«Después de 40 años, el Estatuto se nos ha quedado pequeño; hay que actualizarlo»

«Después de 40 años, el Estatuto se nos ha quedado pequeño; hay que actualizarlo»

Rubén García Bastida

El Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia lleva 40 años actuando de marco institucional para el desarrollo de la Comunidad, pero «se ha quedado pequeño y necesita una renovación. Hay que actualizarlo». Esta es una de las principales conclusiones de los participantes del ‘Desayuno 40 aniversario Estatuto de Autonomía de la Región de Murcia’ organizado por LA VERDAD y celebrado ayer en sus instalaciones, que contó con las intervenciones de personalidades clave en el desarrollo del texto, su intento de reforma en la legislatura pasada o su futuro. En torno a una mesa redonda debatieron Enrique Egea, exdiputado de UCD en el Congreso, catedrático de Economía de la UMU y exdirector de la Escuela de Negocios (Enae); Pedro Antonio Ríos, exdiputado nacional y regional de IU, que participó en el proceso en 1981 y fue ponente en la reforma de varios estatutos de autonomía en su etapa de diputado del Congreso; la letrada mayor y secretaria general de la Asamblea Regional, Encarnación Fernández de Simón y Bermejo; Rosa Peñalver, presidenta de la Asamblea entre los años 2015 y 2019; la catedrática de Ciencia Política de la Universidad de Murcia Antonia Martínez y el consejero de Presidencia, Turismo, Cultura y Deportes, Marcos Ortuño.

El encuentro estuvo moderado por el jefe de Edición de LA VERDAD, Víctor Rodríguez, que abrió el diálogo preguntando por la aportación del Estatuto al desarrollo de la Comunidad Autónoma. «Yo creo que ha permitido a la Región avanzar a todos los niveles, en el aspecto cultural, económico, o a nivel de tejido productivo y social», afirmó Ortuño. El consejero subrayó que pese a que «hay cosas que mejorar» y no estamos «en un punto idílico», el Estatuto «ha supuesto 40 años de progreso». En este punto, la catedrática Antonia Martínez opinó que «los diseños institucionales, entre ellos las normas, no potencian ni generan por sí solos» el desarrollo, sino que «otorgan un marco» desde el que hacerlo posible. «No tengo muy claro que la Región de Murcia se hubiera desarrollado de forma diferente de no contar con el Estatuto –aseveró–, pero sí ha tenido cosas positivas. Fundamentalmente, hablando en términos teóricos, ha servido para que el poder político haya estado más cerca de los ciudadanos».

LAS CLAVES

  • 1 Los logros
    . Hubo consenso en la mesa redonda sobre el impulso que ha supuesto el Estatuto para una mayor proximidad al ciudadano y para que la gestión de inversiones y proyectos se ejecute de manera íntegra en la Región.

  • 2 Necesidad de diálogo.
    Tras el intento frustrado de renovación, el gran reto con una Asamblea Regional crispada es encontrar el camino del consenso y el acuerdo.

  • 3 Una identidad regional.
    Otra de las ideas con mayor consenso fue la ausencia de una identidad regional en la Comunidad, penalizada por una visión localista desde los distintos territorios. «En eso hemos fallado», señaló Peñalver.

Cercanía al ciudadano

En esto coincidió Pedro Antonio Ríos, para quien no hay duda, observando «dónde estamos hoy y dónde estábamos cuando se inició el proceso», de que el Estatuto ha propiciado una «consolidación de la cercanía en la prestación de los servicios y la idea de que los ciudadanos protagonizan la solución de sus problemas, aunque es verdad que no nos ha dotado de capacidades que otras regiones sí tienen». Para Ríos, uno de los aspectos clave en el desarrollo de la Región ha sido la entrada de España en la Unión Europea, y la consecución de sus fondos para la Comunidad. También recordó el punto de inflexión que supuso la llegada de las «grandes competencias» como salud, educación y servicios sociales, que trajeron «una mayor capacidad de gestión», y que ha permitido que la inversión y los proyectos «se centralicen aquí en lugar de quedar en manos de Madrid». Ese «marco institucional» que configuró el Estatuto ha sido, para Encarnación Fernández de Simón, «un éxito» que «ha permitido avanzar» a la Región de Murcia, aunque «no ha logrado, en cambio, hacer crecer el sentimiento regional».

Ortuño aboga por incluir el blindaje del Tajo-Segura y la financiación autonómica en futuras modificaciones

Sobre cómo se plantó la semilla, reveló Egea una reunión que el grupo de impulsores mantuvo con el que sería el primer presidente de la Comunidad Autónoma, el socialista Andrés Hernández Ros. «La UCD estaba parada y sabíamos que en cuanto el PSOE saliera, se iban a sumar. Hernández Ros salió convencido de aquella reunión, y así nació el movimiento autonómico», apuntó.

En cuanto a la configuración del Estatuto, Ríos señaló que las limitaciones impuestas desde Madrid a la hora de confeccionarlo, con las provincias como «intocables», limitó las posibilidades. «En nuestra primera campaña electoral, ya hablamos de una autonomía abierta –contó–. Entonces estaba la discusión de si se podía incorporar algún movimiento municipal como la Puebla de Don Fadrique, o Vélez Rubio y Vélez Blanco». «Es un límite que siempre hemos tenido. Nos hemos movido dentro de los planes que se han diseñado desde fuera, sin salirnos de ahí».

«Como los partidos no ganen peso en Madrid, volverán a pararlo en el Congreso», dice Martínez

«¿Por qué tiene Aragón competencias exclusivas en materia de régimen local y no las tiene Murcia? –cuestionó Fernández de Simón–. Porque nos decían que para qué íbamos a poner algo si en Madrid iban a quitarlo, y salíamos ya recortados de aquí».

Ortuño dejó en el aire la pregunta: «¿No creéis que podría haber sido mejor haber formado una región potente en el sureste?», un antiguo debate que, según Enrique Egea, ya se planteó en los primeros días y que se disolvió pronto. «En aquel momento pensamos en el sureste, pero cuando fuimos a Alicante nos dijeron que ellos eran valencianos. Después se cometió un error porque la gente creía que los de Orihuela y Rojales eran murcianos, pero eran alicantinos primero. Se sentían murcianos antes que valencianos, pero en primer lugar eran alicantinos».

Los participantes en la mesa redonda lamentan la falta de sentimiento regionalista que ha imposibilitado la creación de un himno

Respecto a la identidad regional, la catedrática Antonia Martínez subrayó que en la Comunidad lo que predomina es el sentimiento «localista», y criticó que se haya intentado crear una identidad de la Comunidad desde esta posición asentada fundamentalmente en los símbolos y costumbres de Murcia y Cartagena, algo que ha imposibilitado también la confección de un himno. «El yeclano no se veía identificado en la parranda, el lorquino no se ve identificado con Cartagena», apuntó Ríos.

Cambios de futuro

Para Peñalver, ese ha sido uno de los fallos en la Comunidad, «no hemos sabido crear ese sentimiento regionalista, sentirnos importantes y ponernos en valor». Ahora, consideró, el Estatuto «se ha quedado pequeño. Necesitamos incorporar muchos derechos que ya tienen otras comunidades que han reformado el suyo y ya tienen estatutos de nueva generación, pero hay que adaptar la norma con consenso», señaló.

Cabe recordar que la renovación del Estatuto estuvo cerca esta legislatura, cuando la Asamblea Regional aprobó por unanimidad un nuevo texto que naufragó al llegar al Congreso de los Diputados. Desde la Región, el Partido Popular y sus aliados parlamentarios solicitaron su retirada debido al desacuerdo con las enmiendas que habían introducido PSOE, Ciudadanos y Podemos.

Así, a la hora de encarar un futuro Estatuto, Ortuño consideró que es «fundamental» incorporar la garantía del Trasvase Tajo-Segura, que genera riqueza y actividad económica, la protección del Mar Menor, la reforma del sistema de financiación y la juventud, a la que «hay que implicar a la hora de generar ese sentimiento regionalista del que hablamos, implicarles y darles oportunidades de futuro a nuestros jóvenes, que están muy desapegados de la política. Y todo esto desde el diálogo, algo que ahora mismo es más difícil».

Las frases

  • Pedro Antonio Ríos. Exdiputado de IU
    «Supuso la consolidación de la cercanía en la prestación de los servicios y la idea de que los ciudadanos protagonizan la solución de sus problemas»

  • Antonia Martínez. Catedrática de C. Política (UMU)
    «No tengo muy claro que la Región se hubiera desarrollado de forma diferente de no contar con el Estatuto, pero ha tenido cosas positivas»

  • Encarnación Fernández de Simón. Letrada mayor de la Asamblea
    «Hace falta generosidad y voluntad política para llegar a acuerdos para renovarlo. En la anterior legislatura la hubo. En esta no la ha habido»

  • Marcos Ortuño. Cons. de Presidencia y Turismo
    «Ha supuesto 40 años de progreso y ha permitido a la Región avanzar en todos los aspectos, en el económico, en el cultural y en el social»

  • Enrique Egea. Exdiputado de UCD
    «El movimiento autonómico empezó con una reunión con Hernández Ros. Sabíamos que si el PSOE se movía UCD iba a ir detrás»

  • Rosa Peñalver. Expresidenta de la Asamblea
    «Necesitamos incorporar muchos derechos que ya tienen otras comunidades que han hecho reformas y tienen estatutos de nueva generación»

«Hace años me reuní con Ramón Luis Valcárcel con el Círculo de Economía –contó Egea–, y nos dijo que las cosas iban a mejorar porque tenían mayoría absoluta en Madrid. Y yo le dije: ‘No me lo creo’. Se me quedó todo el mundo mirando. ¿Por qué? Porque a los catalanes tú no los pones a negociar, y eso ya se ve desde hace años». «El problema que tenemos es el individualismo que hay en esta sociedad. Todo el mundo pregunta ‘qué hay de lo mío’», sentenció.

Peñalver se mostró de acuerdo en la mayoría de las aportaciones propuestas para un nuevo Estatuto, y abogó por incorporar también el derecho al sol, la igualdad efectiva entre hombres y mujeres, la gratuidad de los libros de texto, el derecho a la energía necesaria para una vida digna, la libre elección de médico, «cosas que ya tenemos pero que hay que garantizar». A esto, Antonia Martínez añadió «la reforma del sistema electoral» y la de la administración pública, «que está burocractizada hasta dar nausea, y que va en contra del crecimiento». Aunque advirtió de que «como los partidos de la Región no ganen peso en Madrid, va a volver a pasar lo que pasó con la anterior reforma, que llegue al Congreso y se pare».

Falta de consenso

Por su parte, Fernández de Simón apuntó la necesidad de contemplar «la vertebración territorial, la comarcalización, la posibilidad de la segunda provincia, o el desarrollo de la autonomía local y normas que incidan en la sostenibilidad.

En cualquier caso, antes de llegar a ese punto debe haber un acuerdo en la Asamblea Regional. «Yo no soy muy optimista», reconoció Encarna Fernández de Simón. «Cuando no te sientas a hablar es muy complicado. Hace falta generosidad y voluntad política. En la anterior legislatura la hubo. En esta no la ha habido». «Yo sospecho que en la próxima será aún más complicado», sentenció Peñalver.

«La comarcalización habría permitido más coordinación»

Pedro Antonio Ríos señaló como uno de los grandes asuntos pendientes del Estatuto de Autonomía la comarcalización de la Región de Murcia. «Esa idea nunca cuajó», apuntó el exdiputado de Izquierda Unida. Un asunto que, en su opinión, habría ayudado a una mejor coordinación entre municipios. «Actualmente, los municipios pequeños está integrados en los grandes. Por ejemplo, Molina de Segura tiene un plan de basura y este afecta a Ulea, Archena o Cieza, porque se lo presta. Comarcalizar significa pensar en la Comarca, y eso habría dado lugar a grandes avances», afirmó. También en el seno de la Asamblea Regional se echa en falta mayor representatividad de los territorios de la Comunidad. «No hay un solo diputado de Yecla ni de Jumilla», alertó Antonia Martínez. «Yo creo, sinceramente, que el que haya diputados de distintas Comarcas es bueno para conocer las realidades, las necesidades y las demandas de los vecinos de cada zona», manifestó el consejero Marcos Ortuño.

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