Apenas 1.500 argentinos residen en la Región; la Casa Argentina, en Vistalegre, quiere ser nexo de unión para un colectivo migratorio muy particular
Y el fútbol los hizo visibles en las calles de Murcia. No es precisamente la argentina la comunidad extranjera más numerosa en la Región ni tampoco en su capital. Con poco menos de 1.500 compatriotas censados, ni siquiera se encuentran, por número, entre las veinte nacionalidades más representativas del fenómeno migratorio en la comunidad autónoma. Eso no fue obstáculo para que ayer la
albiceleste ondeará en la plaza Circular como muestra de celebración por la conquista del título de campeones del mundo, pero también como símbolo de hermanamiento de una población dispersa y heterogénea socialmente. Porque tampoco es la argentina una comunidad que goce de fuertes vínculos asociativos entre sus miembros, al menos en el municipio de Murcia, sino que suele integrarse en la sociedad española con facilidad y naturalidad.
«El Mundial nos ha funcionado como la mejor campaña de comunicación posible y ha permitido que comencemos a juntarnos y conocernos, aunque haya sido para ver los partidos», explica Ernesto Zárate, responsable de Casa Argentina en Murcia. Tras varios precedentes frustrados, esta asociación, con sede en el barrio de Vistalegre y que goza de apenas unos meses de vida, espera convertirse, esta vez sí, en el punto de referencia para todos los nacidos en el país latinoamericano. Y lo del lugar de nacimiento como nexo de unión es un elemento a subrayar, porque si atendemos a su ciudadanía, los documentos oficiales apuntan en otro sentido. «Es la inmigración argentina hacia España un fenómeno muy singular: la gran mayoría de los residentes llegaron aquí con la alfombra roja que supone un pasaporte español o comunitario –normalmente italiano–, gracias al viaje de ida que sus abuelos emprendieron a principios del siglo pasado hacia un país entonces floreciente en lo económico y que los acogió con los brazos abiertos», añade Zárate.
Buena parte de los nacionales de este país latinoamericano llegan legalmente a España con un pasaporte comunitario
Ese es el caso, por ejemplo, de Marcelo Mastrolorenzo. Zapatero de profesión, llegó a Murcia apenas un mes antes de la irrupción de la pandemia, cansado de la inestabilidad económica endémica de su patria. «Me lo quitaron todo y me harté de empezar de cero, así que vendí el coche y la casa y, siguiendo el consejo de una amiga, me planté con toda la familia en Murcia, que me parecía una ciudad barata, con buena calidad de vida y llena de posibilidades», explicaba desde su concurrido negocio del barrio de Vistalegre. Y es que el argentino es un especialista en reinventarse.
La inestabilidad y la inseguridad empujan a emigrar a unos ciudadanos que se dejan sentir en el tejido comercial de Murcia
Eso mismo tuvo que hacer Alfredo Pérez. Ayudante del fiscal en Buenos Aires, en su caso fue la situación de inseguridad lo que lo empujó a huir. «Nos asaltaron varias veces; no podíamos más con ese miedo de salir a la calle, así que me planteé qué sabía hacer, agarré mi pasaporte español y me planté con mi mujer y mis hijos en Almería, que es de donde es originaria mi familia», explica el jurista. Experto en taekwondo, comenzó a dar clases de este arte marcial en Corvera para, sin abandonar su pasión, abrir varios establecimientos hosteleros, el último ayer mismo: la pastelería Patagonia, que regenta su mujer.
Y es que, dado este espíritu emprendedor, no es extraño encontrarse en Murcia con negocios con acento argentino. Hugo abrió su locutorio unos años después de llegar a España. Sin las facilidades de un pasaporte comunitario, él se benefició de la regularización masiva de Zapatero. «Desde Casa Argentina intentamos no solo ser un espacio de encuentro, sino también de solidaridad, brindando asesoría jurídica a aquellos que la precisan en materia de residencia o a la hora de emprender, a la vez que ayudamos a encontrar trabajo a aquellos que lo necesitan», subraya Zárate. En este último aspecto juegan un papel fundamental las empresas iniciadas por otros compatriotas. «Yo encontré un hueco en la construcción, porque en España, trabajo hay», explica Nicolás Fernández, natural de Mendoza y ataviado con la camiseta albiceleste. El fútbol ha dado a los argentinos de Murcia una nueva oportunidad para estrechar lazos.
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Enlace de origen : Los argentinos de Murcia se reencuentran gracias al Mundial