Delirio azul en Lorca en la serenata a la Virgen de los Dolores

Delirio azul en Lorca en la serenata a la Virgen de los Dolores

La serenata a la Virgen de los Dolores congregó anoche a miles de lorquinos azules en la calle Nogalte, desde la Corredera hasta la avenida de Portugal. Allí aguardaron a que se produjera su momento más especial del año: ver asomar a la Dolorosa por la puerta de la iglesia de San Francisco. En los instantes previos, agitaron sus pañuelos al aire y gritaron vivas a su hermandad, pero la multitud enmudeció cuando, cumpliendo el solemne protocolo, el templo barroco se abrió para la titular del Paso Azul a las 12 en punto de la noche. Todas las miradas se dirigieron a ella. El trono avanzó unos metros mecido por los 92 portapasos al ritmo del himno de la Virgen, interpretado por los miembros de la banda romana, mientras portapasos y cofrades entonaron la letra. «Es inevitable emocionarse al escuchar el himno y a miles de personas cantarlo. El llanto me impide seguir, se me hace un nudo en la garganta», reconoció a LA VERDAD el director musical de las bandas del Paso Azul, Andrés Sánchez.

Es este un «momento de respeto y de profunda devoción. Significa tanto», explicó la presidenta de la Asociación de Nuestra Señora de los Dolores, Tana García, situada ante la imagen junto al presidente del Paso Azul, José María Miñarro. «La veo salir, pero también percibo el sufrimiento de los portapasos» por la dificultad que entraña atravesar el umbral del templo con el trono.

La Dolorosa permaneció solo siete minutos ante las puertas de la iglesia, un número simbólico para la Hermandad, que alude a los Siete Dolores de la Virgen. La serena talla de Capuz lució el manto azul que ideara para ella Francisco Cayuela en 1904, bajo este, una mantilla de encaje realizada en el siglo XIX en punto de aguja de Bruselas y el vestido rosa inspirado en el que la Virgen lleva en el estandarte El Reflejo. Entre sus manos, el puñal de oro y platino, regalo de los azules, y la corona que le fue impuesta en el acto de coronación canónica hace 25 años.

La talla de Capuz permaneció solo siete minutos en la puerta del templo, durante los que se desató la locura

La imagen iba en el trono de plata repujada realizado por el orfebre sevillano Juan Borrero, adornado con más de 2.000 rosas primorosamente colocadas en búcaros. La Asociación de Nuestra Señora la Virgen de los Dolores dedicó todo el día de ayer a los preparativos de la serenata y, cuando se cerraron las puertas de San Francisco, comenzaron para las asociadas los preparativos de la misa, que tendrá lugar a las 12 horas en honor a la Virgen de los Dolores.

La explosión de las bandas

Pero la noche de serenata es de fiesta, de celebración para los azules, que la sienten como exclusivamente suya y lo demostraron a través de la música y los vítores. Al terminar el acto, las cinco bandas formadas por un total de 230 personas iniciaron un pasacalles por Corredera para continuar por Juan de Toledo y Lope Gisbert y regresar de nuevo al entorno de San Francisco. Interpretaron sin cesar el himno ‘Las Caretas’, espoleados por la intensa emoción que acababan de vivir ante las puertas de su sede religiosa. Les acompañaban miembros de la directiva de la Hermandad de Labradores y un nutrido grupo de colaboradores para la colocación de las banderas en los balcones donde se celebrarán hoy las recogidas. «Llevamos un año entero de ensayos, de sacrificio y de preparar el repertorio para solo una semana, y lo damos absolutamente todo», aseguró el coordinador de las bandas.

La Dolorosa será hoy la única imagen religiosa de la primera procesión y estará acompañada por cientos de mujeres con la clásica mantilla española

A primera hora de la mañana, se abrirán de nuevo las puertas de la iglesia para recibir a cientos de personas deseosas de ver a la Virgen en el día de su onomástica y comenzarán a llegar decenas de centros y ramos de flores con cariñosas tarjetas de felicitación de instituciones, asociaciones y particulares. Estos se irán colocando delante del trono.


Una torre humana de azules sostiene a un chico gritando vivas en la puerta de San Francisco.


A. Ribón / AGM


La titular de la Hermandad de Labradores será hoy la única imagen religiosa de la primera procesión del ciclo pasional lorquino y estará acompañada por cientos de mujeres ataviadas con la clásica mantilla española. Este año se han impuesto más medallas de la asociación que en los últimos años a mujeres jóvenes que desean incorporarse a la procesión del Viernes de Dolores. La presidenta dijo que uno de sus principales objetivos es que las nuevas generaciones comiencen a relacionarse de esta manera con el Paso y que «tengan ese sentimiento por nuestra Virgen».

Esta noche, el delicado trono con la talla de Capuz será mecido de nuevo por sus costaleros por la carrera principal de la avenida Juan Carlos I ante miles de personas en sus tribunas, al ritmo de su himno, interpretado esta vez por la Agrupación Musical Mater Dolorosa, mientras una lluvia de pétalos de rosa cae sobre su palio. «Vamos justo detrás y, mientras tocamos, vemos ese movimiento y a los azules emocionarse y no podemos evitar hacerlo nosotros también. Merece la pena experimentarlo, es un privilegio», afirma convencido Andrés Sánchez.

Timbales para la escolta de La Dolorosa

El Grupo de Caballería de la Guardia Civil, con sede en la localidad madrileña de Valdemoro, acompañará esta noche con uniforme de gala a la Virgen de los Dolores durante la procesión en su honor. Este año, como novedad, utilizarán timbales, además de los habituales clarines. La nueva unidad de percusión cuenta con unas galas confeccionadas en el taller de bordados del Paso Azul, que fueron estrenadas en el desfile de la Fiesta Nacional de España el 12 de octubre. Los 14 jinetes fueron recibidos anoche en la iglesia de San Francisco por el presidente de la Hermandad de Labradores, José María Miñarro, en el tradicional acto de entrega de pañuelos a los seis nuevos componentes del escuadrón que participan en el desfile por primera vez y que otorgan los portapasos del trono de la Virgen de los Dolores. Este es el único grupo de sables a caballo que permanece en activo en Europa y la tradición de que la Benemérita escolte a la titular del Paso Azul se remonta a la segunda mitad del siglo XX, cuando la Guardia Civil a caballo abría los desfiles bíblico-pasionales y acompañaba a sus imágenes. La costumbre desapareció cuando la ciudad perdió la sección a caballo del Instituto Armado y se recuperó en 1999, bajo la presidencia de Cristóbal Alcolea en la Hermandad.

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