Fernando Esteso: «Las películas del destape siguen siendo frescas, graciosas, distraen»

Fernando Esteso: «Las películas del destape siguen siendo frescas, graciosas, distraen»

Siempre hay motivo para hablar con Fernando Esteso (Zaragoza, 1945), una figura significativa de la cultura popular española. El regreso a las salas de cine con ‘Loli Tormenta’ es uno, pero también los 50 años de carrera cinematográfica (debutó con ‘Celos, amor y mercado común’ en 1973) valen como excusa. O las cinco décadas que ‘La Ramona’ cumplirá en 2024. «Me siento orgulloso de haber hecho un tema que ha alegrado las fiestas de los pueblos de España», sostiene. A él le define más la letra de ‘Soy un vividor», matiza un actor, que propone para su lápida: «Aquí yace uno que trató de hacer feliz a los demás».

Antes de comenzar la entrevista, dos personas reconocen a Fernado Esteso y piden ser fotografiados con él. El cómico acepta de muy buena gana. Tiene tablas fuera del escenario. «En la calle nunca me ha faltado el reconocimiento y el cariño de la gente», afirma. Esteso (Zaragoza, 1945) acaba de estrenar en los cines ‘Loli Tormenta’, de Agustí VIllaronga, en la que participa la actriz valenciana Susi Sánchez. Se trata de la última película del prestigioso director mallorquín, que falleció el pasado enero.

«Algunas personas se dirigen a mí en busca de una foto para enseñársela a su tío, a su abuelo… Es un orgullo ser recomendado de padres a hijos», añade. Esteso, conocido por sus papeles en ‘Los bingueros’, ‘Yo hice a Roque III’ o ‘Los liantes’, cuenta que también tiene el favor de los más pequeños: «Mi participación en ‘La que se avecina’ me ha propinado que me conozcan los niños. Recuerdo que mientras daba un paseo por Valencia, salieron los escolares de un colegio, me reconocieron y se dirigieron a mí. Esa popularidad me sorprendió».

-¿Fernando Esteso es una figura intergeneracional?

-Yo empecé a subirme a los escenarios a los dos años y medio porque mis padres trabajaban en una compañía de variedades. A los 13 años me dieron el carné de artista y ya he cumplido los 65 de artista, pero todavía no tengo ninguna medalla al trabajo (bromea). Yo no he trabajado, me he divertido y me lo he pasado muy bien. Adoro esta profesión.

-¿Le gustaría hacer más televisión?

-Algunas productoras tienen su propia cantera de actores a los que promocionan en sus series y otros productores consideran que los señores mayores han de encarnarlos actores de 45 años. Parece ser que no hay papeles para mayores pese al bagaje de los intérpretes veteranos.

-¿Piensa en retirarse?

-(Ríe) No hay manera. Estoy dispuesto a continuar trabajando y lo demuestro en ‘Loli Tormenta’. Puedo hacer todo tipo de papeles, pero quizá la culpa de estar encasillado es mía por el éxito de las películas cómicas.

-¿Está encasillado como actor?

-He sido polifacético. He hecho de todo: he cantado zarzuela, he bailado, he actuado… Yo no me considero encasillado pero algunas personas se han quedado con el tipo de películas de tanto éxito que se sucedieron con Andrés Pajares y Mariano Ozores. Trabajar con ellos supuso abrir los ojos porque siempre me enseñaban algo. Fue una época fenomenal. Hay una generación, la que tiene cuarenta años, que sigue viendo aquel cine.


El actor reivindica el cine del destape y asegura no sentirse encasillado tras 50 años de trayectoria profesional.


Jesús Signes


-¿Por qué todavía se ven las películas del destape?

-Porque son películas frescas, graciosas, distraen… sí, tienen escenas de sexo con mujeres pero bajo un prisma de humor. Los actores no lo pasábamos bien en esas escenas porque era cortante para nosotros. Eso sí, había respeto hacia las actrices.

-¿’Loli Tormenta’ marca un antes y un después en su trayectoria cinematográfica?

-Sí, por el personaje que como villano lo tiene todo: operado de cáncer, testigo de Jehová y maltratador de la familia. Superé seis o siete cástings para este personaje pese a haber trabajado con Agustí Villaronga en ‘Incerta glòria’. Había que conocerle. Con él conecté como ser humano y con el cine. Nunca he estado tan cuidado en un rodaje como en ‘Loli Tormenta’, cuya grabación coincidió con un problema de salud en los tendones del talón de Aquiles que me obligó a utilizar la silla de ruedas, un andador y un bastón. En el rodaje nos hicimos amigos. Fue increíble.

-Usted recordó la figura de Agustí Villaronga en la última gala de los Premios Goya…

-Antes de la ceremonia hablé con Fernando Méndez-Leite para pedirle permiso para hablar de Agustí porque en la gala apenas se puede hablar, tampoco hay mucha gente que sepa hablar y también algunas personas hacen sus reivindicaciones. El presidente de la Academia de Cine me dio las gracias por el recuerdo de Villaronga.

-¿Cuál fue su relación con Agustí Villaronga?

-Si le pregunta a su hermana, que es el vivo retrato de él, te dirá que es una relación de mucho cariño. Yo le llamaba por teléfono, le decía: ‘Cuídate, que quiero hacer otra película contigo«. Fue un amigo, además de uno de los mejores directores que ha tenido España.

– ¿Cómo se pasa de protagonizar el cine del destape a rodar con Agustí Villaronga?

– La mayor parte de los cómicos que han hecho cine, como Mariano Ozores, José Luis López Vázquez o José Sacristán, han acumulado vivencias que dan bagaje para la tragedia o el drama.

-Con ‘Loli Tormenta’ llegará a un público más joven que aquel que vio las películas del destape, que le propinaron tanto éxito. Para los ‘millenials’, ¿quien es Fernando Esteso?

-Un amigo de la familia, que se ha dedicado a esto. Igual entran en la sala de cine para ver al Esteso cómico y se encuentran con un película muy dura con la mirada de Agustí. Es una comedia colorista que no deja indiferente. Él sabía que era la última película y quería dejar el círculo cerrado de su capacidad de hacer cine.

-¿Hacer cine es más placentero ahora que dedicarse al humor?

-El humor que yo he practicado ha sido blanco, por eso he llegado a las familias. Hacer humor siempre es difícil, lo es en todos los tiempos. Yo jugaba con la doble intención y recurría al ingenio para poder hablar de todos. Algunos monologuistas de ahora enlazan ocurrencias tras ocurrencias cuando antes había literatos del humor. Soy el público más fácil para los humoristas porque me río con cualquier cómico que sube al escenario.

-¿Hacer humor es una actividad de riesgo?

-Es una actividad de veto, pero algunos tienen bula. Hoy en día lo difícil es encontrar algo que no ofenda a nadie. Mi amigo Arévalo no pasaría ahora ningún corte. ¡Mira que tiene gracia haciendo el gangoso!

-En 1973 se estrenó su primera película. ‘Celos, amor y mercado común’ de Alfonso Paso. Se cumplen 50 años de su debut en el cine. ¿Qué balance hace cuándo mira hacia atrás?

-A veces creo que no he hecho más que empezar, pero no lo sé. Yo no cuento los discos ni las películas ni los kilómetros que he hecho, sé que he sido feliz. No hay cosa más triste que ir a una estación y que no te espere nadie. Esto no me ha pasado a mí. Me gustaría que me consideraran más como ser humano que como artista, porque yo quiero ganarme a la gente y no perderme los abrazos. Hay tres categorías de celebridad: popular, famoso y entrañable. ¡Cuando llegas a entrañable ya eres feliz! Hacer feliz a los demás te hace feliz a uno mismo, quizá sea puro egoísmo. En toda mi carrera no he recibido ninguna subvención. Todo lo que he hecho ha sido por mi cuenta y riesgo. No me propuse ganar más de lo que ganara el empresario.

-No depender de las ayudas ¿le hace más libre?

-Hay quien hace lo que quiere y ha estado subvencionado toda su vida. Hay mucho subvencionado en el país que no se dedica al cine.

-¿A qué se refiere?

-No lo sé. Está todo regulín. No queda dinero para la cultura. Utilizan el dinero para bolígrafos, móviles o le dan 400 euros a los jóvenes de 18 años para que los voten. Hay familias que reciben 400 euros para vivir. Estamos locos.

-En 2024, ‘La Ramona’ cumplirá 50 años. ¿La sigue cantando?

-Me siento orgulloso de haber hecho un tema que ha alegrado las fiestas de los pueblos de España. En parte me define más la letra de ‘Soy un vividor’ porque yo «nunca quise ser el rico del cementerio». Le doy vueltas a mi lápida y quizá ponga: «Aquí yace uno que trató de hacer feliz a los demás»

-Vive desde hace una década en Valencia. ¿Qué ha encontrado aquí?

-La primera vez que vine a Valencia fue con mis padres. He hecho mucho teatro en la ciudad del Turia. Dejé Torrevieja para vivir aquí con mis hijos, que ya no me dejan salir solo (bromea). Me cuidan, quieren saber con quién salgo y a dónde voy. Vivimos todos juntos con mi perro Torch, que es una bendición de 45 kilos.

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