El régimen del Real Madrid no tiene fin

El régimen del Real Madrid no tiene fin

El Real Madrid doblegó también en Stamford Bridge a un Chelsea bravo pero sin colmillo y espera rival para las que serán sus undécimas semifinales en las trece últimas ediciones de la Champions. Un logro que solo está al alcance de una escuadra que maneja como nadie los resortes del torneo más venenoso de cuantos existen. Baste recordar que en el mismo periodo de tiempo, el Bayern de Múnich ha alcanzado la antesala en la final en siete ocasiones -a la espera de lo que suceda este miércoles ante el City-, el Barça en cinco, el Liverpool y el Manchester City en tres y el PSG en dos para poner en contexto la dimensión de una gesta que resume el espíritu casi indestructible del conjunto de Chamartín, cuyo régimen en Europa no tiene fin.

Los blancos se sienten dueños de la competición, ejercen una autoridad insultante en las citas de tronío y muestran una contundencia abrumadora en las áreas. Volvió a sufrirlo en sus carnes el Chelsea, que tiró de orgullo en su intento de revertir una campaña calamitosa pero se estrelló contra un Courtois inexpugnable antes de que Rodrygo, ese pistolero que siempre reserva sus mejores balas para la Champions, abatiese a los ‘blues’ con un doblete.

Ancelotti confeccionó un once previsible a partir del desahogo que propicia manejar un equipo con velocidad de crucero y cuyo objetivo era regatear la especulación con el 2-0 de la ida. Sorprendió por el contrario Lampard, que solo envidó con un delantero de referencia, Havertz, dejando de inicio en el banquillo a Sterling, Joao Félix y Mudryk pese a que los ‘blues’ necesitaban tres goles para consumar la remontada y no les quedaban más cartas a las que agarrarse antes de clausurar una temporada traumática.

Chelsea

Kepa, James, Fofana, Thiago Silva, Chalobah, Cucurella (Mudryk, min. 67), Enzo Fernández (Sterling, min. 67), Kanté, Kovacic, Gallagher (Joao Félix, min. 67) y Havertz (Mount, 77).

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Real Madrid

Courtois, Carvajal (Nacho, min. 81), Militao, Alaba (Rüdiger, min. 46), Camavinga, Kroos (Ceballos, min. 76), Valverde, Modric, Rodrygo (Asensio, min. 81), Benzema (Tchouaméni, min. 71) y Vinicius.

  • Goles:
    0-1: min. 58, Rodrygo. 0-2: min, 80, Rodrygo.

  • Árbitro:
    Daniele Orsato (Italia). Amonestó a Militao, Cucurella, James y Mudryk.

  • Incidencias:
    Partido de vuelta de cuartos de final de la Liga de Campeones, disputado en Stamford Bridge.

Puede que Todd Boehly, que desembolsó 56,2 millones de euros el pasado verano por el inglés, abonó 70 más 30 en variables en invierno por el ucraniano e invirtió 11 adicionales en enero para conseguir cedido al luso durante cinco meses, pusiese mala cara en el palco, pero lo cierto es que el Chelsea orquestó un inicio abrasivo situando a Kanté como perro de presa a la hora de presionar la salida con balón del Real Madrid y percutiendo de forma prioritaria por el costado que defendía Camavinga.

El correcaminos francés del Chelsea dispuso de una ocasión formidable para encender la eliminatoria a raíz de un centro de James que cayó a tierra de nadie, pero su deficiente remate con la zurda evitó un susto mayúsculo a Courtois. Replicó Rodrygo estrellando un derechazo contra el palo antes de que Militao se ganase una amarilla por cazar a Havertz sobre la línea de cal que le hará perderse la ida de semifinales.

Militao se perderá la ida

Un revés muy serio para un conjunto que sobrevivió a una primera parte tormentosa en la que el Chelsea metió un ritmo endiablado, empujó con tenacidad y pudo irse al descanso por delante de no mediar una intervención milagrosa de Courtois, gigantesco en la respuesta a un remate a bocajarro de Cucurella en el descuento. El Real Madrid, que poco antes había podido matar definitivamente el cruce a resultas de un centro desde la derecha de Modric que no logró engatillar Vinicius tras ganarle la espalda a Fofana en el segundo palo, necesitaba frenar la sangría por las bandas para respirar más tranquilo.

Reaccionó Ancelotti retirando a Alaba tras el paso por la caseta por un problema muscular del austríaco y alistando a Rüdiger como socio en el eje de la zaga de Militao, tocado en el plano físico desde la acción que le costó la cartulina pero providencial para evitar que Gallagher adelantase al Chelsea al inicio de la segunda parte después de que Havertz volviese a causar estragos por la banda derecha y Kanté olisquease sangre con olfato propio del mejor nueve.

Sin embargo, las desesperadas acometidas de un Chelsea de nuevo romo en ataque abrían una pradera inmensa para que el Real Madrid corriese al contragolpe. Y los blancos, que indultaron en la primera parte, no suelen perdonar dos veces. Un error de Cucurella activó la guerra relámpago que desencadenó Rodrygo, quien despanzurró a Chalobah antes de sembrar el terror asociándose con Vinicius para eliminar rivales y batir a Kepa.

Quemó sus últimas naves Lampard metiendo de una tacada a Joao Félix, Mudryk y Sterling para asediar el área del Real Madrid, a costa de desprotegerse en la retaguardia. Aportó más músculo Ancelotti con la entrada de Tchouaméni por un Benzema que no acogió demasiado bien el relevo en un partido algo gris del ‘9’, pese a que el trabajo estaba hecho y convenía gestionar esfuerzos. Lo entendió así Ancelotti pero no su equipo, un martillo pilón que se maneja con una autoridad insultante donde otros tiemblan. Valverde recibió de Vinicius, le rompió la cadera a James y regaló el gol a Rodrygo, que descargó en Londres la pólvora que no gastó en Cádiz y deja al Real Madrid a tres pasos de imponer por decimoquinta vez su dictadura en el continente.

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