Muere Benedicto XVI, el Papa de la renuncia

DARÍO MENOR Corresponsal en Roma

A las 9:34 horas de este sábado ha fallecido Benedicto XVI a los 95 años de edad. El Papa emérito, cuya salud empezó a deteriorarse desde el día de Navidad, ha muerto en el monasterio Mater Ecclesiae, situado dentro de los Jardines Vaticanos y donde vivía desde que se hizo efectiva su renuncia al pontificado en el año 2013. El Vaticano ha precisado que los funerales serán el próximo jueves, 5 de enero, a las 9,30 en la plaza de San Pedro del Vaticano y que serán presididos por Francisco. Será «una ceremonia sencilla», han avanzado.

Joseph Ratzinger pasará a la historia por humanizar el cargo de obispo de Roma y allanar el camino para que sus sucesores también puedan atreverse a renunciar. Los fieles podrán darle un último adiós a partir de este lunes, 2 de enero, cuando sus restos mortales serán mostrados en la basílica de San Pedro del Vaticano. Las exequias serán tres días después, con el actual Papa al frente, convirtiéndose así en la primera vez en la historia contemporánea de la Iglesia católica en la que un obispo de Roma entierre a su antecesor. Aunque Ratzinger había puesto fin a su pontificado de manera voluntaria hace ya cerca de diez años, se espera que su funeral reúna a un buen número de jefes de Estado y de Gobierno.

Fue el propio Jorge Mario Bergoglio el que encendió las alarmas sobre la salud de Benedicto XVI al informar el pasado miércoles al final de la audiencia general de que su antecesor estaba «muy enfermo» y pedir una «oración especial» por el. El portavoz vaticano, Matteo Bruni, confirmó después el empeoramiento de la situación médica de Ratzinger, que aunque oficialmente se ha mantenido «estable dentro de la gravedad», según los boletines diarios de la Santa Sede, fuentes de su entorno advertían desde hace días que era ya «irrecuperable».

Joseph Ratzinger se ganó un lugar en la historia no por lo que hizo, sino por lo que dejó de hacer. Su honestidad al reconocer el 28 de febrero de 2013 que se sentía incapacitado para continuar como Papa -«ya no tengo fuerzas», confesó en latín- y renunciar al pontificado, un gesto inédito en los últimos seis siglos, marcó un hito en la Iglesia católica y abrió la puerta a que sus sucesores, comenzando por el propio Francisco -que ya ha confesado sus numerosos achaques, como sus dolencias en la rodilla que le han llevado incluso a comparecer en público en silla de ruedas-, puedan seguir su ejemplo. Esta humanización del cargo es la mayor contribución que deja el anciano Papa emérito, fallecido hoy en el monasterio Mater Ecclesiae, situado dentro del Vaticano y donde ha vivido desde que se hizo efectiva su marcha, tras un breve período en el Palacio Apostólico de Castelgandolfo, la residencia veraniega de los Papas situada a las afueras de Roma y hoy convertida en museo.

El fallecimiento allana el camino hacia la posible renuncia del Papa Francisco

Aunque no podía resultar inesperada debido a su elevada edad y la debilidad de sus últimos años -sumaba hipertensión, artrosis y tres accidentes vasculares cuando anunció que dejaba el báculo- la muerte de Joseph Ratzinger llega en cierta forma por sorpresa, ya que no se tenía conocimiento de que sufriera ninguna enfermedad grave ni tampoco había tenido que ser hospitalizado recientemente. No obstante, en una de sus últimas comunicaciones públicas, la carta que mandó en octubre de 2021 a un monasterio austriaco donde falleció un antiguo profesor amigo suyo que allí residía, escribió: «Ahora ha llegado al más allá, donde seguramente le esperan muchos amigos. Espero poder unirme pronto a ellos».

1. Saludando a los feligreses en 2021, en una de las tres visitas realizadas a Españas como Papa. | 2. De paso por las estribaciones del Mont Blanc en unas vacaciones de verano. | 3. Ratzinger, siendo cardenal en 1982, saluda en Munich a un grupo de montañeros bávaros, vestidos con un traje típico. / Agencias

Benedicto XVI no fue el primer Papa en renunciar. En 1294, Celestino V abandonó la sede apostólica angustiado por el peso del cargo y las intrigas vaticanas y acabó siendo enterrado en la ciudad de L’Aquila, en el centro de Italia, a la que Ratzinger viajó en 2009 después del terremoto que la sacudió. Aprovechó entonces para visitar la tumba de Celestino V, recordar su figura y dejar su estola como regalo. Era algo que no había hecho hasta entonces ninguno de sus predecesores y que acabaría uniendo la figura de ambos. Entre Celestino V y Benedicto XVI, el único obispo de Roma que también dejó el cargo fue Gregorio XII en 1415.

Los escándalos

El propio Papa alemán se encargó de disipar los rumores sobre los escándalos que habrían supuestamente propiciado su renuncia. Fue en una conversación con el diario italiano ‘Corriere della Sera’ publicada en marzo de 2021, cuando se cumplieron ocho años desde que se hizo efectiva su marcha. «Fue una decisión difícil, pero la tomé con plena conciencia y creo que hice bien. Algunos de mis amigos un poco ‘fanáticos’ siguen enfadados y no han querido aceptar mi decisión. Pienso en las teorías de la conspiración que siguieron», contó.

Rechazaba así la posible influencia de un eventual «complot del lobby gay», los casos de pederastia que salpicaban a la Iglesia y a los que Ratzinger plantó cara, las intrigas financieras -dimitió el presidente del banco vaticano, fichado para sanear la entidad-, y el escándalo Vatileaks -la filtración entre enero y mayo de 2012 de decenas de documentos internos que desvelaban intrigas y juegos de poder-. Fue un golpe tremendo a la imagen del Vaticano, y además lanzado desde dentro. Su mayordomo, Paolo Gabriele, ‘Paoletto’, fue detenido y acusado de ser el ‘topo’ entre los ‘cuervos’.

Apuntes biográficos

  • 1927
    año de nacimiento de Joseph Aloisius Ratzinger en Marktl, Baviera (Alemania).

  • Seminarista en las juventudes de Hitler
    Ya de seminarista fue enrolado a la fuerza en las Juventudes Hitlerianas y llegó a prestar servicio en una batería antiaérea para proteger una factoría de BMW en Traunsteç

  • 3
    Escribió tres encíclicas y libros en los que pedía que se le contradijera si no se estaba de acuerdo.

  • Diálogo con los no creyentes
    Benedicto XVI dejó pronto atrás su imagen mediática siniestra, de ‘Panzerkardinal’ para volcarse en el diálogo con los no creyentes y en la doctrina didáctica con los católicos.

  • 2010
    Fue el año de su visita a Santiago de Compostela con motivo del Año Santo Jacobeo. Realizó tres visitas oficiales a España durante su pontificado.

«No quieren creer que se trata de una decisión tomada conscientemente. Tengo la conciencia tranquila», dijo entonces Ratzinger, dejando claro que no estaba dispuesto a dejarse manipular por el sector de la Iglesia católica incómodo con el pontificado de Francisco. «No hay dos Papas. Papa hay sólo uno».

El deceso de Benedicto XVI fue confirmado por su secretario personal, el arzobispo alemán Georg Ganswein, el hombre que le ha acompañado estos últimos años en el monasterio Mater Ecclesiae junto a las Memores Domini, las cuatro mujeres pertenecientes a esta asociación laical de Comunión y Liberación que se encargaban de su cuidado personal. Casi ciego, sin apenas voz y necesitado de un andador para poder caminar, el Papa emérito pasó sus últimos años sin salir del monasterio vaticano, donde recibía visitas con cuentagotas para no cansarle. Su último viaje tuvo lugar en junio de 2020, cuando tomó un avión para ir a Alemania y despedirse de su hermano Georg, sacerdote como él y que fallecía un mes después a los 97 años.

Las claves

  • Año 2013
    «Ya no tengo fuerzas», reconoció el día que anunció que renunciaba al pontificado.

  • La renuncia
    Rechazó que estuviera motivada por la suma de escándalos como el Vatileaks o la pederastia.

  • El final
    Casi ciego,con un hilo de voz y apoyado en un andador, apenas salía del monasterio vaticano.

  • Última visita
    Fue el 1 de diciembre, protagonizada por los galardonados en los Premios Ratzinger.

  • Fallecimiento
    Aunque la última década haya sido emérito, es el segundo obispo de Roma más longevo de la historia.

  • Funeral
    Ya preparado, sería un punto intermedio entre las exequias de un cardenal y las de un Papa reinante.

  • Visitas a España
    Lo hizo en tres ocasiones, convencido del papel de puente de España con Latinoamérica.

La última visita que recibió en el monasterio Mater Ecclesiae de la que se tiene noticia antes del empeoramiento de su estado de salud tuvo lugar el pasado 1 de diciembre, cuando fueron a verle los últimos galardonados en los Premios Ratzinger, los profesores Michel Fédou, sacerdote jesuita, y del erudito judío Joseph Halevi Horowitz Weiler. Estaban acompañados por el presidente de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger – Benedicto XVI, el jesuita Federico Lombardi, que ejerció de portavoz del Papa alemán durante la mayor parte de sus casi ocho años de pontificado. En la fotografía distribuida en aquel encuentro se le veía acompañado de Weiler, de Lombardi y de un sonriente Ganswein.

Aunque la última década haya sido emérito, Ratzinger fallece siendo el segundo obispo de Roma más longevo de la historia, superado solo por Agatón, un Pontífice del siglo VII cuyo deceso llegó tras haber superado el siglo de vida.

Durante su breve pontificado, Benedicto XVI realizó tres viajes oficiales a España, a la que veía «necesitada de una reevangelización». Benedicto XVI apostaba por recuperar las raíces cristianas de Europa, que a su juicio se encontraban en peligro, para que los países que han dado la espalda a la religión vuelvan a recuperar la fe. En esa tarea, España era una cabeza de puente estratégica, sobre todo, por su influencia cultural en Latinoamérica, donde se encuentra la parte magra del catolicismo mundial. De ahí la contundencia de esa frase, pronunciada en el avión que le trasladaba a Santiago de Compostela en noviembre de 2010: un peregrinaje destinado a «revitalizar una fe que los españoles llevan en la sangre».

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