Asaltan y desvalijan en cuatro minutos el restaurante La Bernarda de Murcia

Una cámara de videovigilancia capta al ladrón desvalijando la caja del local.

La propietaria del local sospecha que fue un grupo que les vigiló, planeó el robo y utilizó inhibidores para anular la alarma de seguridad

No sonó la alarma ni hubo grandes destrozos en el restaurante. El ladrón (o ladrones) tenía planeado, en apariencia, el palo que iba a dar para desvalijar el local. Cerca de las cuatro de la madrugada de ayer, jueves, las cámaras de seguridad del restaurante La Bernarda del barrio murciano de Santa Eulalia, situado en la calle Joaquín Costa, se activaron al detectar movimientos y comenzaron a grabar.

El asalto se inició en la parte trasera del establecimiento, que da a la calle San José, forzando la cerradura de una persiana y la de la puerta de acceso a un almacén mediante palanca con alguna herramienta. En ese momento, las imágenes de las cámaras de videovigilancia registran la secuencia del robo, que dura 4 minutos, de las 4.04 a las 4.08 horas. En escasos cuatro minutos, un hombre con una linterna, guantes en las manos, tapado con una capucha y una sudadera de la marca Adidas accedió al interior del restaurante y se dirigió a la caja registradora.

Con una tranquilidad pasmosa fue cogiendo billetes y vaciando el cajón del dinero del cambio. De allí, accedió a una oficina, donde hizo varios destrozos y forzó una pequeña caja de caudales. «Dentro estaba el dinero de la recaudación de ese día, que también se llevó», recuerda Lola Sánchez, propietaria del restaurante. Antes de marcharse, el ladrón tuvo tiempo de llevarse 20 décimos de lotería, dos PDA, una ‘tablet’ y una caja con botellines de zumos.

«Aunque solo se ve a un hombre en las imágenes de las cámaras, pensamos que pudo haber, al menos, una segunda persona vigilando en el exterior, porque la tranquilidad con la que actuó para robar no era normal», señala la dueña de La Bernarda. La propietaria sospecha, además, que el robo fue perpetrado por gente que había estado vigilando previamente el local y que disponía de medios como inhibidores, para inutilizar la alarma. «No me explicó cómo no se activó».

Inseguridad y desprotección

Comerciantes y vecinos de Santa Eulalia denunciaron el año pasado una oleada de robos en el céntrico barrio murciano. Llegaron a manifestarse en la plaza de Europa para pedir más presencia policial.

Las protestas lograron el compromiso del Ayuntamiento de Murcia y de la Delegación del Gobierno para reforzar la vigilancia. Sin embargo, meses después, la sensación es que los delitos vuelven a repuntar. El último asalto ocurrió el pasado mes de julio, cuando robaron en Cucú Food Experience, otro restaurante.

«Abrimos La Bernarda hace 15 años en este barrio y nunca como ahora nos hemos sentido tan desprotegidos y con tanto temor a que nos entren a robar. Solo pedimos más seguridad», concluye Lola Sánchez.