Las Bolsas europeas han logrado capear con cierto éxito la amenaza que en las últimas semanas había reactivado todas las alarmas en torno a una nueva crisis financiera global. Con la subida del 0,28% de este viernes, el Ibex-35 cierra por encima de los 9.232 puntos, con un saldo semanal positivo del 5%.
Las alzas registradas en las cinco últimas sesiones han permitido minimizar las pérdidas de marzo al 1,7%, un periodo marcado por la volatilidad extrema tras la caída del Silicon Valley Bank y otros bancos regionales en EE UU. Así que las ganancias en del primer trimestre aún se mantienen intactas por encima del 12%.
Los expertos apuntan a que no hay que lanzar las campanas al vuelo. La incertidumbre sobre cómo impactará en la economía real el shock bancario -que en Europa tuvo su propio capítulo con el colapso de Credit Suisse- aún planea sobre el mercado. Pero es cierto que el llamamiento a la calma de supervisores y reguladores, han convencido, al menos de momento, a los inversores.
Toda la atención se dirige ahora hacia los datos macroeconómicos, especialmente los de inflación y empleo que sin duda marcarán las próximas decisiones de los bancos centrales sobre los tipos de interés.
En general, los inversores respiran tras conocer que la zona euro empieza a registrar una inflación más moderada, aunque las tasas subyacentes siguen disparadas y sin visos de cambiar de tendencia. «Esta inflación, que en las economías desarrolladas está muy ligada a los precios de los servicios, es la más difícil de combatir», recuerdan los analistas de Link Securities.
En EE UU también se conoció el viernes el índice de precios del consumo personal, el PCE, que es la variable de precios más seguida por la Reserva Federal (Fed). Y la reacción también ha sido de alivio. El indicador cayó del 5,3% al 5% en febrero, mejor de lo esperado. En términos mensuales, cayó del 0,3% frente al 0,6% del mes anterior y al 0,5% previsto.
El lado positivo de la crisis
Además, algunos analistas empiezan a anticipar que la crisis bancaria puede tener algunos efectos desinflacionistas, algo que podría ayudar al BCE a dar una alegría al mercado si termina el proceso de alza de tipos antes de lo esperado.
Más dudas existen en torno al futuro del sector bancario, especialmente golpeado por la crisis de confianza en estas semanas y que, ahora, se enfrenta a la posibilidad de una mayor regulación. Esta misma semana, EE UU ha anunciado que estudia nuevas medidas para reducir el riesgo de futuras crisis en las entidades de mayor tamaño. Entre ellas, mayores requerimientos de liquidez y de capital, test de estrés más estrictos y una especie de «testamentos vitales» para detallar posibles procesos de liquidación de entidades.
De momento, Europa no se ha pronunciado en este sentido, aunque pocos dudan de que una mayor tensión regulatoria será inevitable en el medio plazo, añadiendo algo de presión bajista al sector.
De hecho, el sector volvió a liderar las pérdidas el viernes, con caídas de más del 2% para Bankinter y Sabadell, del 1,8% para CaixaBank, del 1,6% para Unicaja y del 0,75% para Santander. Ninguna de las seis entidades ha recuperado aún su cotización previa al cierre del jueves 9 de marzo, en pleno estallido de la crisis. Sabadell y Bankinter son los peor parados al estar aún a más de un 20% de aquellos niveles.
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Enlace de origen : El Ibex minimiza las pérdidas de la tormenta bancaria tras subir un 5% semanal
