El choque de trenes que vienen protagonizando el Gobierno de Pedro Sánchez y el Ejecutivo autonómico de Isabel Díaz Ayuso ha reventado hoy, festividad del 2 de mayo, en el acto institucional del Día de la comunidad. Con un frío apretón de manos, la presidenta regional ha querido zanjar la batalla dialéctica entre la Puerta del Sol y la Moncloa por la asistencia o no de Félix Bolaños a la celebración protocolaria de la jornada. El ministro de la Presidencia, a quien el Gobierno madrileño acusó de «provocación» por autoinvitarse al acto, ha ocupado finalmente un lugar destacado en la primera fila desde el que ha seguido el discurso de Ayuso, que ha evitado la colisión con el Ejecutivo central y ha optado por no dedicarle ni una palabra de su discurso a la pugna.
Bolaños, sin embargo, no ha podido unirse al resto de autoridades para ver desde los lugares de honor de la tribuna principal el desfile que se ha desarrollado posteriormente y en la que sí han estado presentes la ministra de Defensa, Margarita Robles, y el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. Cuando el ministro ha intentado acceder a la tribuna el equipo de protocolo de la Comunidad de Madrid le ha cortado el paso pidiéndole «cumplir la normativa» mientras desde el equipo de protocolo de la Moncloa se insistía en que era un ministro del Gobierno y se estaba incumpliendo el Real Decreto 2099/1983, en el que se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado. «Con estas cosas el PP demuestra que se cree que Madrid es su cortijo» insisten fuentes de Presidencia.
Nada más terminar el acto parecía que la guerra estaba aplacada. Bolaños aseguraba que no pensaba dedicar «ni un segundo» a una polémica «artificial» destinada, a su juicio, a no hablar de los problemas cotidianos «de la vida de la gente» y a fin de no alimentar «a los crispadores, a los odiadores, a los que se inventan mentiras para generar lío, a los que viven cómodos en el enfrentamiento».
Pero el ‘hombre fuerte’ de Moncloa ha preludiado estas declaraciones con un mensaje nítidamente electoral en el marco de un día que, ha dicho, «es de todos». «Madrid, su gente», se ha arrancado Bolaños, es «hospitalaria, acogedora, plural, tolerante, cortés y educada», una descripción de virtudes que le ha llevado a desear que el Gobierno regional que resulte de la cita con la urnas del 28-M «se parezca» a los ciudadanos de la comunidad, en clara alusión, por contraste, al Ejecutivo de Ayuso. Antes, Núñez Feijóo había cerrado filas con su correligionaria achacando a la Moncloa la «falta de institucionalidad» vivida en torno a la fiesta del Día de Madrid. «Me parece bien que a pesar de ser un Gobierno faltón desde el punto de vista institucional, el ministro al que usted se refiere y la ministra la que usted se refiere tengan su espacio en esta fiesta», aseguró el jefe de la oposición a su llegada.
El año pasado, el Ejecutivo autonómico invitó al presidente del Gobierno, que delegó su representación en el ministro de Presidencia. Este 2023, Ayuso invitó al Gobierno central a través de la ministra de Política Territorial, Isabel Rodríguez, por ser ella la que tiene la interlocución con las comunidades autónomas. Pero ella adujo razones de agenda y en su lugar el Ejecutivo decidió que iría Bolaños. «El ministro quiso imponer u presencia, su equipo de protocolo solo preguntó cuál era su sitio sin estar invitado», insisten en el PP de Madrid.
La polémica ha acabado por desdibujar el acto institucional, centrando todos los focos, y acaparando las declaraciones de todos los políticos que han acudido a la convocatoria de Díaz Ayuso. «Le preocupa si viene un ministro y otro y le parece mal que venga cuando vino el año pasado. Hay que dejarnos de polémicas artificiales que tienen poco que ver con los problemas de la gente», censuró el líder del PSOE en Madrid, Juan Lobato.
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La candidata de Más Madrid a la Presidencia regional, Mónica García, tachó también de «polémica artificial» los desencuentros entre la Comunidad de Madrid y el ministro de Presidencia, algo que le interesa a «un 0% de los madrileños». «Si es un problema de protocolo -remarcó- que lo solucione protocolo». Vox, por su arte, se alineó con el Gobierno regional en sus críticas a Bolaños haciendo hincapié en que «los partidos políticos no son los dueños de las instituciones». «Tenemos que ser muy respetuosos y cuidadosos», zanjó su candidata Rocío Monasterio.
El PSOE acusa a Ayuso de cruzar «todas las líneas rojas del respeto institucional»
El PSOE ha hecho un comunciado en el que destaca que «lo ocurrido hoy en los actos de celebración del 2 de mayo es de una gravedad pocas veces vista en un acto institucional en nuestro país». «Impedir a un ministro del Gobierno de España el acceso a la tribuna de autoridades, ejerciendo la fuerza física para ello, cruza todas las líneas rojas del respeto institucional y el sentido común», continúa. Además, ha destacado que «la Comunidad de Madrid incumple el Real Decreto 2099/1983, en el que se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado». Por último, recuerda que «la presidenta de la Comunidad de Madrid mantiene una estrategia de polarización de la sociedad desde hace años. La sociedad madrileña está cansada de las salidas de tono, los exabruptos y el conflicto diario en el que mantiene la Sra. Díaz Ayuso al gobierno madrileño con cualquier administración que no sea de su color político».
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Enlace de origen : Grave choque institucional entre el Gobierno y Ayuso en el Día de Madrid