A Al Capone le metieron en la cárcel por evasión de impuestos, pese a considerarse el capo más sangriento de su era. ¿Podrá ir a la cárcel Donald Trump por un truco contable? Eso está por ver pero, de momento, ya es el primer expresidente de Estados Unidos imputado por un delito.
El cargo es embarazoso. Trump está acusado de haber escondido el pago de 120.000 euros que hizo a través de su abogado, Michael Cohen, a la actriz del cine porno Stormy Daniels, cuyo nombre de nacimiento es Stephanie Gregory. Se trataba de impedir que contara a la prensa, una semana antes de las elecciones, el presunto ‘affair’ que ambos tuvieron en 2009, poco después de que su esposa Melania Trump diese a luz al único hijo de la pareja. Cohen ha testificado en su contra y ha presentado el cheque firmado por el magnate, entre otras pruebas contundentes.
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Tras meses de pruebas y testimonios, el gran jurado de Nueva York, que llevaba meses estudiando las pruebas en su contra, votó a última hora de ayer su imputación, según fuentes de los medios estadounidenses, al encontrar causa probable. La jugada había sido perfecta. Un rumor extendido la víspera entre los principales periódicos aseguraba que no habría resultado hasta final de abril. Después de todo, las reuniones de un gran jurado son secretas, por muy públicas que se hayan hecho estas.
Con ello la fiscalía buscaba un poco de calma para esta delicada parte del proceso judicial. En los últimos diez días, el ex presidente ha azuzado a sus huestes por las redes sociales para que impidan su arresto. «¡Protestad, protestad, protestad!», escribió en Truth Social, cuando anunció que sería detenido el martes de la semana pasada. No ocurrió ese día, pero el continuó agitando el avispero: «Habrá muerte y destrucción», dijo el viernes.
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Ayer no había nadie a la puerta de los juzgados esperando una decisión con la que no se contaba ya para esta semana. Los periodistas se abalanzaron hasta las vallas en cuanto se supo la noticia para cubrir las protestas, pero superaban con mucho los cuatro gatos sueltos del Club de los Jóvenes Republicanos que salieron a manifestarse.
De momento, lo único que ocurrirá es que la fiscalía negociará con la defensa su entrega para la ficha policial, que incluye fotografiarle, leerle sus derechos, tomarle las huellas dactilares y, tal vez, solo tal vez, ponerle las esposas de forma simbólica. El fiscal todavía puede elegir no presentar cargos, pero eso parece improbable. Alvin Bragg parece destinado a pasar a la historia como el primer fiscal en imputar a un expresidente. De ahí los continuos ataques y amenazas de muerte que ha recibido, además de una carta intimidatoria por parte del líder republicano del Congreso, que no tiene poder sobre el fiscal de los estados dela Unión.
Candidatura vigente
La imputación no impedirá que la candidatura presidencial de Trump siga su curso, porque el juicio podría alargarse más de dos años, pero si no se entrega se le complicará mucho la campaña. La fiscalía tendría que emitir entonces una orden de búsqueda y captura que obligaría a la Policía de todo el país a detenerle cuando cruzase sus fronteras. Trump cambió su residencia a Florida al ver que se multiplicaban los problemas legales en su estado natal. Allí, su rival por la nominación del Partido Republicano, el gobernador de Florida, Ron de Santis, blanco frecuente de sus ataques, ha dicho que no intervendrá en lo que considera un asunto político.
El propio ex presidente apresuró el anuncio de su candidatura en noviembre pasado para revestirse de esa percepción de inmunidad y poder clamar que todo es «¡una caza de brujas!». El Partido Republicano ha cerrado filas en su defensa, pero nadie secunda su llamamiento a las protestas después del escalofriante ataque al Capitolio del 6 de enero de 2020. Un gran jurado de Washington estudia también las pruebas que le implicarían en esa insurrección, además del de Georgia, que investiga sus intentos de alterar los resultados electorales, grabados durante una llamada telefónica.
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Enlace de origen : Donald Trump se convierte en el primer expresidente imputado de Estados Unidos