Felipe VI apela a la «unidad» porque la división «hace más frágiles a las democracias». Condena la guerra en Ucrania y reclama protección para los más vulnerables ante la crisis energética y el alza del precio de los alimentos
Felipe VI aprovechó su
tradicional discurso de Nochebuena, el noveno desde que asumió en 2014 la Jefatura del Estado, para alertar sobre los riesgos a los que está expuesta la democracia por la división, el deterioro de la convivencia y la erosión institucional. En pleno estallido sin precedentes entre los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, el Rey urgió este sábado a «fortalecer las instituciones» para que puedan cumplir con su labor de «proteger a los ciudadanos, atender a sus preocupaciones, garantizar sus derechos así como apoyarlos en la superación de muchos de sus problemas cotidianos». Una llamada a la serenidad y a que todos los poderes del Estado reconduzcan el comportamiento nocivo para el buen funcionamiento de las instituciones para que éstas «respondan al interés general y ejerciten sus funciones con colaboración leal, con respeto a la Constitución y a las leyes, y sean un ejemplo de integridad y rectitud».
Para el monarca, perseverar en ese fortalecimiento debe convertirse en un propósito diario con el que las instituciones, incluida la Corona, «debemos estar siempre comprometidas». «Creo que, en estos momentos, todos deberíamos realizar un ejercicio de responsabilidad y reflexionar de manera constructiva sobre las consecuencias que ignorar esos riesgos puede tener para nuestra unión, para nuestra convivencia y nuestras instituciones», aseveró.
El año pasado, sin que la crisis fuera tan grave como ahora, don Felipe ya advirtió de que «el entendimiento y la colaboración son actitudes necesarias que dignifican a las instituciones». Ahora, con los rescoldos aún calientes de la inédita decisión del Tribunal Constitucional de suspender una votación en las Cortes Generales, el Rey apeló a la «unidad» porque la división, reflexionó, «hace más frágiles a las democracias; la unión, todo lo contrario, las fortalece». Una unión, añadió, que está representada en la Constitución de 1978 y cuyos valores aseguran «la estabilidad, la cohesión y el progreso».
La «destrucción» de la guerra
Como ha venido haciendo desde que comenzó la invasión de Ucrania, el pasado 24 de febrero, Felipe VI condenó sin paliativos la actuación de Rusia que ha causado «un nivel de destrucción y ruina difíciles de imaginar en nuestra realidad cotidiana». Mostró además su empatía y admiración por el pueblo ucraniano del que dijo «hemos vivido su sufrimiento» y por el que «seguimos sintiendo, con una profunda tristeza, la pérdida de miles de vidas humanas».
En su mensaje navideño, el monarca aludió también a la cumbre de la OTAN, que se celebró el pasado junio en Madrid, y que sirvió para «reforzar la unidad de todos los miembros de la Alianza, y también de la Unión Europea». Una cumbre en la que España reafirmó nuevamente su compromiso de que «la soberanía, la integridad territorial y la independencia de los Estados son principios irrenunciables de un Orden Internacional basado en reglas y que siempre debe buscar la paz».
Ante las consecuencias de la guerra, como el alza de los precios de la energía y los alimentos, Felipe VI mostró su cercanía hacia las familias a las que «encender la calefacción o llenar el depósito de gasolina» se ha convertido en un «importante sacrificio» en su economía. Reconoció que, aunque el nuevo escenario que vivimos –con la invasión rusa, la situación económica y social, la inestabilidad y las tensiones en las relaciones internacionales– está causando una «gran preocupación e incertidumbre» en la sociedad, «no podemos renunciar a que las cosas puedan cambiar y mejorar». Y pidió, un año más, a los poderes públicos que presten protección a los más vulnerables.
Capacidad de superación
Con ese escenario, el Rey apeló nuevamente a la capacidad de los españoles para superar los retos y dificultades a los que se enfrenta rememorando la superación de otras crisis económicas, sociales o institucionales que ha vivido; la más reciente, la del coronavirus. «Somos un país que, como ahora, siempre ha sabido responder –no sin dificultades ni sacrificios– a todas las adversidades, que no han sido pocas a lo largo de estos años», remarcó.
Don Felipe hizo referencia también a la Presidencia rotatoria de la Unión Europea que España asumirá en el segundo semestre de 2023. «Somos Europa, pero también necesitamos a Europa, que es nuestro gran marco de referencia político, económico y social y que, por ello, nos ofrece certeza y seguridad. Estoy seguro de que el compromiso de España -afirmó- quedará reforzado con la Presidencia rotatoria».
Antes de despedirse, el monarca, que en esta ocasión no hizo ninguna referencia a la situación judicial de Juan Carlos I, ahondó en que hay que «mirar al futuro con esperanza» y en que todos y cada uno de los españoles tenemos que «cuidar» nuestra democracia, «proteger» la convivencia y «fortalecer» nuestra democracia. «Debemos seguir compartiendo objetivos con un permanente espíritu de renovación y adaptación a los tiempos. Con confianza en nuestro país, en una España –apuntó- que conozco bien, valiente y abierta al mundo: que busca la serenidad, la paz, la tranquilidad». «La España responsable, creativa, vital y solidaria», insistió el Rey, «que veo, escucho y siento en muchos de vosotros»; y en la que, confió, «una vez más saldrá adelante».
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Enlace de origen : El Rey llama a «fortalecer las instituciones» desde la Constitución y por el interés general