«Quiero hablar con el alcalde de Lorca»

En el teléfono de alcaldía la frase «Quiero hablar con el alcalde» se ha escuchado más de 500 veces este año. Diego José Mateos recibe en su despacho, dos tardes a la semana, a los vecinos que desean mantener una conversación cara a cara con él y hay una larga lista de espera. Esta práctica comenzó cuando tomó posesión hace más de tres años y los ciudadanos «agradecen que los escuche y les dé una respuesta. Es algo que echaban de menos en etapas anteriores» del gobierno municipal, aunque sus problemas no siempre los puede solucionar el alcalde, dice el regidor a LA VERDAD. El 80% son personas de más de 50 años con dificultad para encontrar trabajo o para acceder a una vivienda; otros plantean quejas por el mantenimiento de las instalaciones municipales y algunos «tienen sanciones pendientes de tráfico, de comportamiento o urbanísticas» o plantean propuestas culturales.

Las puertas de la alcadía «están abiertas, no hay barreras», aseguran en la secretaría. A veces los vecinos acuden directamente al despacho y no quieren desvelar el tema que le van a plantear a Mateos, pero «es necesario saberlo por si el alcalde tiene que mirar previamente algún expediente» para estar al tanto del asunto a tratar, dice la secretaria Andrea Periago. También hay llamadas curiosas, como cuando una vecina que quería donar un panteón porque tenía dos.

A los grupos municipales que están en la oposición también acuden los vecinos a diario. Desde el PP cuentan que les llaman y visitan para intentar solucionar sus problemas económicos o laborales, presentar reclamaciones sobre estado de caminos, del alumbrado público o la falta de limpieza, y «se ha disparado» la preocupación por la «inseguridad ciudadana», asegura la secretaria general del PP, Rosa Medina. También hay preocupación por las expropiaciones de la alta velocidad y por el grado de afección del trazado a las viviendas. «La mayoría de ciudadanos vienen cansados de que les den largas en alcaldía», dice Medina.

Desahucios y okupación

En IU tienen que dar cita ante el aluvión de ciudadanos que acuden a los despachos de los concejales, sobre todo desde que gestionaron las ayudas de los terremotos de 2011. La concejala Gloria Martín explica que cumplimentan las reclamaciones de los vecinos por las listas de espera en Sanidad y han creado grupos de WhatsApp de problemas vecinales concretos para «optimizar el tiempo de respuesta y que la atención sea ágil». Cuando Martín atiende a LA VERDAD, acaba de hablar por teléfono con una vecina que será desahuciada de su casa el 30 de enero y confiesa que eso ocurre cada semana. «Es lo que más frustración genera, porque a veces hay poco margen para actuar».

Vox suele atender a los vecinos en su sede de la calle Corredera. Allí manifiestan su «miedo» por la okupación de viviendas y los ‘pisos patera’ y también por la inseguridad y los robos en pedanías. Tramitan reclamaciones por las listas de espera de Sanidad y reparten leche y comida a las familias vulnerables que no reciben ayudas, explica la portavoz, Carmen Menduiña.

A Cs acuden con iniciativas de dinamización cultural y turísticas, sobre todo en pedanías, dice el vicealcalde, Francisco Morales, que se reúne semanalmente con asociaciones y colectivos.