España propone a Bruselas intervenir nucleares e hidráulicas para estabilizar la luz

España propone a Bruselas intervenir nucleares e hidráulicas para estabilizar la luz

La ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, este martes tras el Consejo de Ministros. / EFE

Ribera admite que esta reforma tardará tiempo en rebajar la factura, por lo que aboga por seguir con el tope ibérico al menos dos años más

José María Camarero

La propuesta que ha estudiado este martes el Consejo de Ministros para reformar el mercado eléctrico europeo en el que se conforma el precio de la luz aboga por acotar los llamados beneficios caídos del cielo de las centrales que se aprovechan del modelo actual en el que los costes elevados que marca el gas les proporciona millonarios ingresos y elevan el recibo de la luz. La idea del Ministerio para la Transición Ecológica, que ha elaborado ese análisis, insiste en aplicar un precio de generación regulado a la energía nuclear y a la hidroeléctrica.

Se trata de una de las grandes novedades del futuro sistema que defiende España, cuya propuesta ha sido ya remitida a la Comisión Europea. Bruselas tiene previsto abrir un complejo e intenso debate y negociación entre los 27 Estados miembro para modificar el actual ‘pool’ diario. Esto es, el mecanismo que determina el precio eléctrico cada día y que ha llevado durante 2022 a precios récord con puntas en los meses de marzo y agosto, cuando los recibos de los consumidores se vieron perjudicados.

Con la limitación del precio que el sistema energético pagaría a las centrales nucleares y a las hidroeléctricas, España quiere limitar los ingresos de esas tecnologías, que ahora cobran por un precio tan elevado como el que suele marcar las centrales de gas -las más caras-, independientemente de que a ellas les cueste mucho menos dinero producir electricidad. La propuesta española no obliga a que todos los países establezcan esa regulación, pero sí habilita esa posibilidad que, en el caso del Gobierno actual, estará dispuesto a aplicar para limitar los beneficios caídos del cielo.

Sin embargo, los beneficios teóricos del nuevo mecanismo tardarán en llegar. Así lo ha admitido la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en su intervención tras el Consejo de Ministros: «Es probable que no tenga beneficios inmediatios, pero sí iría desplazando a la forma de contratar la energía con mercados a corto plazo e iría reduciendo la volatilidad de forma muy importante en el tiempo», ha indicado en rueda de prensa. Consciente de esta realidad, el Ejecutivo quiere prorrogar el tope ibérico (el mecanismo que limita el precio al que se paga el gas natural para producir luz hasta 50 euros/MWH) hasta finales de 2024. Es decir, dos años más. Ribera calcula que esa herramienta ha ahorrado de media unos 150 euros por familia con tarifa regulada, unos 4.500 millones de euros desde junio hasta diciembre de 2022.

El futuro mecanismo de formación de precios, según lo ha propuesto el Ejecutivo, pasa por una combinación de dos sistemas. Por una parte, el actual, basado en precios diarios en función de la demanda y condicionados por la última tecnología que entre al sistema, y que marca el precio final. Esas últimas centrales suelen ser las de ciclo combinado que utilizan gas. Es decir, el gas se va a seguir retribuyendo en la luz al precio que cueste el gas natural en el mercado internacional. Esto no cambia.

Lo que sí se transforma sería el sistema de formación de precios para las centrales renovables (eólicas y solares fotovoltaicas, básicamente), así como hidráulica y nuclear. Se trataría de que la legislación comunitaria permita a las eléctricas contratos a plazo de energía, a largo plazo, frente al precio diario que ahora utilizan en el mercado. Es decir, se trata de que el nuevo mecanismo «aporte estabilidad de precios, que evite el estrés, que apoye la nueva construcción de renovables, que reparta los costes de forma equitativa y que evite los beneficios extrarodioanrios», según fuentes del departamento dirigido por la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera.

El nuevo sistema redundaría en una mayor estabilidad de la factura de los hogares y empresas. Y aunque desde el Ejecutivo insisten en que así será, no han ofrecido datos sobre los cálculos que han realizado acerca del impacto positivo del nuevo mecanismo de precios eléctricos europeos. «Todo dependerá del mix eléctrico de cada país y de la implantación de las renovables», indican en Transición Ecológica. En cualquier caso, apuntan que España «está adelantada porque tenemos mucha» tecnología eólica o solar, por ejemplo.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ya ha venido abogando en los últimos meses por modificar el sistema de formación de precios eléctricos en el ámbito comunitario. Para ello, es necesario cambiar la directiva de mercado interior de la electricidad, que data de 1998, cuando apenas había renovables.

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