Los pequeños devuelven la huerta a la ciudad de Murcia

Los pequeños devuelven la huerta a la ciudad de Murcia

Con las medias bordadas por su abuela Mari, el pequeño Francisco, de 12 años, demuestra en la Peña La Rana las habilidades adquiridas durante cuatro años de Conservatorio en danza española, mientras sus padres, Francisca Serrano y Antonio Lacárcel, orgullosos, intentan hacerse paso entre el gentío que abarrota el paseo Alfonso X El Sabio para asistir al desfile del Bando de la Huerta Infantil. «Dos tardes ha ensayado», presume la madre, que le seguirá a lo largo de todo el recorrido, como hacen decenas de padres este domingo en el arranque de unas Fiestas de Primavera marcadas por el buen tiempo y un cielo despejado que no tardó en pasar factura a los cientos de personas que se agolparon para asistir al acto.

«La que nos espera este verano. –le dice un hombre a otro–. En vez de cantimploras, vamos a necesitar extintores». «Demasiado calor», concede el presidente de las peñas huertanas, Juan Pablo Hernández. Sobre todo para algunas de las participantes que iban ataviadas con los trajes tradicionales de huertana completos.

Hernández se muestra exultante en el encuentro que supone el inicio de una semana llena de actos que no le dará descanso y que ha estado esperando todo un año. «Se está viendo la alegría que hay, que Murcia, después de las procesiones, quiere Fiestas de Primavera, y todas las familias están disfrutando de esta tarde donde todos los niños y niñas de las peñas huertanas llenan las calles de colorido», asegura.

El desfile lo abrieron los gigantes y cabezudos que animaron con los primeros bailes a las familias, seguidos por La Peña La Orza de Cobatillas, y El Cañal, de Guadalupe. Así irrumpió un año más la huerta en la ciudad, llenando el centro urbano de los sonidos del folclore y que cambió zapatos por alpargatas y tráfico por castañuelas. El calzado tradicional pudo verse no solo en los participantes de las peñas, sino también en muchos de los niños que presenciaban el desfile y que acompañaron la celebración con sus vestimentas de fiesta: chalecos, zaragüelles, fajas y camisa blancas en ellos, mientras las pequeñas desenredaban los flecos de los mantones al paso de carros con habas y otras delicias de la huerta.

Los bailes de los grupos de coros y danzas, como el Nuestra Señora de del Rosario, animaron la calle al ritmo de jotas murcianas que no cesaron de sonar al paso de las sucesivas representaciones de las peñas. La fiesta se apoderó de las calles y los pequeños amenizaron las espera con el reparto de caramelos, hasta la llegada de la nueva Reina de la Huerta Infantil, África Peñalver Lozano, de la peña La Picaza de Cabezo de Torres, que cerró el desfile en lo alto de una carroza donde estuvo acompañada de sus damas, y que festejaba visiblemente feliz su día grande, sonriente y orgullosa tras ser coronada de azahar en la noche del sábado. A su paso, los aplausos y los vítores celebraron un año más el futuro de la fiesta y la llegada de savia nueva a la cantera de la tradición.

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