Como uno más de la plantilla: «Me motiva venir a trabajar cada día»

José Antonio Parra, Gloria Gómez y Rafael Alfonzo. / GUILLERMO CARRIÓN / AGM y m.r.

Día Internacional de las Personas con Discapacidad Intelectual

Las historias de José Antonio, Gloria y Rafael rompen cualquier tipo de etiqueta y reflejan el éxito de la lucha incesante por la inclusión laboral

Levantar cabeza cuando se siente en primera persona el rechazo y discriminación por sufrir una discapacidad no es una tarea sencilla. Una situación que José Antonio, Gloria y Rafael conocen a la perfección, pero lejos de hundirse por sus pequeñas diferencias, han sabido dar un paso al frente y romper cualquier tipo de barrera. Actualmente son como uno más de la plantilla, pero para alguno de ellos, no siempre ha sido así. Sus voces proyectan el largo camino que aún queda por recorrer, pero sus historias sirven como altavoz para subrayar el esfuerzo y valentía que supone conseguir un puesto de trabajo.

Galería.

GUILLERMO CARRIÓN Y M. R.

La realidad es que hacerse hueco en el mercado laboral se ha convertido para ellos en un verdadero campo de batalla. De algún modo, las exigencias demandadas por las empresas los arrinconaban y dejaban fuera de combate. Sus ángeles de la guarda, los que están al pie del cañón, se encuentran tras la federación Plena Inclusión, que trabajan mano a mano con distintas asociaciones para su contratación. Fruto de su intervención, el pasado año sumaron más de 180 nuevos contratos. Sin embargo, su misión traspasa esa frontera y se centra en difundir los grandes ejemplos de superación que son sus pequeños héroes. Unas historias que encogen el corazón, pero que avivan la necesidad de la integración en la sociedad.

José Antonio Parra

El chef de confianza de Vistabella

José Antonio con las marineras que acaba de preparar en el bar El Jumillano. /

M. R.

Tras saltar de contrato en contrato, hace seis años José Antonio Parra aterrizó en tierra firme, un lugar en el que ya tiene decidido que se jubilará: el bar El Jumillano de Murcia. Su Discapacidad Intelectual Límite (DIL) no le impidió posicionarse como uno de los perfiles más imprescindibles de su plantilla. «Es capaz de hacer prácticamente cualquier cosa, en el momento en el que lo necesitamos ahí está para todo», relata Juan Pedro Monreal, uno de sus jefes. Localizado en un lugar estratégico de Vistabella, sus dueños cuentan con un prestigio de casi 70 años que no dudaron en confiar en las manos del joven. Quienes lo conocen lo describen como un auténtico chef, sin estrella Michelin pero con una devoción que traspasa más allá del plato.

Así, a su corta edad, la vida le dio una oportunidad con la que explotar al máximo su potencial. Su jornada arranca a las 12.30 horas, momento en el que se enfunda el delantal y se pone manos a la obra: de la barra a la cocina y de los fogones directamente a la mesa; todo un profesional que abarca desde las funciones básicas de camarero hasta las propias de un cocinero.

Un listón muy alto en el que el apoyo de sus compañeros es fundamental: «Disfruto con ellos cada mañana», manifiesta el chef. Pero realmente, el epicentro de su pasión son sus clientes, por quienes confiesa que se entrega «en cuerpo y alma para que se vayan a gusto». Juan Pedro lo tiene claro, el joven «es muy trabajador, simpático con sus compañeros y con todo aquel entra. Por eso continuará con nosotros todo el tiempo que quiera». Unas cualidades que sus antecesores dejaron escapar por no reconocer a tiempo.

Rafael Alfonzo

Un limpiador de empresas líderes

Rafael, trabajador del grupo Serclimp. /

M. R.

A pocos kilómetros de la capital, el despertador de Rafael Alfonzo irrumpe cada mañana en la serenidad de su hogar, ese que ha ganado con su propio sudor. Su independencia comenzó hace más de cuatro años. «Me encanta vivir solo, tengo mi tranquilidad y mi intimidad», detalla el joven de 30 años, que tiene Asperger. Un privilegio con el que demuestra que nadie debe compadecerse de su discapacidad. Sin embargo, su andadura no ha sido un camino de rosas. «Al principio me costó, necesitaba ayuda para organizarme con los menús, con la ropa y con el tema económico», especifica. Un proyecto de vida que se costea encadenando diversos empleos.

Es así como se ha convertido en la gran estrella del grupo de limpieza Serclimp, y el motivo por el que empresas como Soltec relucen desde primera hora del día. Su jefa, Inmaculada Moreno, aplaude la positividad que desprende, ya que gracias a esa motivación «nos lo ha puesto muy fácil. Además, ha aportado un valor excepcional a todo el equipo, que somos una familia».

La CEO de Serclimp subraya que sus compañeros lo aclaman como un ser lleno de luz, que «ha sido capaz de integrarse en absolutamente todo». Prueba de ello es su gran versatilidad: «Ofrezco mis servicios como limpiador y después me desplazo en autobús hasta Astrade; esa es mi rutina», aclara Rafael, que tiene calculado su horario al milímetro para llegar con puntualidad a todo.

Gloria Gómez

Una experta de fibra óptica y móvil

Gloria verificando los contratos de sus clientes. /

GUILLERMO CARRIÓN / agm

Si la operadora Avanza Fibra funciona correctamente en la Región de Murcia es gracias a Gloria, una joven de 23 años que entró por sus puertas hace dos años para hacer unas prácticas y acabó echando raíces. Su Síndrome de Down no pudo con ella, y con perseverancia logró sacar adelante sus estudios, un grado medio en Comercio y Marketing. Con entusiasmo recuerda cómo fue ese proceso que le permitió formarse: «Me costó mucho estudiar algunas asignaturas, me resultaban difíciles pero al final insistiendo e insistiendo, me lo he conseguido sacar.

Un mes fue más que suficiente para reconocer el talento y gran profesionalidad de la joven. Tras ese periodo, la empresa no dudó ni un segundo en solicitar su presencia. «Cuando me contrataron fue una alegría para mí. Me motiva venir a trabajar cada día», relata emocionada. Además, confiesa el estímulo de su rutina: «Mis compañeros son muy graciosos, me divierte venir aquí cada día».

Su golpe de suerte estuvo impulsado por Assido, quien la acompañó durante todo el proceso. Alicia Justo, miembro de la asociación, sostiene que Gloria «es muy tímida, entonces al principio le costaba». Una conducta que cambió radicalmente, ya que las buenas ‘vibras’ del equipo hicieron que muy pronto se soltara. «Nos ha asombrado mucho el cambio que hemos visto en ella», y es que, «al final el objetivo es que ellos sigan avanzando y que tengan lo mismo que tenemos el resto», concluye Alicia.

Tres historias con nombre propio que reflejan la lucha incesante por formar parte de un equipo de trabajo. Una tarea todavía pendiente en la sociedad que está comenzando a dar sus pequeños frutos gracias al apoyo incondicional de asociaciones, familias y empresas. Por desgracia, estos testimonios tan solo representan tres casos aislados. Sin embargo, permiten vislumbrar cómo sería un horizonte en el que las personas con discapacidad estuviesen totalmente integradas en el mundo laboral, disfrutando del mismo derecho que los demás a labrarse un futuro prometedor.

Enlace de origen : Como uno más de la plantilla: «Me motiva venir a trabajar cada día»