El nuevo currículo de Bachillerato impone una hora lectiva más para impartir Religión

Los alumnos murcianos de Bachillerato tendrán una hora más de clase desde el próximo curso para encajar en el horario la asignatura de Religión, que con la Lomloe es de oferta obligatoria pero cursarla o no es voluntario para el alumno. La ampliación del horario hasta las 31 horas semanales ha sido la salida escogida por la Consejería de Educación, que no podía plantear la materia como optativa porque, tal y como le advirtió el Consejo Jurídico, esa solución incumpliría los acuerdos del Estado con la Santa Sede. Así, los estudiantes murcianos incrementarán su horario lectivo semanal, pasando de 30 a 31 horas semanales. Así lo establece el nuevo currículo de Bachillerato, aprobado esta mañana por el Consejo de Gobierno. Los estudiantes que elijan estudiar Religión cursarán esa materia en la ‘hora 31’, y quienes no la escojan tendrán estudio. Los institutos pueden, en cualquier caso, encajar la Religión a primera o última hora de la jornada, lo que da margen a los estudiantes que no la elijan a no asistir a clase (aunque en teoría deben hacerlo).

A principio de este curso, Educación ya encajó la asignatura de Religión como una optativa de una hora a la semana (con su alternativa llamada Atención Educativa, sin contenido) en la ‘hora 31’. Sin embargo, la medida generó enfado y rechazo entre los docentes y directores murcianos, ya que suponía para ellos más carga lectiva y no tenían la seguridad de que contarían con refuerzos para impartirla. Educación decidió finalmente plantearla como optativa dentro del horario de 30 horas, y así pensaba introducirla también en el currículo definitivo de Bachillerato, pero en atención a las consideraciones del Consejo Jurídico, ha decidido retomar el plan inicial.

El Consejo de Gobierno ha aprobado este jueves el nuevo decreto de currículo de Bachillerato, que recoge los cambios introducidos por la Lomloe, como permitir que los alumnos puedan obtener el título con una asignatura suspensa. El currículo, el último que faltaba para completar en la Región la aplicación regional de la reforma educativa, que llega con meses de retraso, establece que los alumnos podrán obtener el título de Bachillerato con un suspenso, es decir, se podrá acceder a los estudios universitarios aunque no se haya superado una asignatura. Para que un alumno con un suspenso pueda optar a obtener el título de Bachillerato, deben darse cuatro condiciones: que el equipo docente considere que ha alcanzado los objetivos de salida necesarios en esta etapa; que no haya abandonado la asignatura (faltas de asistencia continuadas y sin justificar); que se haya presentado a todos los exámenes y recuperaciones; y que la media de todas las materias (incluida la suspensa) sea igual o superior a cinco (sobre diez). La Consejería de Educación había planteado un límite adicional para poder promocionar o titular con un suspenso, y que una mayoría cualificada de profesores diera el visto bueno a que el alumno lograra el título, condición que el Consejo Jurídico también encontró fuera de lugar.