Ayuntamientos y ONG refuerzan la atención a personas sin hogar ante la caída de temperaturas

El frío y la lluvia regresan a la Región de Murcia con un marcado descenso de las temperaturas que caerán hasta cerca de los tres grados de media. En estas condiciones, uno de los colectivos más vulnerables es el de las personas sin hogar, que hacen sus vidas en la calle y en cuya atención se vuelcan estos días las ONG y los servicios sociales de los Ayuntamientos.

«Se trata de personas que en muchas ocasiones son invisibles para la sociedad», explica Petri García, coordinadora y consejera de Cáritas en Cartagena, una de las entidades del tercer sector que trabajan aliviando la situación de estas personas en situación vulnerable. «A veces la gente pasa por un cajero donde hay una persona y ni siquiera mira o no entra por miedo. Por eso, que alguien llegue, que hable con ellos, que les diga una palabra y les cuente las opciones que tiene, es muy importante», relata.

En Murcia, el Servicio de Emergencia Móvil y Atención Social del Ayuntamiento (Semas) lleva atendidas ya a casi un centenar de personas en situación de calle desde la llegada del frío al municipio, que este año retrasó el arranque del operativo habitual hasta el 12 de enero debido a las buenas temperaturas que reinaron en la Región hasta los primeros días del año. «Otras veces hemos empezado en otoño –reconoce José Morales, coordinador del servicio–. Sin embargo, este año no ha habido que salir hasta mediados del mes pasado, ya que nosotros activamos la atención cuando baja de cinco grados».

Los equipos encargados de velar por la situación de las personas sin hogar cuentan además con la colaboración de la Policía Local en la identificación de situaciones de emergencia en las calles. En Murcia, los agentes en turno de noche «llevan mantas en el maletero desde diciembre por si alguien las necesita», explica Morales. Solo en la última semana, el Semas ha atendido a cerca de una quincena de personas en el municipio. En casos de gravedad se da traslado a algunas de estas personas a las instalaciones de la Fundación Jesús Abandonado, en la carretera de Santa Catalina, o a los centros hospitalarios. En las últimas dos semanas, 14 personas sin hogar pernoctaron en Jesús Abandonado, mientras que al resto se les brindó atención personalizada y acompañamiento, además de ropa, bebidas calientes y comida.

En Cartagena, Cáritas activó su dispositivo ‘Ola de frío’ a mediados de noviembre, aunque las temperaturas no cayeran hasta hace unas semanas. Allí, como recuerda Petri García, incluso con temperaturas más moderadas «la humedad cala los huesos», señala. Actualmente, Cáritas está realizando el seguimiento en el municipio de una treintena de personas. Al mismo tiempo, Cruz Roja ha atendido ya en el casco urbano a una veintena de personas, según confirma María Díaz, responsable del proyecto de atención a personas sin hogar de Cruz Roja.

Dos voluntarios del dispositivo ‘Ola de frío’ de Cáritas reparten mantas y alimentos en Cartagena. /

CediDA

Cáritas cuenta allí con dos equipos formados por voluntarios que salen dos noches a la semana, los jueves y los domingos, para detectar situaciones de necesidad, muchas de ellas, ya conocidas. «Vamos viendo a personas que ya sabemos más o menos dónde están y les vamos indicando los recursos que hay de albergue, de comedor o nuestro hogar de baja exigencia», afirma García. En cualquier caso, se valora cada situación caso a caso. Y Cruz roja recorre las calles del casco urbano una vez a la semana.

«Tenemos dos grupos muy definidos –señala la coordinadora de Cáritas–, uno es el de las personas que están en situación de calle, que en realidad no son muchas, y después tenemos otro colectivo de afectados en las zonas de venta de droga, como Los Mateos . Solemos acudir a una plaza donde charlamos con ellos, les damos un café, se les indica si pueden venir a comer al comedor, etcétera», asevera Petri.

Por su parte, el albergue de transeúntes de Lorca, que cuenta con 11 plazas, amplió ya a finales de enero su horario para que las personas sin hogar puedan resguardarse del frío, pasando de una apertura de nueve de la noche a ocho de la mañana a otra que va de las seis la tarde a las once de la mañana, una opción que los propios agentes de la Policía Local ponen en conocimiento de las personas sin hogar que encuentran en su patrullaje en el término municipal.

Aunque el frío pone cada año en el foco a las personas sin hogar, el trabajo se realiza con ellas durante todo el año, tal como explica Morales: «Nuestra atención es para las personas en la situación más extrema de exclusión social». «A muchos los conocemos y se genera una relación de confianza, pero las personas sin hogar pueden decidir cambiar de ubicación en cualquier momento. Cuando detectamos a alguien nuevo, nuestra labor es contactar con él, que nos conozca, presentarnos, decirle dónde estamos», detalla. «Al final el café y las mantas son también un pretexto para acercarnos a ellos, porque nuestro fin último es trabajar por la inclusión de estas personas». «Este es un trabajo de todo el año, aunque ahora reforcemos la atención», coincide María Díaz, de Cruz Roja.