«Claro que ha habido directores y productores que me querían besar»

«Claro que ha habido directores y productores que me querían besar»

La actriz francesa Juliette Binoche / AFP

«Necesitamos el arte para evolucionar como seres humanos», asegura Juliette Binoche, que este sábado recibirá el Goya internacional

Iker Cortés

Con un sonoro aplauso de académicos y periodistas. Así fue recibida este viernes Juliette Binoche (París, 58 años) en el Real Alcázar de Sevilla. La protagonista de películas como ‘El paciente inglés’, ‘Tres colores: azul’ o ‘Nadie quiere la noche’ recibirá este sábado el segundo Goya internacional que la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas entrega en toda su historia y la actriz francesa no podía estar más agradecida. «Es un honor para mí recibir este premio de España», dijo la intérprete en una rueda de prensa que se desarrolló en inglés y en la que estuvo muy presente la muerte de Carlos Saura, Goya de honor en la 37 edición de estos premios.

Ataviada con pantalón y chaqueta negros, una camisa azul clara y con el pelo recogido, Binoche atendió durante cuarenta minutos a los periodistas, que pudieron formular un total de cinco preguntas a un personaje que no escatimaba tiempo a la hora de dar las respuestas. En opinión de la actriz, el galardón es un honor porque «España es un país de artistas y arte, que es algo que me inspira y que necesitamos para evolucionar como seres humanos», aseguró después de nombrar a figuras como el Greco, Velázquez, Gaudí, Lorca o Cervantes.

Comprometida con su profesión, tenía sentido ahondar en la posibilidad de que la protagonista de ‘La verdad’ diera el salto a la dirección. «Considero que como actriz también se dirige», afirma la francesa. «Es una dirección invisible, no firmas la película. Estás en la película y a veces eres la película», dice la actriz. Y va más allá: «Yo amo la interpretación, pero no es actuar lo que yo hago. Lo que yo hago es soltar algo que no soy yo; a través de mí, ese algo sale fuera. Es mi vida y es mi experiencia la que he dado a esos proyectos».

Por eso cuando le preguntan por la película que ha marcado su vida, se muestra incapaz de responder. «Todas las películas me han cambiado de forma inesperada. Si una película no te cambia, es que algo no está bien, así que amo todas las películas que he hecho», sentencia.

Binoche aconseja estar dispuesto a dar un «salto emocional o físico» y a «arriesgarse con cada trabajo». En este sentido, asegura que la industria audiovisual siempre es estimulante porque «cada trabajo es diferente». «Unos directores te piden que improvises y otros que digas hasta la última coma y el papel de una actriz es adaptarse. Creo que cada toma hay que hacerla como si fuera la primera y la última, porque si no, no merece la pena y no es arte», recalca la actriz francesa, que cree que buena parte de lo que una actriz debe hacer es «encontrar la luz desde la oscuridad».

Seducción

No significa esto que el trabajo de Juliette Binoche haya sido sencillo. De hecho, cuando una periodista le pregunta si ser mujer se lo ha puesto más difícil o mas fácil, Binoche muestra una brutal cara de sorpresa. Después de reflexionar mucho la pregunta, reconoce que, en los ochenta, que es cuando ella empezó a encarnar a personajes, trabajar en una película «era una cuestión de seducción y de atracción. Afortunadamente las cosas han cambiado porque hay muchas más directoras». No en vano, la actriz reconoce que hubo directores y productores que «me querían besar». Y no se esconde: «Me encantaba enamorar a los directores». Con el tiempo, aquella idea cambió. «Fui educada por una mujer que era muy consciente de los peligros que había y me educó para estar preparada», afirma la actriz. En este sentido, asegura que el #MeToo la ha «cambiado mucho» y muestra su apoyo a las mujeres de Irán y Afganistán.

Binoche deja claro lo que le encanta Sevilla. La actriz vino por primera vez en Nochebuena, con un amigo, en un viaje improvisado que casi les deja sin cenar. «Adoro Sevilla. Conseguimos llegar a un acuerdo con el hotel y cenamos. Así que tengo un recuerdo muy bonito de pasear bajo el frío, el cielo azul, los naranjos y de los maravillosos palacios que hay en la ciudad», concluye.

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