La huerta vuelve a imponerse en Murcia

La huerta vuelve a imponerse en Murcia

Amanecía este martes el cielo nublado en la capital. Pero el sol se abrió paso rápidamente para recordar que es ya primavera en Murcia, -«la más bonita del mundo», como le gusta decir al presidente de la Federación de Peñas Huertanas, Juan Pablo Hernández- y que celebraba su día grande, el del Bando de la Huerta. Tras una mañana en la que nuevamente se llenaron parques, jardines y barracas, miles de vecinos y visitantes se acercaron a las orillas del recorrido para disfrutar de un desfile que ya había vuelto con fuerza el año pasado, tras la sequía pandémica que el coronavirus y sus restricciones habían traído a las tradiciones huertanas. Murcia florecía un año más, de vuelta al orden natural de las cosas, como si nunca hubiera pasado nada.

Pasadas la 5 de la tarde partió del Infante un cortejo que había colgado el ‘no hay billetes’ en el único tramo del itinerario que ha contado con venta ‘online’ de sillas durante estos días, el de Gran Vía. Menos fortuna encontraban las sillas a las que ajusticiaba el sol más allá de la plaza Martínez Tornel.

«Y menos mal que este año parece no haber follones, como el año pasado», comentaba José. Si este era un problema del 2022 que parecía superado, otro era el Covid o el miedo a este. «Caí enferma el año pasado y no puede venir», señalaba Carmen acompañada de su nieto. «Yo no me he atrevido a volver hasta este año», comentaba Domingo, vecino de La Alberca. Los años que Murcia también estuvo sin bando sirvieron también de acicate a Lucía y Joaquín para estrenarse diafrutando del cortejo huertano. «No lo echas en falta hasta que desaparece», comentan.

Con ese pequeño retraso echó así a andar una comitiva integrada por 1.500 ‘huertanicos’ y hasta 60 carrozas, cargadas de novedades respecto al ya de por sí renovado desfile de 2022. El primero de todos lo representaba el guiño a la tradición que se hizo con la carroza de las Reinas de la Huerta, Andrea Sánchez y África Peñalver, que estuvo tirada por cinco yeguas, en vez de por el habitual tractor de los últimos años, un conjunto denominado en la huerta como ‘media potencia’

Además, no solo encontraron cabida en el cortejo las respectivas Cortes de Honor, sino también las candidatas que no han sido elegidas este año y todas aquellas que portaron la corona de azahar durante los años de gestión de la directiva de la Federación que acaba próximamente mandato.

Junto a todas ellas, no podían faltar los remolques cargados de escenas costumbristas. Si la fiesta de las Pelotas de Patiño pudo volver finalmente este año tras el ‘via crucis’ de la Covid-19, este año tuvo su espacio, como tradición ya arraigada, dentro del desfile. A estas se sumó la presencia de otro manjar de la gastronomía murciana: los paparajotes, el postre huertano por excelencia, acompañado, claro está, de un café de olla. No faltaron los lecheros, ciclistas, floristas, carros tirados por caballos y burros, los triveros y el perráneo, pequeños huertos rodantes o un corral lleno de pequeños animales de granja. Volvieron los bolos huertanos y hubo hasta alguna partida de dominó sobre ruedas.

Cerraron la comitiva, como no podía ser de otra manera, las carrozas de reparto de productos típicos, que representaban, en esta ocasión, la mitad de los remolques desplegados. Como siempre, un buen número de espectadores se acercaron a sus pies para llevarse a la boca unas habas, limones, tomates, bocadillos de sobrasada o algún trozo trozo de ‘salchichica’ y longaniza seca.

«Había ganas se ha visto mucha afluencia de público, incluso más gente que el año pasado, esto da fueras para seguir trabajando», comentaba Hernández, que se sumó al desfile. «Medio millón de personas hay hoy en las calles de Murcia», comentaba el alcalde José Antonio Serrano. La primavera de siempre está definitivamente de vuelta y no tiene intención de faltar nunca más a su cita.

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