El Parque Científico de la Región podrá acoger a más de 30 empresas

El Parque Científico de la Región, junto al campus universitario de Espinardo, afronta la ampliación de sus instalaciones con el fin de albergar a más firmas tecnológicas. La Consejería de Empresa y Economía Social prevé licitar el próximo mes de marzo las obras que permitirán incorporar otro inmueble al complejo, que pasará a contar así con cuatro edificios. El presupuesto asciende a casi 1,5 millones de euros, financiados con fondos europeos Feder. Los trabajos deberán estar acabados antes de final de año.

El proyecto contempla incrementar en un tercio la capacidad del Parque Científico, que gestiona desde 2014 el Instituto de Fomento (Info), y pasar de los 45 módulos actuales a unos 60. Así, las instalaciones podrán acoger a una treintena de empresas y otras entidades «de alto nivel tecnológico». Según informa la Consejería, además de contar con más salas de reuniones, espacios de trabajo y laboratorios, el futuro edificio ofrecerá los últimos avances en materia de energía, climatización, domótica y uso inteligente de datos. También, las capacidades de conexión con la Red serán «las más altas» que haya disponibles en ese momento: internet a más de 1.000 Mb y 5G. Esos mismos servicios se darán en los tres edificios actuales.

La sede científica de Espinardo acoge ahora a una veintena de empresas, así como el Centro Tecnológico de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (Centic) y la Fundación Integra. El Instituto de Fomento justifica la ampliación de las instalaciones en la apuesta por ofrecer al tejido emprendedor de la Región un lugar donde poder desarrollar sus iniciativas. Se trata de un proyecto que viene de lejos. Ya en noviembre de 2021, la Consejería anunció sus planes de ganar espacio en Espinardo, aunque entonces cifró la inversión en 800.000 euros.

Investigación y tecnología

El Parque Científico, que impulsa la investigación y la competitividad en sectores productivos clave como el de las tecnologías de la información y el bio-agroalimentario, abrió sus puertas en 2009 con un primer edificio, que en una segunda fase, ya en el año 2012, se amplió a otros dos.

El bloque que se adecuará en los próximos meses (con un diseño exterior similar al del resto del complejo) forma parte del antiguo conjunto residencial de Espinardo levantado en los últimos años del franquismo. Entonces se convirtió en un ejemplo de los nuevos equipamientos asistenciales impulsados por los tecnócratas de la dictadura. Trece inmuebles conforman el recinto, de los que cuatro (la iglesia, el teatro, las oficinas de administración y el pabellón residencial mixto) gozan de protección como bienes inventariados por su relevancia cultural. Pese a esa catalogación, el deterioro avanza sobre estas dependencias. La Comunidad Autónoma, como propietaria, aún no ha decidido qué uso darles, aunque ya tiene sobre la mesa un plan director con las líneas básicas para su conservación. La incógnita se mantiene sobre si finalmente habrá que demoler alguna de esas construcciones.