Pascual Vera
Murcia
Viernes, 31 de marzo 2023, 01:22
‘Herederas de Eva’ es un grupo de divulgación científica que surge de un equipo de investigación de la Universidad de Murcia integrado por Patricia María Castiñeyra Fernández, María Victoria Zaragoza y María del Mar Albero. Esta última ha dirigido sus respectivas tesis doctorales: ‘El retrato religioso femenino en el Barroco español: diseño, aplicación y evaluación de una unidad didáctica sobre el Siglo de Oro’, tesis de Zaragoza, mientras que la de Castiñeyra se llama ‘Religiosas, santas y mujeres de la Biblia. Creación de un imaginario femenino en la pintura religiosa del Renacimiento Español’.
El reto era estudiar y conocer las circunstancias de la vida de las mujeres y cuál era el imaginario y el ideal creado en torno a ellas desde los poderes masculinos de la época. Para ello, contextualizan y analizan las obras de arte en las que aparecen representadas las mujeres, desde una perspectiva multidisciplinar y de género.
La imagen de la mujer ha sido una imagen ‘creada’, representada durante siglos desde la mirada masculina, influida por las ideas de la Antigüedad, y después reforzadas por los conceptos cristianos del Pecado Original y la culpa de Eva, que difundían la inferioridad de la mujer, sus menores capacidades y la necesidad de estar bajo vigilancia masculina.
Contextualizar las obras proporciona pistas para ver cómo es o ha sido la historia de las mujeres en determinadas épocas
Para ello se han centrado fundamentalmente en las representaciones de mujeres religiosas, como las santas, los retratos de monjas, la imagen de la Virgen María y otros personajes femeninos del cristianismo. Ambas doctorandas pensaban que esos temas estarían estudiados y desarrollados, pero su sorpresa fue grande cuando se percataron, a raíz de sus investigaciones, que aún quedaban muchos temas por abordar y sobre los que avanzar. Aquellas imágenes religiosas fueron el punto de partida para que se abrieran ante ellas muchas líneas de investigación y es en lo que en estos momentos se centran sus investigaciones.
María del Mar Albero, profesora titular de Historia del Arte en la Universidad de Murcia ya había trabajado en asuntos relacionados con la imagen de la mujer, sobre todo a través de sus gestos, de la fisonomía, la expresión de las pasiones y sus emociones, y en temas iconográficos como la mirada de la mujer perversa o la apariencia de la mujer prudente.
El grupo estudia diferentes temas visuales que abarcan desde el siglo XVI al XIX. La idea de la investigación y del grupo de divulgación científica surgió de las dos doctorandas a través de las redes sociales, sobre todo de Instagram.
Ambas remarcan que, a raíz de la investigación realizada en sus tesis doctorales, se dieron cuenta de que todo lo que estudiaban sobre la imagen de la mujer a través de Historia del Arte era un tema muy actual y que «muchos conceptos y normas sociales de entonces lo hemos heredado y llegan hasta hoy».
Un tema muy de actualidad
Se percataron de que la imagen de la mujer de hoy se construye de una forma muy parecida a como se hacía siglos pasados, y consideraron que era interesante sacarlo a la luz y hablar de ello.
‘Herederas de Eva’ parte de lo académico, pero pretenden que sea un grupo de divulgación, que llegue al máximo público posible, y que divulgue entre la sociedad en general, dando a conocer sus investigaciones.
‘Magdalena penitente’, de Domingo Valdivieso.
MUBAM

El grupo se centra en la pintura del Renacimiento y el Barroco, y cómo a través de ésta se puede ver qué vida cotidiana llevaban las mujeres en esa época. Están convencidas de que incluso, enmascarada en temas religiosos o mitológicos se puede estudiar o vislumbrar cómo era el día a día de las mujeres de tiempos pretéritos. Antiguamente, las mujeres, al estar relegadas al ámbito privado del hogar, no fueron consideradas sujetos interesantes para ser representados en momentos cotidianos, sino solo como personajes dentro de una escena o como objetos sensuales para el placer estético.
Platón contra Aristóteles
En nuestra cultura nos ha acompañado siempre la idea de Eva como mujer tentadora, lujuriosa, que incita al pecado de Adán, es decir, del hombre en su totalidad. Los hombres son descendientes de Adán, mientras que las mujeres lo son de Eva, por lo que esta es heredera también de su propio pecado. Esto ocurre también en otras culturas. En la Mitología clásica la primera mujer es Pandora, la mujer que abrió la caja que contenía todos los males de la humanidad. Es decir, comenta María del Mar Albero: «Da igual cuál sea la cultura, la mujer es el mal bello y necesario». Aristóteles hablaba de la mujer como un ser imperfecto, decía que eran hombres que no se habían desarrollado bien. Y, sin embargo, Platón sí que las defiende, y dice que si la mujer no ha llegado intelectualmente a ser como un hombre es porque no ha tenido la oportunidad de desarrollarse e instruirse. Durante mucho tiempo permaneció esa lucha entre las ideas de Aristóteles y Platón. Eso nos lleva a la diferencia entre la Escolástica y el Neoplatonismo. En el Renacimiento se sigue dando la tradición filosófica, sobre todo en las universidades que siguen a Aristóteles, donde siguen pensando en la mujer como un ser imperfecto. Las ideas neoplatónicas hace que se amplíen las miras y haya una cierta apertura para que las mujeres accedan a la educación y la cultura.
Todas señalan que las féminas, a pesar de ocupar un primerísimo plano en el Arte, y ser el sujeto más representado en la pintura y escultura, su papel ha sido secundario con respecto al hombre, que era la figura considerada realmente importante.
Las mujeres en su vida cotidiana según la pintura
Piensan que, contextualizando las obras y estudiando su imagen pueden obtener un material interesantísimo para abordar la historia de las mujeres y, por otro lado, quieren demostrar que esas mujeres no son objetos como tradicionalmente nos han querido hacer creer en la historia del arte arrinconándolas a un plano puramente estético o sensual: «Lo cierto es que estas mujeres son sujetos parlantes que nos transmiten mucha información, porque no debemos olvidar que los artistas son hijos de su tiempo y finalmente, aunque sea de forma inconsciente, lo reflejan en sus pinturas».
Para demostrarlo, se refieren al cuadro de Velázquez ‘Las hilanderas’. A través de este grupo de trabajadoras de un taller del siglo XVII en Madrid se puede comprender cómo trabajaban, cómo vestían y cómo era su vida cotidiana, algo que, como asegura María del Mar Albero se puede seguir de forma más detallada en otras latitudes, como en la obra de los artistas flamencos (por ejemplo el mismo Vermeer) que trabajó fundamentalmente la pintura de género, recreándose en el interior de los hogares holandeses.
En realidad la historia del arte nos proporciona muchísima información para conocer la historia de la mujer en cualquier época.
Los nacimientos
También la representación de los nacimientos, sobre todo los ajenos al niño Jesús, que tiene siempre una iconografía muy concreta. A diferencia de este, el de la Virgen María o San Juan Bautista, son nacimientos de los que no hay descripción en las fuentes. Eran representados como cualquier nacimiento que se diera dentro del ámbito cortesano de la época, proporcionando mucha información sobre la vida de las mujeres en aquella época, pues nos ilustran sobre cómo era un nacimiento en el caso de mujeres de ciertos recursos. En estos casos aparecen mujeres alrededor, con toallas, ofreciendo un caldo para que la madre se recuperara, a veces aparecen las nodrizas haciéndose cargo del niño, etc.
Las imágenes permiten hacer una comparativa entre la vida de las mujeres y los constructos sociales que se establecieron en la Edad Moderna y que se han ido heredando a través de generaciones, y que aún hoy están vigentes en nuestra sociedad o la de hace relativamente poco.
Las obras de arte abordan por ejemplo como se configura el matrimonio como institución y la patrimonializacion de la mujer, ya que en el momento en el que una mujer se casaba pasaba a estar bajo la tutela de su marido y, en el hogar, tenía una gran desprotección.
La virgen de la leche y el papel de buena madre
La contextualización de las obras les proporciona las pistas para ver cómo es o ha sido la historia de las mujeres en determinadas épocas. Citan el caso de ‘La Virgen de la leche’, que tiene su origen en las catacumbas romanas, pero luego se va desarrollando poco a poco hasta que llega un punto, a principios del siglo XVI, en el que se asiste una eclosión, sobre todo en España.
Tras estudiar y contextualizar las obras de esos años comprobaron que se encontraban en una época de cambios: el nacimiento del Estado Moderno, una época en la que al Régimen le interesaba que las parejas se casaran y crearan familias, ya que éstas eran el centro de la nueva economía.
Había dejado de interesar que la gente entrara a conventos, que era una finalidad típicamente medieval. Ahora había que inculcar entre las mujeres el deseo de ser madres. Era además un momento de mucha mortalidad infantil, y existía la tradición de que la madre bien posicionada, nada más parir, le diera el hijo a la nodriza, y a través de la Virgen de la leche mostraban la conveniencia de que la madre debía hacerse cargo de sus hijos y cuidarlos con mucha atención. El estado quería que las mujeres asumieran que su papel de madre era la tarea fundamental de su vida, ya que si lo había hecho la Virgen, ellas debían de dar de cuidar también de sus vástagos.
La Sagrada Familia
Otra figura que expresa también el ideal de buena madre es ‘Santa Ana, enseñando a leer a la virgen’. En Murcia se puede ver en las dominicas, que tienen en un retablo esta talla y es el ejemplo de la buena madre que además de dar el alimento nutricio, le facilita la educación.
Los varones tenían siempre un preceptor, y en este caso se expone que las mujeres también deberían tener quienes los educaran. Este tema se ve muy bien en la Sagrada Familia, una iconografía que no aparecía en la Edad Media y que sin embargo sí aparece en el Renacimiento, justo en el momento en el que el estado moderno quería promocionar a las familias y promover la procreación.
En el Barroco hay también otro cambio: San José ya no es representado como un hombre de edad avanzada y siempre en un segundo plano dentro de la familia, como ocurría en el Renacimiento. Cobra más protagonismo, se le representa más cerca del niño y rejuvenece. Esto se puede comprobar en una obra de Murillo como la Sagrada Familia del pajarito, en la que se ve joven y pendiente del niño. Esto ocurre en un momento en el que San Juan de la Cruz o Santa Teresa están hablando de la figura paterna para que los hombres empezaran a formar parte de la familia y de los cuidados más domésticos dentro de la misma. Se utiliza la figura de San José para mostrar lo que es un buen padre. En ese momento San José pasa de estar en un segundo plano y envejecido a ser un hombre joven, apuesto y que ayuda en el cuidado del niño.

Mujeres antiguas e ‘influencers’
A las componentes de este grupo de divulgación científica les gusta confrontar imágenes de mujeres antiguas con imágenes de mujeres actuales. Los resultados a menudo son inesperados. Una de sus iniciativas fue contraponer la figura de la cantante e influencer Lola Índigo como una cantante que dicta tendencias en el vestir, en el peinado, etc., con la Eva de Tiziano. Las primeras ‘influencers’, que se retrataban en el siglo XIX, maravillosas, todas de la alta sociedad, lo hacían de una manera parecida. También querían representar lo que se llevaba en moda, lo que era lo bello. O la imagen de la Reina Isabe II, que recurrió durante todo su reinado al modelo y ejempo de su antecesora, Isabel I para crear su imagen. En su retrato utiliza el Orbe y la corona, con el armiño, el mismo fondo y en una pose que nos está diciendo la importancia que tiene la monarca para su país. «Tomamos referentes de iconografías de la mujer», afirman. Hoy en día hay muchas chicas que siguen a Lola Índigo, una cantante que tiene un tema titulado ‘Maldición, que va de la mujer seductora que hacía caer al hombre en su tentación y se representa igual que se representaba a Eva («Mala, yo soy una pecadora/ Mala, tú te sigue’ enamorándote/ Mala, yo soy una maldición/ Soy mala, muy mala»). A los adolescentes y los jóvenes universitarios actuales les llama mucho la atención estos parecidos cuando tienen ocasión de comprobarlos en eventos universitarios.

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Enlace de origen : 'Herederas de Eva': difundiendo desde la UMU la imagen de la mujer a través del arte