Por qué la sequía impide que críen golondrinas y aviones

Por qué la sequía impide que críen golondrinas y aviones

Primavera dramática en la España seca para golondrinas y aviones, que han regresado desde África después de un largo viaje migratorio y se han encontrado con que no pueden construir sus nidos. La explicación es muy básica: apenas hay barro en el suelo por la ausencia prolongada de lluvias, por lo que no disponen del material necesario para edificar sus elaborados habitáculos. Y si no anidan, no crían.

La sequía no solo es un grave problema para la agricultura, la ganadería y el abastecimiento humano, también los ciclos de la vida silvestre se ven alterados por la falta de agua. Con la diferencia de que animales y plantas no tienen un plan B.

Lo advierte la organización científica y conservacionista SEO/BirdLife: «Cada nido de golondrina o avión está realizado a base de pequeños bocaditos de barro transportados en el pico de los afanados padres. Estas aves toman un pedacito de barro, lo ‘mastican’ bien para homogeneizarlo y expulsar las bolsas de aire que pueda contener y lo depositan cuidadosamente en el nido en construcción», explica Luis Martínez, técnico de esta entidad.

La cantidad de barro que pueden transportar en su pico estas aves es muy pequeña y un nido completo de avión común puede requerir más de 2.500 ‘bocados’ de barro. «O lo que es lo mismo, la pareja puede realizar más de 5.000 viajes entre el lugar en el que consiguen el barro y el emplazamiento de construcción del nido durante las dos semanas dedicadas a concluir la obra», añade Luis Martínez.

La destrucción habitual de cientos de nidos de golondrinas y aviones cada año, «legal e ilegalmente», hace especialmente problemática la falta de barro para rehacer los nidos, una situación que dificulta el ciclo reproductivo de estas aves, alerta SEO/BirdLife, lo que altera a su vez la cadena trófica de la naturaleza por su condición de grandes consumidoras de insectos.

Calor excesivo

«Además, el calor puede hacer saltar prematuramente de sus nidos a los polluelos que ya han nacido y genera un sobreesfuerzo para los adultos porque, si el lugar de cría está expuesto al sol, intentarán protegerlos creando una sombrilla con su propio cuerpo y alas», señala Martínez.

SEO/BirdLife recuerda que un diseño de las ciudades con más zonas verdes y soluciones basadas en la naturaleza serviría para paliar en parte la escasez de barro:«Se pueden habilitar enclaves húmedos donde golondrinas y aviones puedan recoger el barro que necesitan, intentando que sea lo más cerca posible de las zonas de nidificación para evitar una pérdida excesiva de energía en los trayectos para el transporte».

«Necesitamos ciudades más verdes y esto es algo que deberíamos tener en cuenta al revisar los programas electorales de cualquier formación política de cara a las próximas elecciones», concluye Beatriz Sánchez, del programa de Biodiversidad Urbana de SEO/BirdLife.

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