Julia Martínez: «El gran problema del Trasvase no son los caudales ecológicos, sino el cambio climático»

Julia Martínez: «El gran problema del Trasvase no son los caudales ecológicos, sino el cambio climático»

Julia Martínez, durante una intervención en la Comisión de Medio Ambiente de la Asamblea Regional. / PABLO Sánchez / agm

La directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua cree que la ayuda para pagar la desalación debe ir a los pequeños agricultores y no a las grandes empresas del sector

Manuel Buitrago

Julia Martínez, bióloga y directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua, considera que era imprescindible
fijar los caudales ecológicos en el Tajo, aunque señala que se ha aplicado el rango mínimo que permite la metodología para incrementarlos. Advierte de que el gran problema del Trasvase es el cambio climático. Durante la inauguración del XII Congreso de Ibérico de Gestión y Planificación del Agua, que se inauguró en la mañana de este jueves en la Universidad de Murcia, la científica se mostró a favor del plan alternativo de desalación que ofrece el Ministerio, con energías alternativas, y apuntó que la subvención de la tarifa debe ir destinada fundamentalmente a los pequeños agricultores, y no a las grandes empresas del agro que puedan soportar los costes de este recurso.

«Era imprescindible y necesario fijar caudales ecológicos en el Tajo, que era el único de los grandes ríos en España que aún no los tenía. De ahí esas cinco sentencias del Tribunal Supremo», declaró a LA VERDAD. Recalcó que los valores de esos caudales ecológicos «están fijados técnicamente». «Lo importante es darnos cuenta de que realmente el gran problema del Trasvase está siendo ya. Seguirá agravándose en el futuro; no tanto por los caudales ecológicos, sino sobre todo por el cambio climático. Hasta ahora se han reducido en torno al 45% las aportaciones naturales a los embalses de cabecera del Tajo. Es una realidad que no podemos obviar y que nos obliga a abrir un diálogo y una reflexión serena para ir viendo cómo nos adaptamos. Tenemos aproximadamente la mitad menos de agua de la que había históricamente en la cabecera del Tajo».

Julia Martínez sostiene que esta situación obliga «a reconsiderar las demandas en las cuencas beneficiarias del Trasvase y a plantear una transición hídrica, una hoja de ruta, por ejemplo, en la línea de reducir las demandas agrícolas, eliminando los regadíos ilegales y apostando por otros modelos de calidad que permitan mantener la renta agraria, incluso con menos superficie, pero con mayor valor añadido».

Sobre el futuro del Trasvase, Julia Martínez incidió en que hay trabajos y publicaciones científicas que indican que va a ser cada vez más complicado realizar transferencias por el cambio climático.

«Transición hídrica justa»

En relación al incremento de caudales en el Alto Tajo, aprobado por el Consejo de Ministros, señaló que hay que mejorarlos en todos los ríos, incluido el Segura. Sostiene que hay cinco componentes para establecer dichos caudales, y que solo se ha aplicado uno de ellos. «Los caudales del Tajo, como no puede ser de otra manera, cumplen con la Instrucción de Planificación Hidrológica, aprobada en 2008, y esa instrucción dice no solamente que los caudales ecológicos se tienen que fijar con estudios técnicos, sino que además indica cómo se tienen que hacer esos estudios y qué metodologías se tienen que aplicar».

En el caso de Aranjuez, añadió, la Instrucción de Planificación Hidrológica «permite un rango que va entre el 50% y el 80% del hábitat potencial útil, y se ha cogido el valor mínimo del 50%. De ahí salen esos famosos 8,65 metros cúbicos por segundo».

Julia Martínez considera que la desalación «puede jugar un papel importante en esa hoja de ruta de transición hídrica, porque evidentemente hay que adaptarse al cambio climático, pero al mismo tiempo esa transición debe ser justa, para minimizar en todo lo posible los efectos socioeconómicos y, sobre todo, para que protejamos a los agricultores de pequeñas explotaciones o a los que pueden tener más dificultades económicas».

Consumo energético

A su juicio, el precio subvencionado debe ir «a aquellos agricultores que realmente lo necesiten. En las grandes explotaciones, muchas veces, la estructura de costes demuestra que el coste del agua es muy pequeño en el conjunto general». A la pregunta de si no subvencionaría el agua desalada a las grandes explotaciones agrícolas, Julia Martínez puso como ejemplo las ayudas de la Política Agraria Comunitaria que no son «café para todos», sino que van dirigidas a los agricultores que cumplen determinados requisitos.

 
Sobre el elevado consumo energético de las desaladoras, la directora técnica de la Fundación Nueva Cultura del Agua señaló que la producción debe estar ligada al uso de las energías renovables, que hay que potenciar. Pone como ejemplo la desaladora de la Comunidad de Regantes Virgen del Milagro de Mazarrón, pionera en el uso de renovables.

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