El que fuera todopoderoso presidente regional del PP, el que situó a este partido en la cúspide de la hegemonía política de la Región de Murcia al convertirlo en una precisa máquina de ganar elecciones, ha preferido renunciar al carné de afiliado antes que verse expedientado y sufrir las medidas disciplinarias por su implicación en el ‘caso de la Sal’.
Fuentes de la dirección del PP confirmaron este viernes a LA VERDAD que Ramón Luis Valcárcel «ya no es afiliado» del partido. Esas cuatro palabras ponen a salvo al político de cualquier iniciativa que adopte el Comité de Derechos y Garantías del partido, órgano encargado de aplicar el régimen disciplinario recogido en los Estatutos de la organización.
Según este régimen disciplinario, el primer paso habría sido la apertura de un expediente sancionador y posteriormente la suspensión cautelar de militancia como consecuencia de la apertura de juicio oral contra el hasta ahora militante popular.
La baja de Valcárcel en el PP se produjo «a petición propia», indicaron las mismas fuentes, que no supieron concretar cuándo se produjo dicha renuncia. Lo que sí aclararon es que al perder su condición de afiliado, también deja de ocupar el puesto de presidente de honor del PP de la Región de Murcia, cargo para el que fue elegido cuando cedió el cetro de la dirección popular a Pedro Antonio Sánchez, quien le sucedió no solo al frente de la organización política, sino también en la presidencia de la Comunidad, y que a principios de mazo fue condenado a tres años de cárcel y a más de 17 de inhabilitación por el ‘caso Auditorio’.
Con Pedro Antonio Sánchez se dio la misma circunstancia que impidió que el partido adoptara medidas disciplinarias contra él tras recibir una sentencia condenatoria: ya no era afiliado del partido.
La titular del juzgado de Instrucción número 1 de Murcia, en auto notificado el pasado jueves, ordenó la apertura de juicio oral contra el expresidente del Gobierno regional, Ramón Luis Valcárcel, por los presuntos delitos de prevaricación continuada, fraude continuado y malversación de caudales públicos en relación al contrato de arrendamiento para la adquisición de la desaladora de Escombreras.
Por su parte, el fiscal, en su escrito de acusación, solicita para Valcárcel penas que suman 11 años y 6 meses de prisión, 20 de inhabilitación absoluta y 27 de inhabilitación especial para empleo o cargo público.
Aplaudido y jaleado
Los Estatutos del PP establecen que «cuando un afiliado esté incurso en un proceso penal respecto de los cuales se haya dictado auto de apertura de juicio oral por un delito relacionado con la corrupción», deberá ser suspendido de militancia por el Comité Nacional de Derechos y Garantías. La expulsión se producirá solo cuando la sentencia condenatoria es firme.
Hace tan solo ocho meses, Ramón Luis Valcárcel era aplaudido y jaleado con fervor por los cuadros y militantes del PP murciano. Fue en el congreso extraordinario regional de los populares, celebrado el pasado mes de julio, en el que intervino ante un auditorio Víctor Villegas abarrotado y recibió el saludo efusivo del presidente nacional del partido, Alberto Núñez Feijóo.
Ahora, en cambio, su procesamiento por el ‘caso de la Sal’ no solo le ha dejado fuera del partido, sino que puede convertirse en un lastre para las aspiraciones electorales del líder popular, Fernando López Miras, y dificultar la obtención de los escaños suficientes para gobernar en solitario la próxima legislatura.
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