El Jimbee Cartagena se mete en una una final 17 años después

El equipo de Duda tiró de épica para ganar un partido a contracorriente desde el primer segundo. Si en Torrejón de Ardoz remontó un 2-0 al Inter Movistar, en Antequera levantó dos losas: primero la del 3-0 y luego la del 4-2. El Peñíscola, que compite en Segunda División, le dio al Jimbee un verdadero baño en la desconcertante primera parte. Juanqui, Elías y Agustín Plazas rebajaron la euforia de los 400 cartageneros presentes en el polideportivo Fernando Argüelles. Los meloneros se vieron notablemente superados y concedieron, además, bastantes facilidades en la defensa.

Cuando más empinado parecía el partido, dos goles en los últimos 20 segundos de la primera parte dieron al Jimbee un verdadero empujón. Juanan y seguidamente Lucao marcaron dos goles psicológicos antes del descanso (3-2): a los cartageneros les reforzó y a los castellonenses les vinieron todas las dudas de golpe. Los rostros de unos y otros de camino al vestuario lo decían todo. Pese a ir por detrás, el Jimbee se sentía ganador.

Los de Duda se ganaron otra oportunidad en Antequera gracias a esa reacción. En el segundo asalto se igualaron las fuerzas, pero lo cierto es que el Peñíscola protagonizó hasta tres serios avisos a la portería de Raúl Jerez. Así, del posible 3-3 de Juanan al larguero pasamos a una jugada de quilates del Peñíscola. En una baldosa, Cristian superó a su marca (Motta) con un excelente control, algo de fortuna y una excelente definición. A solo diez minutos del final, otra el Jimbee remaba a contracorriente (4-2).

El Jimbee volvió a despertar cuando se vio con el agua al cuello por segunda vez. Tras mil y un recortes, Javivi encontró la pequeña rendija en la portería del Peñíscola para superar al guardameta Gustavo con un disparo seco. Con el 4-3, los de Duda monopolizaron el tramo final del encuentro con Motta de portero-jugador. Los meloneros protagonizaron hasta cuatro peligrosos acercamientos que hicieron creer en el empate.

Fue a falta de apenas medio minuto cuando Duda sacó a relucir la pizarra. En una jugada de escuadra y cartabón, Motta aprovechó una falta a balón parado para empatar y desatar la locura en el Fernando Argüelles (4-4). El Peñíscola se vio sofocado: suele ganar con facilidad sus partidos en Segunda y esta vez se vio sometido a un ritmo vertiginoso, llevado a un extremo de esfuerzo rara vez sometido en su realidad liguera.

En la tanda de penaltis nadie falló. En el décimo y decisivo lanzamiento, Raúl Jerez adivinó las intenciones de Paniagua. El guardameta del Jimbee lo detuvo con la cara, toda una heroicidad. El capitán, todo un símbolo en el fútbol sala cartagenero, se ha convertido en un pilar clave en esta Copa del Rey. En octavos de final fue fundamental en la tanda para eliminar al Alzira; y sus paradas frente al Inter también dieron el billete a esta ‘final four’. Solo un partido más separa al Jimbee del primer título de su historia.