Municipios de Almería próximos a la Región están obligados a tener un plan frente a tsunamis

Un total de trece municipios de la vecina provincia de Almería están obligados a desarrollar un plan de actuación local frente a tsunamis, entre ellos se encuentran núcleos muy próximos a la Región de Murcia, como Pulpí, Cuevas de Almanzora y Vera.

La intensa actividad sísmica en el Mediterráneo, y en concreto en la zona del Mar de Alborán, por el contacto entre las placas Ibérica y de Alborán con la Africana, ha provocado que científicos y expertos estudiaran minuciosamente el riesgo de maremoto en la zona. El Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) alertó el pasado año de que un terremoto intenso podría generar
olas de hasta seis metros de altura, que tardarían en llegar a la costa mediterránea entre 21 y 35 minutos.

Andalucía, junto con la Región de Murcia son dos de los puntos de mayor riesgo sísmico del Mediterráneo. Uno de los terremotos más destructivos de la historia de España lo sufrió precisamente Almería en 1522. El seísmo, de entre 6,8 y 7 grados en la escala de Richter provocó un tsunami similar al ocurrido en Lisboa en 1531 y acabó con la vida de más de 2.500 personas.

Para tratar de hacer frente a las advertencias de los expertos, Andalucía ha sido la primera comunidad de España en ponerse manos a la obra para prever estos riesgos en su nuevo Plan Territorial de Emergencias de Protección Civil. El proyecto de la Junta de Andalucía obliga ahora a los municipios de Adra, Balanegra, Carboneras, Cuevas del Almanzora, El Ejido, Enix, Garrucha, Mojácar, Níjar, Pulpí, Roquetas de Mar y Vera a desarrollar un plan de prevención ante el riesgo de maremotos. El objetivo es que las propias localidades cuenten con un dispositivo de información, previsión, alerta y actuación para evitar o reducir al máximo los daños que pudieran producirse en caso de tsunami.

Además, la propia Junta de Andalucía recomienda a la población que reside en la costa que planee y ensaye cómo evacuar a sus seres queridos. Aconseja conocer la distribución de lugares seguros (más de 30 metros de altura) y vías de escape desde casa y el trabajo, así como aprender a cortar el agua, el gas y la electricidad, incluso en condiciones de oscuridad. También recomienda tener preparado un botiquín y ante todo no quedarse en la playa para observar lo que ocurra.