Donald Trump se ha convertido ya en el primer expresidente de Estados Unidos que carga con una acusación penal. El magnate ha llegado a la sede de la oficina del fiscal de distrito de Manhattan para hacer efectiva su entrega a la Justicia y someterse a la lectura de cargos en su contra. Previamente formalizará su ficha policial.
El líder republicano abandonó sobre la una de la tarde (19.00 horas en España) la Torre Trump, donde ha pernoctado la noche pasada y permanecido esta mañana reunido con su equipo de abogados y asesores políticos. En medio de una imponente caravana de limusinas y vehículos con los cristales tintados, ocupados en su mayoría por miembros del Servicio Secreto y de la Policía de Nueva York, ha circulado hasta la sede del tribunal por calles cerradas al tráfico donde se alternaban sus simpatizantes y sus detractores, fácilmente identificables por las pancartas que exhibían. La caravana alcanzaba las dos docenas de vehículos, controlada por un amplio grupo de policías en moto. Sobre los rascacielos zumbaban los helicópteros.
Brazo en alto
La llegada a la sede judicial, a las 13.30 horas (19.30 en España), ha sido un auténtico festival de agentes secretos, periodistas y policías neoyorquinos desplegados en previsión de eventuales incidentes, que no se han producido. La atmósfera es muy diferente a la del asalto al Capitolio de 2021. Aquí, a la cólera le ha sustituido la curiosidad y una sensación de encontrarse ante un hecho histórico, de esos que el día de mañana serán contados a los nietos con la inefable entradilla «yo estuve allí…».
Tampoco la actitud de Trump ha sido la de un presidente saliente iracundo, bravo, enardecedor de las masas. Ha descendido de uno de los vehículos, se ha girado hacia la zona de prensa y los metros de acera ocupados por sus simpatizantes y ha levantado el puño en señal de fortaleza varias veces antes de saludar con la mano. Luego se ha encaminado hacia la oficina judicial, casi desaparecido en medio de decenas de miembros del Servicio Secreto. Durante el trayecto desde la Torre Trump ha viajado solo en compañía de su grupo de escolta. Los dos abogados que le acompañan en los trámites, Todd Blanche y Susan Necheles, le seguían en otro SUV posterior. Y en uno tercero han viajado sus asesores políticos Jason Miller y Walt Nauta.
Trump se somete posiblemente a estas horas al trámite de registro de sus huellas dactilares. No le tomarán las habituales fotografías policiales para la ficha. Esta práctica tiene como fin común facilitar el reconocimiento de los delincuentes en caso de huida o si resulta necesario dar con ellos una vez cumplida la pena. En el caso del expresidente no parece ser que ahora ni en el futuro puedan darse problemas de identificación.
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Enlace de origen : Trump ya es el primer expresidente de EE UU detenido por la Policía
