Las altas temperaturas llenan la costa de la Región de Murcia de turistas de última hora

Ambiente del paseo de Cabo de Palos, ayer a mediodía. / J. M. RODRÍGUEZ / AGM

Los centros de buceo de Cabo de Palos funcionan a pleno rendimiento, pero muchas escuelas de vela han cerrado

Raro, como los tiempos que corren. Así transcurre este puente de Todos los Santos en la costa murciana, donde el calor ha llevado a más turistas de los esperados a ocupar plazas hoteleras, con preferencia por los hoteles sobre los apartamentos. La ocupación también ha subido en los establecimientos abiertos, debido a que algunos alojamientos costeros, como Galúa y Doblemar, en La Manga, ya han cerrado por fin de temporada.

Según los datos de la Asociación de Alojamientos Turísticos de la Costa Cálida (Hostetur), los apartamentos han tenido una ocupación «floja», mientras que en algunos hoteles, como Thalasia (San Pedro del Pinatar), han registrado el lleno el pasado sábado y por encima del 75% el domingo y el lunes del puente. El Cavanna, uno de los gigantes de La Manga, cuenta en estas semanas, además, con las plazas del Imserso.

Los turistas han dejado un buen balance en los hoteles del Mar Menor, como en el Costa Narejos (Los Alcázares) y el Traíña (San Pedro del Pinatar), pero también en Águilas, donde el hotel Juan Montiel ha contado con una alta ocupación. También ha recibido a turistas de última hora el camping Villas Caravaning. En los hoteles Los Delfines y Las Gaviotas, de La Manga, la ocupación ha rondado el 40%.

Las peores cifras se han registrado en los apartamentos costeros, como Londres, Villas La Manga o Valmanga (La Manga) y Collados (Águilas). Según Dionisio García, de Hostetur y Estación Náutica Mar Menor, en este puente suele primar el turismo nacional, sobre todo familias con niños, y grupos de visitantes británicos que inician la temporada de golf. «Es una temporada complicada, después de un verano en que no se ha producido la anoxia que todos anunciaban en el Mar Menor, lo que ha rodeado de incertidumbre los planes de los empresarios», explica. Con una imagen tan «castigada», Hostetur echa en falta «una campaña de promoción de deportes náuticos en el otoño con las mejores temperaturas que se recuerdan».

Inmersiones estrella

El clima ha convertido las inmersiones de buceo en la reserva de Cabo de Palos en el plan estrella de las familias. «Tienen mucha demanda los fines de semana y este puente han rozado el lleno absoluto, mientras que las bases náuticas han cerrado casi todas por falta de público», explica García. Otro aliciente del puente en el Mar Menor ha sido el centro de talasoterapia de San Pedro del Pinatar, aunque el director del complejo Thalasia, José Catalá, asegura que «el balneario atrae más con tiempo más otoñal».

El hotel registra llenos los fines de semana y cuenta con previsiones positivas para el invierno, ya que en noviembre empezará a recibir a más de veinte equipos de fútbol y selecciones nacionales de varios países para realizar sus partidos amistosos.

La losa de la inflación

A pesar de las buenas expectativas, el director de Thalasia asegura que «la situación es trágica para el sector hotelero, ya que, con ocupaciones por encima de 2019, tenemos entre un 30% y un 40% menos de beneficio por la inflación». Esta losa económica incrementa los costes hasta un 50% en el apartado de hostelería. «La mayoría de los empresarios están haciendo un esfuerzo enorme para no subir los precios en la proporción que tienen que pagar las materias primas», afirma Catalá.

Los albergues también mantienen el tipo con una ocupación en torno al 60%-70%. Los trece albergues turísticos asociados a la Federación de Hostels de la Región de Murcia, ubicados en Águilas, Cartagena, Cabo de Palos, Los Alcázares, San Pedro del Pinatar o Murcia, están recuperando la interrelación entre los viajeros, una de las fuerzas motoras de este modelo turístico. «Hemos mejorado en calidad y servicios, pero el precio no ha subido. Somos una opción muy apetecible para cualquier bolsillo», apunta el presidente de Hostels, Manuel Guillén.