Doña Sardina pide a los políticos que eviten las «soflamas» que suenan a «música electoral»

Doña Sardina pide a los políticos que eviten las «soflamas» que suenan a «música electoral»

Las últimas voluntades de Doña Sardina volvieron la noche de este viernes a no dejar títere con cabeza, como ya es costumbre, aunque en esta ocasión en un escenario distinto al habitual. El cortejo fúnebre, escoltado como siempre por los icónicos hachoneros, tuvo que girar a mano derecha -en vez de a la izquierda- al llegar a la plaza Martínez Tornel, para concluir en el Palacio Almudí. Fue desde uno de sus ventanales desde el que Doña Sardina, personificada en la periodista Carmen María Conesa, explicó con sorna el porqué del inesperado traslado.

«Se ha mudado el Testamento, por culpa del pavimento y resulta que a la Glorieta, del jaleo que ahí se llevan, le han salido algunas grietas que amenazan su hundimiento», comentaba, encontrando parte de la causa de este problema en la convulsa legislatura que ha vivido el Consistorio y que ahora toca a su fin. De hecho, no dudó en pedir que los programas que se presenten a la próxima cita en las urnas «incluyan buenas razones y algo menos de soflamas» y promesas a incumplir, que suenan a «música electoral». Entre estas, no eludió hacer referencia al tranvía, con el que «a la luna podremos llegar», ni al plan de movilidad que, a falta de los disuasorios anunciados, traerá «miles de plazas ‘pa’ poder aparcar».

En relación con estas obras, Doña Sardina no pudo evitar acordarse del buen número de árboles desaparecidos como consecuencia de los trabajos de construcción de los nuevos carriles bus y bici, talados a manos de «tanta motosierra y tanto ‘motoserrano’», de manera que, «por donde pasan, la hierba se nos convierte en secano». También lamentó el estado de conservación en el que se encuentra la fachada de la Catedral de Murcia o el yacimiento de San Esteban y se acordó de varios problemas de ámbitos regional a resolver como la situación del Mar Menor y de la Bahía de Portmán o el recorte del Trasvase Tajo-Segura, que, en conjunción con el citado plan de movilidad, «puede dar lugar a un Segura peatonal».

El plan de movilidad, el estado del patrimonio histórico, el recorte del Trasvase o el AVE también pasan por sus ácidas líneas

«Y a los que vengan en AVE yo les pido paciencia, pues media España recorre, en otra media se para y encima cada billete cuesta un ojo de la cara», no se privó de espetar el querido pescado azul, volviendo su mirada crítica a los servicios ferroviarios de Alta Velocidad dispuestos para la capital del Segura. No obstante, a pesar de tanto cabo suelto por atar, Doña Sardina mostró orgullo de murcianía, y si Sabina, en ‘Pongamos que hablo de Madrid’, pedía que cuando la muerte venga a visitarlo, lo lleven al sur donde nació, el ilustre ser raspado pidió a sus herederos cuidar de «esta tierra maravillosa», que está de moda por sus triunfos en el deporte -y si no, mirad a ‘Carlitos’ Alcaraz-, el mundo empresarial, la música, el cine, la ciencia, el arte y «hasta en la red, y si no que le pregunten a Xuso Jones o a TheGrefg». Y respecto a las mofas sobre el acento murciano, invitó al presentador David Broncano a «que deje de molestarnos y nos venga a conocer». «¡Viva el Entierro de la Sardina y viva Murcia!» gritó para acabar. Pocas horas le quedan para sucumbir en el entierro más divertido de entre todos los conocidos.

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