Cuando la Navidad se convierte en afición

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Juan Antonio Garre es famoso en Alquerías por su belén. A sus 79 años, este entrañable vecino por el que todo el mundo siente un cariño especial en la pedanía murciana asegura que desde que tiene «uso de razón» no recuerda una Navidad en la que no haya ideado un nacimiento. «Empecé haciendo figuras con tierra del huerto de mi padre cuando era un crío. Mientras él cavaba, yo modelaba», explica de los inicios de su pasión por los montajes navideños.

Fue años más tarde cuando pasaron por sus manos las primeras «figuras de verdad». «Antiguamente, a los pueblos venían unos vendedores de Murcia a los que llamaban ‘hileros’ que llevaban piezas de belén que intercambiábamos por trapos y panizo», recuerda de su infancia mientras coloca minuciosamente cada uno de los elementos que componen su belén, en el que hay más de 2.000 figuras y piezas de todo tipo, muchas de ellas fabricadas por él con «paciencia» y grandes dosis de esmero.

«Desde septiembre sin parar»

Un despliegue artístico que tiene tres alturas y ocupa una superficie de 20 metros de largo por 8 de ancho. «Ya no me queda más espacio para ampliar», dice sobre la extensión de su obra. Este belén que forma parte de la existencia de Juan Antonio cobra vida en su boca. «Cumplió 70 años en 2019», apunta como si se tratase de una criatura. «Es como un hijo», dice sobre una afición que le ocupa mucho tiempo y se ha convertido en un gran estímulo en su día a día. «Llevo desde el 1 de septiembre sin parar».

El Santuario de la Fuensanta con la Virgen llegando en romería al monte es una de las primeras escenas que se divisan al poner un pie en el bajo donde Juan Antonio monta su belén, que también cuenta con una réplica del monasterio de las monjas benedictinas, la iglesia de Alquerías y hasta casas cueva de Puerto Lumbreras. «Es muy murciano», sostiene su autor mientras comprueba que todos los mecanismos funcionan correctamente. «Me desvelo de madrugada pensando en lo que me falta por montar y todo lo que tengo que revisar», confiesa este alqueriense que lleva la Navidad en las venas. «Lleva muchas horas de trabajo, pero aquí se me quitan todos los dolores. Me encanta, esto es mi vida».

Maestro de belenes caseros

Juan Antonio se ha convertido en un maestro para otros vecinos de Alquerías aficionados a los belenes caseros. Su sobrino Antón Garre es uno de sus discípulos. «En mi belén recreo lugares con mucho valor emocional para mí, como la plaza de la iglesia de mi pueblo, la casa donde nació mi madre y una figura que representa a mi padre, que falleció hace dos años. Como pasa la semana fuera de la Región por motivos de trabajo, su madre le echa «una ‘manillo’». «Es una labor muy entretenida y hay que hacer malabarismos para que no se caigan las piezas cuando vas poniendo nuevas», explica Trini Ponce, que se siente muy orgullosa del trabajo que realiza su hijo cada año montando su belén casero. «En mi casa vivimos la Navidad a tope», destaca emocionada. «Si por mi hijo fuera, alquilaría un bajo más grande para ampliar. Y yo le digo: ‘Antón, si ya no te caben más figuras’», cuenta.

Primer premio regional

José Ángel Pérez también se contagió desde muy pequeño del espítiru navideño que se respira en la casa de Juan Antonio. El año pasado ganó el primer premio regional en la categoría de belén artístico. Y es que su montaje tiene un estilo distinto a los de sus vecinos Juan Antonio y Antón, que se centran en escenas más costumbristas.

En su caso, lleva todo el año trabajando en un belén con el que pretende «que la gente sienta que está vivo». «Busco el realismo y por eso prefiero poner menos figuras para que la escenografía gane protagonismo», explica sobre una obra que hace por amor al arte y a la Navidad.

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