«En cada clavel llevo una petición de salud y mucha gratitud porque el año pasado el cáncer no me dejó venir ante la Virgen», dijo emocionada Lola Fuentes, que llevó este viernes su ramo a la Caridad a primera hora de la tarde. «Aún estoy delicada para mezclarme con la gente y no tengo tampoco mucho ánimo, pero no me falta la fe». Lo humano y lo divino se dieron cita en la basílica de la Caridad en el día grande de Cartagena. Muchas historias de vida, tradición y devoción por la madre de los cartageneros inundaron de amor, flores y plegarias el templo.
Como es costumbre, los cartageneros aprovecharon para presentar a los nuevos miembros de la familia y pedir a la Virgen que proteja y guíe sus pasos. De los más pequeños fue Davide Legaz, de tan solo una semana y cuyo nombre significa ‘amado de Dios’. El bebé fue ataviado con un minúsculo traje de cartagenero, a juego con el de su abuela, Toñi Teba. «Hay que dar gracias a nuestra Patrona porque todo ha salido bien y pedirle para que cuide del bebé y de sus padres», dijo.
Los padres de Thiago Buendía dejaron a su tía María Monje la responsabilidad de llevarlo por primera vez en sus seis meses de vida a los pies de la Virgen. «La emoción de iniciarlo en su camino de fe cristiana es única».
Tradición familiar
Cuatro generaciones de la familia Quiñonero acompañaron a la Caridad. La bisabuela de noventa años, Isabel Quiñonero, fue la encargada de bordar los trajes de su hija, la nuera de esta, y su bisnieta. «Son nuestras costumbres y no las debemos perder. Lo llevo haciendo desde jovencita», explicó mientras esperó en la Plaza del Ayuntamiento la salida de su grupo, de la Asociación de Vecinos de Torreciega. Su hija, María Isabel Ruiz, se encargó de llevar su silla de ruedas, mientras, su nuera, Anais García, llevó a la bisnieta, Sofía Romero, de catorce meses en el cochecito. «Pediremos paz, trabajo y salud, que no volvamos a pasar las mismas fatigas que tuvimos con el coronavirus y que nos llevemos todos bien. Hay que disfrutar más de la vida y discutir menos», indicó la bisabuela Isabel.
Mirada de turista
Más de un turista se encontró una grata sorpresa al ver en la Plaza del Ayuntamiento la concentración de los cincuenta y un grupos inscritos en la ofrenda floral. Al argentino Daniel Martín, de paso en Cartagena en su ruta por la Región para conocer Lorca, donde están los orígenes de sus antepasados, le pareció «una costumbre muy hermosa. Se percibe mucha devoción en una ciudad muy coqueta, acogedora y de contrastes. Hay gran variedad turística». Martín fue de los afortunados que disfrutó de la jornada de puertas abiertas del Teatro Romano. «Nos hemos adentrado en otra época. Una maravilla», aseguró.
Además, las terrazas del centro estuvieron llenas durante toda la tarde y hasta bien entrada la noche.
El desfile en el que participaron más de dos mil personas lo abrió una comitiva municipal, compuesta por la alcaldesa de Cartagena, Noelia Arroyo, la vicealcaldesa, Ana Belén Castejón, y los concejales: Diego Ortega, Carlos Piñana, Cristina Mora y Álvaro Valdés, del PP; y los no adscritos, Juan Pedro Torralba, David Martínez Noguera, Alejandra Gutiérrez, Mercedes García e Irene Ruiz.
Orgullo de costumbres
Bandas de gaitas, cornetas y tambores, agrupaciones de coros y danzas, rondallas y cuadrillas del Campo de Cartagena iniciaron el recorrido a las cinco de la tarde llenando las calles de alegría y animando a todos los viandantes a participar del día grande. Pasaron por las calles Mayor, Puerta de Murcia, Santa Florentina, Parque y Serreta hasta la basílica de la Caridad. A su llegada, los grupos entregaron sus flores para componer el mosaico sobre la estructura habilitada a la entrada del templo y ante la Virgen expusieron las costumbres de cada barrio y diputación. Así, por ejemplo, la presidenta de la Asociación de Vecinos del Ensanche Almarjal, Ana de Haro, entonó una Salve entre vítores por la Caridad. El público se arrancó a cantar en la calle de la Serreta mientras la sección infantil de tambores Quillo tocó el pasodoble ‘Tres veces guapa’. Y más de uno gritó un «¡Viva la Virgen de la Caridad!».
En la ofrenda floral también hubo muchas personas con dificultades de movilidad. «Espero sentada a integrarme en mi grupo. Casi no me puedo mover pero la fe es más grande. Vengo a pedirle a la Caridad que nos llene el corazón de esperanza e ilusión para que seamos mejores personas y vivamos en paz», dijo Lola Armero. Los cartageneros pudieron disfrutar del desfile de la ofrenda floral sentados gratis en algunas calles, ya que desde el mediodía la empresa encargada de la gestión de sillas estuvo colocándolas para la procesión de la noche.
Arroyo bailó ante la Caridad con el grupo folclórico de La Palma
La alcaldesa, Noelia Arroyo, bailó con el Grupo Folclórico Ciudad de Cartagena, de La Palma, que este año conmemora su cincuenta aniversario. Desde sus inicios, el grupo ha trabajado por conservar y recuperar la cultura y las tradiciones del Campo de Cartagena. Arroyo se vistió con la indumentaria de este grupo folclórico, mantilla negra incluida, y bailó una malagueña torera de nombre ‘Torera cartagenera’. Se trata del baile típico de este día. En la actualidad, el Grupo Folclórico Ciudad de Cartagena de La Palma está compuesto por un centenar de integrantes, desde la edad infantil a la adulta.
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