadas en gran medida al conocido como ‘chemsex’: fiestas sexuales (sin protección) en las que se consumen drogas, muchas veces inyectadas.

La Región de Murcia suma 44 casos de hepatitis C aguda desde principios de 2021. Es una cifra que contrasta con las 33 infecciones detectadas a lo largo de los siete años anteriores, entre 2013 y 2020. «Habitualmente, teníamos unos 4 ó 6 casos anuales pero, de repente, en junio del año pasado detectamos cinco. Nos pusimos en contacto con Vigilancia Epidemiológica, que revisó los datos, confirmó que había un repunte y dio la alarma», relata Carlos Galera, jefe de la Unidad de VIH e ITS (enfermedades de transmisión sexual) de La Arrixaca.

«Habitualmente teníamos entre 4 y 6 casos al año, pero de repente detectamos cinco en un mes, y dimos la alerta»

Según los datos facilitados por la Consejería de Salud, en 2021 se notificaron en toda la Región 24 infecciones agudas, diez de ellas relacionadas con sesiones de ‘chemsex’ y nueve con ‘slamming’ (consumo de drogas inyectadas durante estos encuentros sexuales). En lo que va de 2022 se han registrado otros 20 casos: 8 de estas personas señalan haber practicado ‘chemsex’ y 4 ‘slamming’.

En la mayoría de todas estas nuevas infecciones, Epidemiología apunta a las relaciones sexuales sin protección como la principal vía de transmisión. Hay, además, una alta tasa de pacientes que presentan coinfección con VIH.

Sin embargo, otros expertos matizan los datos. «Creo que hay muchos más casos en los que la vía de transmisión es en realidad el ‘slamming’, el consumo de drogas inyectadas, aunque se atribuyan a la vía sexual. No es fácil hablar abiertamente de estas cosas, y muchas personas no te lo dicen en la primera consulta, ni en la segunda. La realidad es que en el ‘chemsex’ hay a veces más drogas que sexo», advierte Bartolomé de Haro, de Apoyo Activo, una organización que ofrece apoyo psicosocial a los pacientes en La Arrixaca, y que trabaja en el campo de la prevención y la detección precoz. «El riesgo de contraer hepatitis C cuando se consume droga vía intravenosa es altísimo», recuerda, por su parte, Carlos Galera.

Incremento de ITS

Pero el contexto de las ‘chemsex’ es propicio no solo para el aumento de casos de hepatitis C, sino también para la transmisión de otras muchas infecciones. El último informe del servicio de Epidemiología refleja un incremento generalizado de la incidencia de ITS. Así, en 2021 se detectaron 278 casos de infección gonocócica en la Región de Murcia, frente a los 186 del año anterior. En sífilis, se ha pasado de 77 casos en 2020 a 107 en 2021. No obstante, detrás de estas cifras hay también una mejora en los sistemas de notificación.

«Nos encontramos ante un importante problema de salud pública, tanto por la magnitud como por las complicaciones y secuelas si no se realiza una detección, diagnóstico y tratamiento precoz que permita un rápido control de la transmisión a otras personas», subraya Epidemiología.

«Me enganché rápido y entré en una espiral de la que no podía salir»

Félix, un murciano de 48 años (el nombre es supuesto para preservar su intimidad), contrajo la hepatitis C no una, sino dos veces, durante las sesiones de ‘chemsex’ a las que acudió de forma habitual a lo largo de dos años. Todo empezó una noche «de pelotazo», recuerda. «Llegué al ‘chemsex’ de una forma no planificada. Simplemente bebes, te desinhibes y, de repente, te encuentras ahí, en una de esas fiestas. Alguien me ofreció drogas, y las tomé». No pensó que terminaría enganchado a estas sesiones de sexo y drogas sintéticas, pero eso fue lo que ocurrió.

«Desde la primera vez a la siguiente pasaron bastantes meses. Terminé volviendo, y ahí sí que ya entré en una espiral de la que no podía salir», confiesa. Al sexo sin protección se unía un consumo desenfrenado de metanfetamina, mefedrona y Alfa-PVP. Al principio, las sustancias las fumaba o esnifaba, pero después llegó el ‘slam’, el consumo inyectado. «Es la heroína del siglo XXI. Quizá no actúa tan rápido, pero sin duda te destroza. He visto a gente perderlo todo, empezando por sus trabajos, y deteriorarse por completo», relata.

«No estamos preparados»

Tras un largo viaje por este infierno, reaccionó hace un año. «En parte fue gracias a mi pareja. Vio cómo había cambiado, cómo me había convertido en alguien que en un momento dado era irascible y al otro estaba eufórico». Acudió al Centro de Atención a la Drogodependencia (CAD) un mes de junio. «Dos enfermeros me hicieron una entrevista maravillosa, y luego me pasaron a la psiquiatra. Me dio la sensación de que no conocía muy bien este tema del ‘chemsex’ y el ‘slam’, pero no tengo queja. El problema es que tardaron casi cuatro meses en darme cita con el psicólogo. Igual fue porque era verano, pero no tuve más opción que buscar un profesional por lo privado. Había acudido a pedir ayuda y me sentí abandonado», lamenta. Después, las consultas han sido más periódicas, pero «insuficientes» para tratar esta adicción.

En Madrid o en Barcelona hay recursos específicos para hacer frente al ‘chemsex’. «Mi sensación es que esta región no está preparada, y lo que viene con este problema es un ‘tsunami’», advierte.

Punteros en vigilancia epidemiológica, pero con carencias en la prevención

La Región de Murcia dispone de un potente Sistema de Información de nuevos diagnósticos de hepatitis C (SinhepaC) puntero en España. Solo Navarra cuenta con datos epidemiológicos tan completos, que permiten monitorizar desde la incidencia a las vías de transmisión. Esto contrasta con las carencias para afrontar fenómenos como el del ‘chemsex’, denuncian las organizaciones que trabajan en el campo de la prevención. «Necesitamos más facilidades en el acceso a pruebas de detección precoz; no se entiende que Salud no sea más proactiva en este tema», reflexiona Bartolomé de Haro, de Apoyo Activo.

También es una larga reivindicación la apertura de centros comunitarios como los que existen ya en muchas capitales. El Ayuntamiento de Murcia planea un recurso de estas características aprovechando la infraestructura de su servicio de salud. Los expertos piden, asimismo, incidir en la salud mental. En el ‘chemsex’ participan sobre todo hombres que mantienen relaciones con hombres y que, en muchos casos, «arrastran problemas de autoaceptación, de desarraigo, con ‘salidas del armario’ muy tardías», advierte Félix, un habitual en estos encuentros. «Hay hombres de más de 40 años que caen en estas prácticas y que, en muchos casos, ni siquiera tomaban antes drogas», explica.

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