La expectación que dio paso a la decepción por no ver al Rey

La expectación que dio paso a la decepción por no ver al Rey

Decenas de Vecinos, a las puertas de la estación de Murcia, este lunes. / Nacho García / AGM

Decenas de ciudadanos se acercaron a la estación del Carmen de Murcia con la esperanza insatisfecha de asistir a la llegada de Felipe VI

Pilar Benito

«Entonces, para qué hemos venido? Para ‘ná’». Este retazo de conversación entre una abuela y su nieta resume el sentir de las decenas de murcianos que se acercaron este lunes a las puertas de la estación de ferrocarril del Carmen, la nueva y la antigua, en la que unos cuantos metros más abajo se hacía historia, con la llegada de la alta velocidad soterrada. No pudieron ver a las autoridades, especialmente al Rey Felipe VI, del que muchos reclamaban su presencia. Y no pudieron pese a que aguantaron hasta el final, cuando ya estaba claro que el acto había acabado.

Fuertemente custodiada por agentes de la Policía Nacional, los vecinos no pudieron acercarse a la entrada y solo les dejaron estar en la acera de enfrente, detrás de las vallas colocadas al efecto.

A las 4 de la tarde empezó a llegar la gente: mayores, jóvenes, familias, grupos de amigas. Algunos intentaron bajar a las vías, que tantos años habían visto desde sus casas e incluso habían pisado. «No nos han dejado entrar si no teníamos invitación», se lamentaba Isabel Peñalver, una oriunda de Patiño que se desplazó hasta la capital para vivir este momento histórico en directo. «Si lo sé, no me dejó la siesta», continuó. «No hay derecho a que no podamos entrar», añadió Reyes Rodríguez, vecina de Bullas. Tampoco les hizo gracia de la situación a tres socias del Centro Federica Montseny de la Mujer de San Basilio, Reyes, Toñy y Mariluz.

Varios miembros de la Plataforma Pro Soterramiento vestidos con sus emblemáticas camisetas esperaron también hasta el final y jalearon con lemas como ‘El AVE ha llegado, pero soterrado’, a los compañeros que estuvieron dentro invitados, como su portavoz, Joaquín Contreras. Carmina Tornel fue la que dio voz a la decepción de no haber podido saludar a las autoridades: «Después de todo lo que hemos pasado, no hay derecho», dijo en referencia a los 30 años de lucha.

Más pendiente de su negocio estuvo Daniel Balsalobre, del Bar Dani, de enfrente de la nueva estación: «Ha llegado demasiado tarde, pero nos va a venir genial a Murcia y al comercio», destacó. Y en una de las mesas de fuera, un grupo de jóvenes maquinistas de Renfe destacaron la importancia del día, no sin dejar pasar una crítica: «Nos parece demasiado largo el trayecto» y los tiempos. Son Alejandro, Abel, Arturo, Miguel y Juanjo, todos de la Región menos Abel, que es vecino de Aranjuez.

La familia Souán de El Palmar, con el abuelo Eduardo a la cabeza, es consciente del momento histórico que está viviendo. «Ya está aquí y no se lo van a llevar, es muy positivo para Murcia», comentó el hombre, que espera que mejoren las frecuencias. Le acompañaba su hija Teresa y sus nietas, Sofía y Paula, junto al pequeño Miguel.

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