Sánchez descarta el divorcio de Podemos: «La coalición progresista continúa»

Sánchez descarta el divorcio de Podemos: «La coalición progresista continúa»

El presidente del Gobierno Pedro Sánchez / Efe

El presidente del Gobierno asegura que mantiene su confianza en todos sus ministros pese a las heridas del ‘solo sí es sí«, «también en la de Igualdad»

Paula De las Heras

La dimensión de la crisis provocada por la ley del ‘solo sí es sí’ en el seno del Gobierno de coalición no tiene precedentes. Tanto que algunos en el propio grupo parlamentario socialista han llegado a plantearse que sea el preludio de una ruptura. Pedro Sánchez, sin embargo, lo descartó tajante durante una rueda de prensa de madrugada en Bruselas, tras el Consejo celebrado junto al presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, en la que, además, dio a entender que no se plantea ningún cese por esta cuestión. «Nada de ruptura, eso no se contempla -aseguró-. El Gobierno de coalición progresista continúa». «Todas las ministras de mi Gobierno cuentan con mi confianza, también la de Igualdad», añadió.

El jefe del Ejecutivo recurrió a la aprobación, ayer mismo, de la también discutida ley de bienestar animal -por la que hace una semana la secretaria de Organización de Podemos se llegó a hacer eco en sus redes sociales de un video en el que de equipara a Sanchez con Santiago Abascal- para argumentar que la dura batalla abierta con su socio minoritario a cuenta de la que estaba llamada a ser una de las normas estrella de la legislatura y del ministerio de Igualdad es poco más que una gota en un océano de estabilidad.

«El Gobierno de coalición progresista continúa y seguimos avanzando con nuestra hoja de ruta y aprobando una ley que nos pone en vanguardia para proteger a todos los animales en cuestión de maltrato y abandono -insistió- .Después de casi 200 leyes, tres Presupuestos en un contexto tan adverso y complejo con pandemia y guerra, al Gobierno se le puede reconocer esa estabilidad para dar respuesta a las causas de estas crisis. Y la agenda de transformaciones que nos marcamos en el acuerdo de investidura».

Lo que, en todo caso, volvió a dejar claro es que en esta ocasión no dará marcha atrás ni plegará velas para aplacar a los morados y muy especialmente a la ministra Irene Montero, a la que en el PSOE ven como principal escollo para poder salvar la enorme brecha acerca de cómo reformar el Código Penal para lanzar un mensaje de tranquilidad después de que se hayan conocido centenares de rebajas de pena a condenados por agresión sexual. Sánchez tiene fe en que la fórmula diseñada por la ministra de Justicia, Pilar Llop, y su equipo es la más solvente y la única posible, más allá de que, como se lamentan en su partido, esta no haya sido especialmente hábil a la hora de explicarla e incluso haya dado munición a Podemos, que la acusa de pretender volver al «Código Penal de ‘La Manada’». Y seguirá adelante sin importarle con «quién».

«Tenemos el deber y la obligación de resolverlo, es mi compromiso con las víctimas», garantizó.«Lamento esta situación, la lamento. Y creo que a las víctimas hay que trasladarles la solidaridad con la palabra y hay que hacerlo con hechos, y eso hacemos con la proposición de ley del grupo socialista -prosiguió el jefe del ejecutivo- : retocar desde el punto de vista técnico un asunto importante que crea alarma social para que no se vuelva a producir en el futuro».

En su comparecencia, no quiso entrar en si buscará el apoyo del PP, en estos momentos aparentemente la vía más fácil para que la proposición de ley que el PSOE registró este lunes en solitario prospere. Tanto el ministro de Presidencia, Félix Bolaños, como la vicesecretaria general del partido, María Jesús Montero, los dos encargados de pilotar ahora las negociaciones con los grupos, ya han dejado claro no obstante que intentarán recabar el mayor respaldo entre el bloque de investidura pero que también hablaran con los populares dado que lo prioritario es que la reforma vea la luz. Lo que sí defendió Sánchez, en contra de lo sostenido por la ministra de Igualdad, es que la discrepancia con Podemos es meramente «técnica» y no «política». Los socialistas argumentan que su iniciativa conserva «la esencia» de la ley del ‘sí es sí’ y los morados entienden que la dinamita.

El Gobierno siempre ha alegado que con la norma que entró en vigor el 7 de octubre se producía un cambio de paradigma que desplazaba el eje de los delitos sexuales al consentimiento (algo que, según múltiples penalistas, no supone novedad alguna). Lo que sí hizo la ley fue eliminar la distinción entre el abuso (acto sexual no consentido) y la agresión (acto sexual no consentido cometido con violencia e intimidación) y dejar un único delito, el de agresión, con una nueva horquilla de penas. La propuesta elaborada de Justicia vuelve a introducir la violencia e intimidación ahora como un subtipo de la agresión para volver a las penas anteriores. Los socialistas de aferran a que ni se modifica el artículo 178 en el que se define el consentimiento ni se vuelven a separar los delitos. Pero a juicio de los morados, aunque nominalmente todo siga siendo agresión, la iniciativa deshace su reforma y hará que las mujeres pasen por el «calvario probatorio, alegan, de tener que mostrar con »marcas en su cuerpo« que se resistieron.

«Nadie deseó esta situación, estos efectos indeseados de esta importante ley. Tenemos que preservar un avance importante, demandado por las feministas estos años, que es el consentimiento, y revisar la cuestión técnica que permita resolver lo que ha causado alarma social, la rebaja de penas (…) Si hay algo que une a todos los grupos, hayan votado o no a favor de la Ley, es no rebajar la pena al os agresores y adecuarlas», reiteró Sánchez.

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