
El quejío de Pedro Severo desde lo alto del balcón del Palacio Aguirre rompió el silencio en la Plaza de la Merced. Su saeta por seguiriyas al Nazareno y a la Dolorosa arrancó un atronador aplauso del numerosísimo público que a esas horas abarrotaba la zona. Fue el momento culmen de la noche del Encuentro de Cartagena, que sobre las cuatro y media de la mañana de este Viernes Santo congregó a miles de personas en la plaza y calles adyacentes
Subidos a un banco, a una farola, a un bordillo o a una silla. Cualquier cosa valía para no perderse detalle de este emotivo y pasional Encuentro, ya sin ningún tipo de restricciones. Desde las tres de la mañana, el público comenzó a buscar el mejor sitio. Y tres cuartos de hora antes y tras las salidas de los tronos, en la plaza no cabía ni un alfiler.
Los primeros aplausos y flases de cámaras fueron para San Juan cuando llegó al Lago, recién reformado. Tras él, la Virgen de la Dolorosa, cuyos portapasos al cruzarse con los sanjuanistas se dieron la mano.
El público quedó en silencio
Mientras, el Jesús Nazareno ya asomaba a la plaza, desde la calle San Diego. Entonces el público quedó en silencio. Un silencio rotundo, que se rompió cuando un procesionista gritó: «¡Viva esa Pequeñica guapa!» y el público contestó «¡Viva!». Ambos tronos se unieron y comenzó a sonar el himno nacional.
Sus notas resonaron en toda la plaza. Los últimos acordes dieron paso a la Salve cantada por cientos de personas en tono bajo. Entonces las lágrimas comenzaron a brotar en muchos por la emoción. Nada más terminar, de nuevo se escuchó un «¡Viva la Virgen!» y un atronador aplauso inundó el Lago.
Dos horas antes, a las dos y media de la madrugada se abrió la reja de la puerta y el cortejo del Jesús Nazareno comenzó a andar. Pedro Severo cantó allí también una saeta con letra del cantaor Antonio Ayala ‘El Rampa’, aunque apenas se escuchó por el gentío y los fallos en el sonido. El trono, llevado por más de 140 portapasos, enfiló el barrio de Santa Lucía a las 2.50 horas. Mucho antes, el Medinaceli salió del Campus de la Muralla. En esta ocasión, a las 2.10. Desde el balcón de la puerta principal del antiguo Hospital de Marina, la presidenta de la Agrupación de los Estudiantes, Margarita Carrillo, lo despidió. En su particular recorrido se escuchó en varias ocasiones la marcha ‘Alma Incólume’, del compositor José María Nadal, estrenada para la ocasión.
A las dos en punto de la mañana partió desde la iglesia de Santa María de Gracia La Verónica. En esta ocasión, para alargar un poco su salida, el cortejo, compuesto por el Santo Cáliz, los Granaderos, la Condena, la Primera Caída y la Verónica, modificó la primera parte de su recorrido. Desfiló por las calles Aire, Cañón y Mayor hasta plaza San Sebastián, donde continuó por la calle Honda hacia la plaza de la Merced. Tres cuartos de hora después y desde el mismo lugar partieron San Juan y la Virgen Dolorosa (‘La Pequeñica’).
Tras el Encuentro y unidos todos en una sola procesión, partieron de vuelta a Santa María de Gracia por calles repletas de gente. El último trono entró al templo, pasadas las seis y media de la mañana, ya que la recogida también fue modificada. Esta ver fue por la calle Jara en lugar de por la calle San Miguel, eliminando en su recogida el paso por las calles Aire, Cañón, Mayor y plaza de San Sebastián.

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Enlace de origen : El Encuentro envuelve de pasión la Plaza de la Merced de Cartagena