La Región, tierra de águilas y murciélagos

La Región, tierra de águilas y murciélagos

Miguel Ángel Ruiz

Si usted se encuentra en un espacio forestal de la Región de Murcia, el que sea, levanta la cabeza y divisa un ave de gran tamaño planeando a varios cientos de metros sobre su cabeza, es muy probable que se trate de un águila real, una poderosa rapaz que durante los últimos años ha colonizado prácticamente todas las sierras. En esos mismos espacios montañosos, aunque a baja altura y especialmente en el Noroeste, revolotean al menos veinte de las 35 especies de murciélagos presentes en España; con diferencia, el grupo de mamíferos más numeroso en la Comunidad Autónoma.

Otros vertebrados no atraviesan un buen momento, por ejemplo los anfibios en su conjunto, y animales emblemáticos del Sureste de la península como la tortuga mora siguen amenazados por la pérdida continua de hábitat y la ausencia de planes de conservación que garanticen su futuro; un porvenir que depende en parte de los acuerdos que se adopten mañana en la Cumbre de Diversidad Biológica que se celebra en Montreal (Canadá).

El objetivo de la COP15, en la que casi 200 delegaciones internacionales llevan dos semanas debatiendo y negociando, es lograr un gran pacto global para frenar el deterioro de la naturaleza en el planeta, donde un millón de especies corren peligro de desaparecer y el 75% de la superficie terrestre y el 66% de la oceánica ya están alteradas por las actividades humanas.

A continuación, un repaso a la situación de las principales especies de interés -es decir, las que cuentan con distintos niveles de protección- en la Región, un territorio que aún disfruta de una gran biodiversidad pero que es especialmente vulnerable al cambio climático y a cambios en los usos del suelo.

Mamíferos

Veinte de las 35 especies de murciélagos ‘españoles’

Pese a su leyenda negra -se les acusó de provocar la pandemia de Covid-19, sin entrar en la literatura, el cine de terror y los cuentos populares-, los murciélagos son una pieza insustituible en el engranaje de la naturaleza. Estos ávidos comedores de insectos -y por tanto eficaces controladores de plagas- suponen el grupo de mamíferos con mayor número de especies en suelo murciano, con al menos veinte de las 35 con presencia en España. También es el grupo de mamíferos con mayor grado de amenaza de la fauna regional, ya que nueve especies aparecen recogidas en la Directiva Hábitats y dieciocho en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. «Es especialmente relevante la presencia de poblaciones abundantes y bien conservadas del murciélago ratonero patudo (‘Myotis capaccinii’), único quiróptero catalogado a nivel nacional en peligro de extinción», explica a LA VERDAD la Dirección General de Medio Natural.

La Región también alberga especies exclusivas de la península, como el murciélago hortelano ibérico y el murciélago ratonero gris. La situación de algunas de ellas es preocupante: el seguimiento de sus poblaciones por parte de los técnicos de fauna de la Consejería ha constatado un declive muy acusado del murciélago mediano de herradura, del murciélago mediterráneo y del murciélago de cueva, con disminuciones aproximadas del 95%, 85% y 70%, respectivamente. Por el contrario, la población de ratonero patudo se mantiene aparentemente estable, mientras que aumentan los murciélagos pequeño y grande de herradura y ratonero grande.

La nutria, que llegó a considerarse desaparecida en la Región, se encuentra ahora en su máxima distribución conocida: ya ha regresado a la mayor parte del río Segura y sus afluentes principales -Alhárabe, Argos, Quípar y Mula-, aunque aún no ha reconquistado la cuenca lorquina Luchena-Guadalentín. Se estima que ocupa 265 kilómetros en los cauces fluviales de la Comunidad, con unos 50 ejemplares en total. Su buena recuperación motiva que su categoría cambie de ‘en peligro de extinción’ a ‘vulnerable’ en una próxima revisión del catálogo regional de especies amenazadas, adelanta a este diario el Ejecutivo autónomo.

De otras dos especies de carnívoros no se puede decir lo mismo: de comadreja y turón apenas hay registros recientes y se les considera cercanos a la extinción, según datos del Proyecto Encebra, que ha recopilado en los últimos años más de 10.000 citas de las 78 especies de mamíferos localizadas en la cuenca del Segura gracias al trabajo de más de cien naturalistas.

También preocupa el gato montés, del que apenas existe información científica, salvo que está en regresión -como en toda Europa- e hibridado peligrosamente con el gato doméstico. El 40% de las observaciones se localizan en las sierras de Columbares, Altaona, Escalona (Murcia) y la mitad noroeste del Campo de Cartagena.

Aves

74 parejas de águila real y 22 de perdicera

La información más reciente sobre el águila real -correspondiente al año 2021- confirma el aumento progresivo de esta especie desde 2002. Ya hay 74 parejas reproductoras, en prácticamente todos los sistemas montañosos de la Región, que el año pasado sacaron adelante 71 pollos. El águila perdicera, catalogada en peligro de extinción, se mantiene estable con 22 parejas y un alto rendimiento reproductivo: 29 pollos. La Consejería de Medio Ambiente ha localizado un nuevo territorio ocupado en el Altiplano. El águila imperial, con una población al alza en España -más de 500 parejas-, ha sido observada últimamente en el Altiplano y en Lorca, pero aún no se ha asentado.

Las rapaces carroñeras también disfrutan de buena salud. Los buitres leonados suman ya 279 parejas -238 pollos en 2021- y una nueva colonia de cría en Sierra Espuña, que se añade a las ya conocidas de Caravaca de la Cruz, Moratalla y Lorca. Una pareja de buitre negro, extinguido en la Región a principios del siglo XX, ya ha criado dos pollos desde 2019 en Lorca -Sierra del Gigante, Pericay y Almirez- y el quebrantahuesos ronda las montañas murcianas para recuperar el terreno perdido: dos ejemplares -de los 76 liberados desde 2006 por la Junta de Andalucía en Castril y Cazorla en su programa de reintroducción- son vistos con frecuencia entre las sierras de las Cabras y Revolcadores, por lo que se espera que terminen por instalarse pronto.

Cara y cruz entre las aves esteparias, con especies que suben, como el cernícalo primilla -341 parejas en 2021, por las 265 de 2020-, y otras al borde de la extinción, como la alondra ricotí, que aparentemente solo conserva una población con seis machos cantores en la Solana del Picarcho (Cieza). Los técnicos de fauna de la Consejería han recomendado la protección completa de esta zona para evitar su desaparición en pocos años. También es crítica, aunque no tan grave, la situación del aguilucho cenizo, con presencia en el Carmolí, Lo Poyo (Mar Menor, Cartagena), Zeneta, Valladolises (Murcia) y Caravaca de la Cruz.

La ganga ibérica se ha recuperado, la ganga ortega ha aumentado en los últimos años, el sisón común se mantiene y la avutarda ya no cría en las Estepas de Yecla, aunque conserva en el Altiplano una población invernante.

Medio Ambiente tiene redactado desde hace años -aunque sin aprobar- un plan de recuperación para las aves esteparias, especialmente amenazadas por las alteraciones del territorio, como la transformación de secanos cerealísticos en regadío y la construcción de plantas solares.

En cuanto a la malvasía cabeciblanca, anátida en peligro de extinción, cuenta en la actualidad con dieciséis parejas reproductoras -las mismas que en 2021 y siete menos que en 2020 y 2019-, la mayor parte en las lagunas de Campotéjar (Molina de Segura).

Anfibios

Traslocación de sapo partero bético en Sierra Espuña

Los anfibios se encuentran en «declive total», informa Jorge Sánchez, biólogo de la Asociación de Naturalistas del Sureste (ANSE): por la desaparición paulatina de cuerpos de agua y otros hábitats adecuados para este grupo de fauna, pero también por la quitridiomicosis, una enfermedad infecciosa, con origen en un hongo, «que ya ha sido detectada en la Región y que ha acabado con algunas poblaciones en zonas bien conservadas». Según el criterio de Jorge Sánchez, «básicamente todos lo anfibios están amenazados salvo la rana común, y ninguno figura todavía en el catálogo regional de especies en peligro. La ranita meridional parece haberse extinguido, el sapillo pintojo estaría próximo a la desaparición y el gallipato quizá provenga de introducciones tras su extinción», explica. En cuanto al sapo partero bético, la Comunidad tiene controladas cuatro poblaciones: sierras de Moratalla y Caravaca; montes del sur de Cehegín y Bullas; suroeste de Caravaca; y Sierra Espuña, con peligro de extinción local en este enclave por su aislamiento en una zona escarpada y con mucha pendiente. Con el asesoramiento de la Universidad de Murcia, la Consejería de Medio Ambiente se plantea el refuerzo poblacional en el parque regional mediante la traslocación de ejemplares.

Peces

El caballito peligra en el Mar Menor y el fartet se recupera

Buenas noticias para el fartet, el diminuto pececillo en peligro que vive en aguas salobres, tanto costeras como de interior: se recupera en el Mar Menor tras superar un importante descenso poblacional desde 2019 a causa de los episodios de anoxia, apunta la Consejería de Medio Ambiente, y coloniza el humedal de Rambla Salada (Fortuna y Abanilla). Su estado de conservación también es ‘bueno’ en las salinas del Rasall (Calblanque) y San Pedro, y ‘moderado’ en las de Marchamalo (La Manga, Cartagena). En los humedales del Mar Menor -Carmolí, La Hita, Encañizadas, Lo Poyo, Punta de Vaca y Veneziola- su estado fluctúa entre ‘malo’, ‘deficiente’, ‘bueno’ y ‘muy bueno’, en función de la época del año. En el río Chícamo ha desaparecido y solo se mantiene un ‘stock’ cautivo en tres balsas de propietarios colaboradores.

La situación del caballito (‘Hippocampus guttulatus’) en el Mar Menor es caso aparte. Con una amplia distribución en Europa y el Mediterráneo, donde cuenta con la catalogación de ‘casi amenazado’, su población en la laguna salada pasa por su momento más delicado debido a la crisis ecológica del humedal. El último censo, que elabora la Asociación Hippocampus, arrojó en 2020 un dato preocupante: solo 1.347 ejemplares. El científico del Instituto Español de Oceanografía (IEO) Miguel Vivas, que hace un seguimiento puntual de la especie, considera que el hipocampo se encuentra en un «cuello de botella» en el Mar Menor y que para salvarlo sería necesario introducir en la laguna caballitos procedentes de cría en cautividad.

Reptiles

Tortuga mora: más preguntas que respuestas

Pocas especies representan mejor a la Región que la tortuga mora (‘Testudo graeca’), que tiene su población más importante en el semiárido territorio murciano: en las sierras litorales y prelitorales de Águilas, Lorca, Puerto Lumbreras y Mazarrón, donde ocupa casi 1.500 km2 en un área de distribución conectada con el norte de Almería. Además, hay otros dos pequeños grupos en Baleares y Doñana. Pero no hay información precisa de su número de ejemplares ni de su situación, salvo que su estado es ‘vulnerable’ y que su supervivencia depende de un hábitat que sufre pérdidas continuas por las roturaciones incontroladas de monte bajo y nuevas amenazas, como la transformación del terreno para plantas fotovoltaicas y otras infraestructuras. El Gobierno regional trabaja en un plan de conservación.

La tortuga boba, el quelonio marino más frecuente en el Mediterráneo, ha comenzado a anidar en la costa española en los últimos años, con puestas exitosas en Calblanque, La Manga y Calnegre en veranos recientes.

Y en cuanto a la lagartija de Valverde, especie endémica de las cordilleras béticas, fue citada por primera vez en la Región en 2010 en Revolcadores (Moratalla), pero muestreos posteriores no han dado resultados positivos.

El lince ibérico regresará en febrero a las sierras de Lorca

El lince ibérico será reintroducido oficialmente en la Región en febrero de 2023, en el marco de la estrategia nacional para la recuperación de sus poblaciones en la península, de la que forma parte la Comunidad Autónoma desde hace más de una década junto con Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Portugal. El lugar elegido para su regreso es el entorno montañoso de las pedanías altas lorquinas: las Sierras del Gigante y Pericay, Lomas del Buitre-Río Luchena y Sierra de la Torrecilla. Está previsto soltar ocho ejemplares de inicio y otros diez en años sucesivos para establecer un núcleo consolidado.

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