Crece la alarma en la ganadería ovina y caprina ante nuevos casos de viruela

Crece la alarma en la ganadería ovina y caprina ante nuevos casos de viruela

Vicente Carrión, ayer, en su explotación de ganado ovino en el paraje La Yerbera, en Pozo Estrecho. / ANTONIO GIL / AGM

El sector productor de la Región y la Consejería muestran su preocupación al detectarse otros focos recientes en tierras manchegas, y urgen a extremar precauciones

Zenón Guillén

Los ganaderos de ovino y caprino de la Región de Murcia se muestran muy preocupados al recrudecerse la amenaza de la enfermedad vírica de la viruela en estos animales, tras detectarse nuevos focos en este arranque de año en la vecina comunidad de Castilla-La Mancha y tras haberse producido también desde septiembre diferentes brotes en explotaciones de otras provincias limítrofes como Granada y Almería, que ya hicieron saltar las alarmas, tal como publicó LA VERDAD el pasado 26 de octubre.

De hecho, se contabilizaron más de una veintena de focos de esta viruela (VOC) en 2022 que obligaron a sacrificar a miles de cabezas de ganado, especialmente ovejas. Por tanto, crece el temor de los ganaderos murcianos ante el perjuicio que episodios de este tipo podrían ocasionar en la cabaña de la Comunidad, que, según datos de 2021, estaría conformada por unas 663.000 ovejas y corderos, además de unas 213.000 cabras. Eso sí, no existe riesgo de contagio para las personas.

«La situación es de máxima alerta porque hay que tener en cuenta que en nuestra comunidad hay muchísimas entradas de animales vivos, con destino bien al cebadero o bien a la exportación, a través del puerto de Cartagena. De ahí que desde un primer momento nos pusimos en contacto con la Administración para que extreme todas las medidas», advierte Vicente Carrión, de la organización agraria Coag, que gestiona unas 1.200 ovejas en su explotación de la pedanía cartagenera de Pozo Estrecho.

Vigilancia continua

Desde la Consejería de Agua, Agricultura, Ganadería y Pesca reconocen que, «efectivamente, hay preocupación» ante los recientes casos en dos localidades de Cuenca, algo que comparten con todo el sector siempre que se diagnostica una nueva enfermedad, como es el caso de la VOC. Fuentes de la Dirección General de Ganadería hacen hincapié en que, ante esta realidad, «estamos en alerta y vigilancia continua respecto de la información que suministra tanto la autoridad competente de la comunidad autónoma afectada como la procedente del Ministerio de Agricultura».

El mayor movimiento pecuario en territorio murciano obliga a intensificar las medidas para minimizar riesgos

En este sentido, toda la información que se recibe «se reporta inmediatamente al sector a través de sus agrupaciones de defensa sanitaria ganadera». Asimismo, recuerdan en la Consejería, ya se realizó una jornada de actualización de VOC el pasado diciembre, «con una notable participación del sector, cuando saltaron los casos en la provincia de Granada –exactamente en Baza–, situación que afortunadamente ya está controlada».

Un área geográfica muy próxima, además, a la zona de producción del cordero segureño, una de las variedades autóctonas de la Región, junto a la cabra murciano-granadina, lo que acrecentaba más si cabe el peligro.

La presidenta del Colegio de Veterinarios de la Región de Murcia, Teresa López, asegura que «estamos muy vigilantes, porque aunque no hemos tenido ningún caso, gracias a Dios, sí que hemos estado rodeados». Con todo, insiste en que «lo más importante es controlar el movimiento pecuario, que se cumplan los protocolos de tránsito en el tráfico de animales de una comunidad a otra». Porque, ante casos así, «hay un riesgo en las operaciones de compra y venta de animales» y podría obligar «al sacrificio de las cabezas».

El protocolo contra la gripe aviar se mantiene para evitar brotes

Otra amenaza que tiene en guardia al sector ganadero regional, aunque en este caso concreto al avícola, es la que se refiere a la enfermedad de la gripe aviar, aunque por el momento tampoco se ha detectado ningún caso en territorio murciano, a pesar del importante número de brotes que se dieron en España durante el pasado año.

No obstante, desde que hubo noticias de que se habían producido determinados focos en varias autonomías, la Dirección General de Ganadería de la Comunidad Autónoma estableció un protocolo para los animales procedentes de regiones limítrofes a las afectadas –ya que entonces no pueden salir de su territorio–, que consiste en su inmovilización durante 30 días, así como la inspección de los animales por parte de los técnicos de la Consejería.

Precisamente, en la Región de Murcia hubo en 2022 un foco notificado de la denominada Influenza Aviar de Alta Patogenicidad (IAAP) en aves silvestres, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. «Se trataba de una ave migratoria que quedó muerta en un saladar, pero después no se registró ya ningún caso más», apunta Teresa López, presidenta del Colegio de Veterinarios.

El último caso de un brote se registró en una granja de bisones de Orense, tras mutar el virus de forma inusual, días después de aparecer gaviotas muertas por esta enfermedad en playas gallegas, lo que ha vuelto a encender todas las alarmas.

«El problema de las granjas de aves es que se pueden ver muy afectadas ante una entrada del virus por transmisión aérea, al verse muy replicado, lo que supondría un gran perjuicio económico», indica López. Y es que, por ejemplo, en caso de detectarse un foco de gripe aviar en una granja de gallinas ponedoras, habría que sacrificar tanto al total de las aves como su producción de huevos

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