Estos son los daños en vehículos producidos por fenómenos naturales que cubre el seguro

El
seguro del coche es una de los trámites necesarios para que un vehículo pueda circular de forma legal por nuestro país. Un gasto anual que, aunque algunas personas lo vean como inútil, puede ser de ayuda cuando un conductor se encuentra con su vehículo dañado por un fenómeno natural. En los últimos años en España se han vivido algunos inclemencias meteorológicas como es el caso de Filomena o algunos de los episodios de granizo o nieve sucedidos durante la primavera. Fenómenos meteorológicos que se suman a otros naturales como la erupción del volcán en La Palma. En estos casos, son varios los factores que determinan si el seguro se encarga de cubrir los daños o si lo hará el Consorcio.

En primer lugar es importante saber qué tipo de seguro es el que se tiene contratado, ya que dependiendo del grado de cobertura, entrarán los fenómenos atmosféricos entre los daños que se hará cargo. En el caso de la lluvia, esta no suele generar daños directos, donde el mayor problema puede ser la entrada de agua en el habitáculo o el motor, donde el
seguro se encarga de cubrir las reparaciones necesarias. En caso de una inundación por daño de anegamiento del terreno a causa de lluvia o deshielo de lagos o embates del mar, será el Consorcio el encargado de cubrir los gastos.

El granizo a diferencia de la lluvia, suele generar solo daños estéticos, por lo que es la aseguradora la encargada de cubrir los desperfectos de la carrocería. En el caso de la nieve, la aseguradora debe hacerse cargo de los daños estéticos y de las afectaciones internas que pueden producirse, por ejemplo, cuando el vehículo queda enterrado. Aunque si se declara zona catastrófica, el Consorcio se hará cargo. Si en una tormenta eléctrica es un rayo lo que daña el coche, estos suelen provocar quemaduras o abolladuras, donde si está cerrado y con los dispositivos apagados, no debería afectar a nada más. Con el viento cambia la cobertura y depende de la la situación, ya que la referencia es la velocidad. Si el viento no supera los 120 km/h es la aseguradora la que cubre los daños, pero en caso de ser superior a esta velocidad, el Consorcio es el encargado de cubrir los gastos.

El Consorcio se hace cargo de aquellas situaciones de erupción, donde quedan cubiertos todos los daños provocados por el volcán así como en caso de terremoto o maremoto, donde los deterioros quedan cubiertos cuando el Instituto Geográfico Nacional certifica el fenómeno, según explica la DGT.