El Gobierno presiona al comercio para que la rebaja del IVA se note en el IPC de enero

Un hombre observa la oferta de productos de una frutería. / p. marín

Economía, Agricultura y Competencia se reúnen para monitorizar los precios y habrá encuentro con todo el sector antes de que finalice este mes

El Gobierno no quiere que la rebaja del IVA aprobada por el Consejo de Ministros para el 1 de enero se diluya entre los consumidores con la sensación de que no notan la medida al realizar sus compras diarias. Aunque legalmente es obligatorio establecer los nuevos gravámenes (un 0% para huevos, verduras, frutas, legumbres, pan, queso o leche, y un 5% para pasta y aceite), la casuística de cada tienda o supermercado convierte en una ardua tarea la vigilancia de precios. Por eso, algunos de los ministerios implicados en la medida han arrancado el año con reuniones con las que pretende monitorizar la aplicación, en primer lugar, y evaluar su efecto, sin dejar pasar el tiempo. Moncloa quiere que cuando salga publicado el dato de inflación de enero, ya refleje la rebaja de los alimentos.

Para ello, el primer paso lo dio este martes mismo con la reunió del secretario de Estado de Economía, el Ministerio de Agricultura y la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) en una reunión que tenía como objetivo el de «afinar y reforzar» todos los instrumentos con los que cuentan para garantizar la transmisión de las medidas de bajada del IVA en el precio final de los alimentos. La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, insistió este martes en la necesidad de garantizar la transmisión de las rebajas del IVA en el precio final de los alimentos y, con ello, se «redunde en una mejora de la situación de las familias españolas».

Algunos informes elaborados por asociaciones de consumidores, como Facua, denunciaba ante la CNMC a siete cadenas de distribución por no repercutir la rebaja del IVA. Y otra organización, Asufin, detectaba cómo muchas cadenas de distribución están «redondeando los descuentos a su favor y no llegan al porcentaje adecuado».

En este contexto, el ministro de Agricultura, Luis Planas, no va a dejar pasar ni un mes de la puesta en marcha de la rebaja del IVA en los alimentos básicos para comprobar cómo están aplicando la medida los comercios; analizar qué distorsiones se pueden dar al rebajar el impuesto; y evaluar si la reducción está reduciendo el precio de los alimentos y, por tanto, el elevado nivel de inflación subyacente de España.

Planas va a convocar el Observatorio de la Cadena Alimentaria, el único órgano legal en el que se pueden sentar todos los agentes vinculados al precio de los alimentos y la rebaja del IVA. En esa mesa, que lleva un año sin activarse, se encuentran el propio Ministerio de Agricultura, así como el de Hacienda, comunidades autónomas y ayuntamientos; también tienen sillón los representantes de las organizaciones agrarias, el sector pesquero, la industria agroalimentaria, las principales asociaciones de la distribución y las organizaciones de consumidores. Todo un cónclave que servirá para determinar hasta qué punto los clientes están notando en sus compras diarias la rebaja del IVA puesta en marcha el 1 de enero.

El departamento dirigido por Planas llegará a esa reunión con el primer dato de inflación avanzado por el Instituto Nacional de Estadística (INE) referido al mes de enero. Será la prueba del algodón sobre la que se centrarán todos los focos para determinar los efectos de la rebaja del IVA en sus cuatro primeras semanas de implantación. Desde Agricultura confían en que la medida se deje notar en el dato del IPC de enero, después de que los registros revelen cómo los precios de los alimentos han subido más de un 15% en el último año, frente a una inflación general del 5,8% hasta diciembre, y una subyacente (sin energía ni alimentos no elaborados) cercana al 7%,.

Por ahora, la sensación de los consumidores es que apenas notan el nuevo IVA. El volumen de cada compra es pequeño para percibir la medida, como sí ocurría con la bonificación de los 20 céntimos de euro por litro repostado de combustible.