Las obras de movilidad de Murcia empiezan en El Carmen entre los pitos y abucheos de Cierran Mi Barrio

Miembros de la plataforma Cierran Mi Barrio intentan obstaculizar el trabajo de los obreros. / Guillermo Carrión / AGM

Los operarios comienzan sus labores ante la mirada extrañada de transeúntes y comerciantes; la Plataforma opositora anuncia su intención de constituir un federación de entidades vecinales para seguir con su movilización

Y casi ocho semanas después, las obras de movilidad llegaron este lunes al Carmen. Y lo hicieron entre pitos y cánticos contrarios a la llegada del Plan de Movilidad Municipal a este castizo barrio, que se ha convertido en el epicentro de los movimientos de protesta frente a los planteamientos del Consistorio. Los operarios de la empresa concesionaria del Lote 5 del proyecto arrancaron así la mañana en el Paso Marqués de Corvera entre gritos como «¡alcalde, tormento, dame mi aparcamiento!»; «Serrano, dictadura, eres un caradura», o «alcalde, desiste, El Carmen resiste». Estos fueron lanzados por una veintena de miembros y simpatizantes de la plataforma que Cierra Mi Barrio que intentaron entorpecer, al menos durante un rato, las labor de los obreros.

«No nos vamos a pelear, nosotros tenemos que seguir trabajando aquí y cuando nos digan que nos vayamos, nos iremos; mientras hay que cumplir», señalaba el encargado de la obra a los manifestantes, que también se mostraron comprensivos con la situación: «Si lo entendemos, y sabemos que no es culpa vuestra, pero tenemos que estorbar un poco y vosotros podéis esquivarlos otro poco», señalaba uno de los vecinos congregados, al tiempo que invitaban a los operarios a un vaso de vino para sobrellevar la mañana.

Lo cierto es que las mediciones que se estaban produciendo en ese tramo de vía quedaron interrumpidas mientras se prolongó la protesta, que duró algo más de una hora y que ofreció otra curiosa estampa: la de los manifestantes cruzando una y otra vez uno de los pasos de cebra de esta vía para dificultar el tránsito de vehículos. No obstante, la concentración quedó finalmente en una acción «simbólica», para mostrar el «descontento ciudadano» -en palabras de la Plataforma- y no fue apenas necesaria la intervención de la Policía Local, presente en la zona.

Lo cierto es que muchos de los que contemplaban la escena no alcanzaban a entender del todo qué es lo que estaba pasando. Y es que, a pesar de los esfuerzos del Ayuntamiento, no es extraño encontrar a vecinos y comerciantes del barrio que desconocen, exactamente, cuáles son los detalles de los trabajos que se van a acometer en las obras de su barrio. «No llevo mucho tiempo aquí y no entiendo lo que está pasando, solo sé que nos quieren cerrar el barrio», apuntaba de manera escueta la dependienta de una panadería. «¿Pero esto se va a hacer al final? ¿Cuándo?», señalaba Elena desde la academia de peluquería The Beauty Academy Murcia, mientras descargaban en la puerta del establecimiento una excavadora. «De todas maneras, tenemos más posibilidades de que la gente llegue a nosotros si tenemos mejor transporte público y se puede pasear o circular en patinete frente a nuestro escaparate», defendía.

«¿Esto empieza ya? A mí que me digan cómo voy a descargar a los animales que me traen a la clínica si me ponen un carril bus aquí, como me cuentas; si tenemos que meter un perro de 50 kilos no habrá más opción de obstaculizar el tráfico», añadía Esperanza, desde su clínica veterinaria. «Yo vivo ahí detrás Marqués de Corvera y tengo plaza de garaje, pero hay mucha gente que no cuenta con aparcamiento y vamos a ver qué ocurre con la afluencia a los comercios», comentaba Consuelo, vecina de la zona, añadiendo que «si los del soterramiento consiguieron parar la obra del AVE, por qué no lo van a hacer estos también».

Ese es el empeño que mostraban este lunes los portavoces de la Plataforma cierran Mi Barrio, con Jerónimo Jover, uno de sus portavoces, a la cabeza. Jover insistió en al continuidad de la vía judicial y de la vía política, a través de las gestiones que estarán realizando en el Parlamento Europeo. «Queremos que se nos reconozca la posibilidad de revertir esta obra, ya que lo que se establece actualmente es que, para no recibir sanciones, estas infraestructuras deben mantenerse al menos durante un plazo de diez años, pese a que en este caso hablamos de un proyecto sin participación», incidió Jover. Asimismo, apostó por seguir con la vía de la movilización ciudadana a través, en este caso, de la constitución de nuevas asociaciones vecinales, al no sentirse representado por las existentes, «las cuales ni siquiera han expuestos los planes municipales a sus asociados antes de apoyarlos». «Queremos constituir una federación de entidades vecinales, al margen de partidos y juntas vecinales, donde se producen diálogos de sordos, para seguir informando y demostrando nuestra fuerza y representatividad real», añadía el portavoz de la plataforma, apelando a la manifestación de este domingo, como muestra de ello.

Jover habló así de al menos unos 4.000 manifestantes, -frente a los varios centenares constatados por LA VERDAD- señalando que «esta vez se han sacado vídeos en puntos estratégicos para que se viera, exactamente, cuántos éramos». «Habíamos llegado a La Glorieta y todavía había gente cruzando el puente y las 4.500 monas con chocolate que repartimos se acabaron enseguida», defendió Jover, calificando de «éxito» esta segunda marcha en contra del plan de movilidad. No obstante, reconocieron que siempre han tenido claro que «las obras tirarían para adelante, porque el equipo de gobierno nunca nos ha querido escuchar y solo se ha reunido con asociaciones acólitas».