El Cebé salva un mal día con una agónica victoria al filial del Gran Canaria

A lomos de Ryan Lobreau consiguió el FC Cartagena CB la primera victoria de la temporada, este miércoles, contra el filial del Gran Canaria (60-55). El ala-pívot francés sostuvo al equipo albinegro con 16 puntos y 8 rebotes, básicos para salvar un partido muy flojo, de nuevo sin acierto en los triples (4 de 27) ni en los tiros libres (12 de 28). Un mal encuentro, discreto y sufrido, de los de Gustavo Aranzana. La mejor noticia de la jornada, por lo tanto, fue el resultado. El Cebé tiene margen de mejora. Siempre es mejor corregir desde la victoria.

Lo más urgente es afinar la muñeca. El Cebé solo ha acertado 4 de los 41 triples en las dos primeras jornadas de liga en LEB Plata. Si ya en Huesca las cifras fueron alarmantes (1 de 16), ante el Gran Canaria no mejoraron (4 de 25). En el primer partido de la temporada en casa tampoco acompañaron los lanzamientos de tiros libres (12 de 28), en momentos claves que tensaron la cuerda demasiado. La suma de todo quedó traducida en un marcador muy pobre al descanso, por debajo de los 30 puntos. Conviene mejorar esto a corto plazo.

La primera parte la salvó el escaso acierto, también, del Gran Canaria. Ninguno de los dos equipos se despegó en el marcador, con los visitantes siempre a la cola. El Cebé tuvo momentos de lucidez, con ventajas máximas de 10 y 12 puntos, tan duraderas como un azucarillo al calor. A los chispazos locales acompañaron otros tramos atascados, con numerosas posesiones sin anotar. Ni cartageneros ni canarios se dispararon hasta llegar a un agónico último cuarto.

A ese asalto llegaron bien los de Aranzana, con una cómoda ventaja (45-36) otorgada por los cuatro triples: uno de Garuba y tres de Joaquín Reyes. Lo que pocos podían atisbar entonces era el papel emergente del visitante Serrano (22 puntos), con un martilleo constante de triples que apretaron el marcador al principio (45-44) y al final (55-54) del último cuarto. Por suerte a Serrano le tocó sentarse en el banquillo por faltas en los 27 segundos de puro vértigo.

En ese desenlace ni acertó el Gran Canaria ni pudo abrochar el partido el Cebé, error tras error. En una final agónico bastaron cuatro libres repartidos entre Emilio Martínez y Powell para alcanzar el 60-55 final. En la sombra defensiva siguieron picando piedra el gigante Mendiola (8 rebotes) y Lobreau, MVP de principio a fin con 21 de valoración.