La ampliación bajo tierra del Museo de la Muralla de Murcia da sus primeros pasos

Corría el año 2010 cuando los arquitectos Francisco Guerao y Guillermo Jiménez presentaban el proyecto para la unión subterránea del Centro de Visitantes La Muralla, de Santa Eulalia, con los restos que se conservan de este monumento y de su antemuralla. Tras doce años de espera, ayer por fin comenzaron estas obras de ampliación del museo a tres metros y medio bajo el suelo, que tendrán un recorrido de 220 metros.

«Han sido muchas las dificultades con las que hemos tenido que lidiar, pero hoy estamos felices», comentó Francisco Guerao, quien indicó que el proyecto debe estar concluido en un año y cuenta con una subvención de 250.000 euros de los fondos europeos ‘Next Generation’.

Junto a las obras, se están también llevando a cabo las excavaciones arqueológicas de la zona, con incidencia en la plaza de Santa Eulalia. «Aquí hemos retrasado las obras con motivo de la fiestas patronales del barrio, pero comenzarán en cuanto acaben», apuntó el arquitecto.

Una vez estén concluidos los trabajos, los restos de la muralla árabe y una necrópolis del siglo XII (con tumbas y panteones) serán visibles desde la calle y también se podrán recorrer. «Es una oportunidad muy buena para conocer el mundo funerario musulmán, que además enriquecerá y servirá de atractivo para visitar el Barrio de las Tres Culturas», como se conoce a Santa Eulalia.

Los restos arqueológicos al descubierto también permitirán ver la que fue la Puerta de Orihuela, lugar de acceso a la fortaleza de la antigua ciudad de Murcia, entonces llamada Medina Mursiya. Los elementos encontrados en el subsuelo y los que irán apareciendo conforme se vaya excavando, por su valor histórico y patrimonial, se cederán al Ayuntamiento para su conservación, restauración y musealización.

El proyecto cuenta con el visto bueno de la Dirección General de Patrimonio Cultural y recupera el área excavada por el profesor Manuel Jorge Aragoneses en 1965. El investigador documentó una muralla principal, un antemuro y una cárcava (zanja en la fortificación). La muralla principal, a juicio del profesor, ofrece tres torres de planta rectangular, muy próximas entre sí, con frentes amplios que casi triplican en longitud los paramentos de flanqueo.